Heterosexual, con perdón
Yo no sé, o en todo caso, prefiero no saberlo, qué leches pasa en la Iglesia con el mundo gay, o siendo más inclusivo y abierto, con los colectivos LGTBIJKLM…
Llevamos una temporada larga con este asunto y uno está harto, mosqueado, cabreado, perplejo, atónito y ojiplático con este asunto. Señores, señoras, señor@s, que esto lo tiene más que resuelto la Iglesia de toda la vida y el que tenga dudas que consulte el catecismo, números 2357 a 2359.
Pues no hay manera. Todo el puñetero día retorciendo la tradición, el magisterio y hasta la Escritura para que lo que no puede ser sea, y lo catalogado como intrínsecamente desordenado pase a ser amor del guay del Paraguay.

Esta mañana, en mis brazos, y atendido por los buenos haceres de Rafa y Amparo, sus veterinarios y excelentes amigos, Socio se ha dormido para no despertar más. 
La Iglesia pide, la Iglesia reclama, la Iglesia exige, la Iglesia reivindica, la Iglesia prefiere, la Iglesia sugiere. Yo no sé si a ustedes, mis amables lectores, alguien les ha preguntado qué reclaman, exigen, reivindican, prefieren o sugieren. A un servidor, desde luego, no. Pero el caso es que si la Iglesia habla así, alguien lo estará decidiendo.
Eclesiales y personales.





