Semana de oración por la iglesia perseguida

En la parroquia vamos enredando en las cosas que buenamente nos son posibles. Ayer, día de la Iglesia diocesana, aprovechamos, por ejemplo, para informar en todas las misas, ambón y vestíbulo de entrada, de la situación económica. El consejo de asuntos económicos fue el encargado.
Hoy quiero hablarles de algo que para nosotros es muy especial. Y es que acabamos de comenzar una semana de oración por la iglesia perseguida. Cristianos en Irán, Irak, Siria, Nigeria, Cuba, China… que sufren, que mueren, que acuden cada domingo a celebrar la eucaristía en iglesias derruidas, destrozadas, que arriesgan su vida en cada misa, en cada encuentro. Cristianos de la clandestinidad, de muerte, de sufrimiento.

Belén Santamaría es la hasta hoy, que sepamos, responsable de sensibilización de Cáritas Salamanca. Parece ser, según todas las informaciones, la responsable de decir no a la campaña que una asociación taurina de Salamanca quería hacer en favor de Cáritas, y que ha conseguido montar una tremenda polémica, cabrear al personal y que la gente del mundo del toro esté que echa las muelas. Y con ellos, muchos católicos.
Hace no mucho, y por razones que no vienen ahora a cuento, estuve almorzando con un altísimo cargo de una gran entidad financiera. En estos casos ya se sabe, el sacerdote invitado, pue sabemos de todo un poco y, cómo no, de la Iglesia. Hasta que alguien lanza la pregunta directa: “¿y a usted qué le parece este papa?”
Tenía hecho el propósito de no hablar de Cáritas en una temporada. Lo mantengo. Lo de hoy sea una excepción que espero sea aceptada con benevolencia.





