La conferencia episcopal hace encaje de bolillos
No lo tienen nada fácil. Son nada menos que 113 obispos de edades diversas y, como se dice ahora, sensiblidades diferentes, a pesar de eso que se afirma de que no hay nada más parecido a un obispo que otro obispo.
La situación religiosa de España es, vamos a dejarlo ahí, preocupante. El panorama político, desolador.
Hoy termina la asamblea plenaria de la CEE y no queda más remedio que sacar algo sobre lo que está ocurriendo en España ahora mismo. Complicadísimo.
Complicadísimo porque tiene que ser una nota capaz de hacer encaje de bolillos para que diga lo que tiene que decir, sin decirlo del todo y dejando, si no satisfechos de todo, al menos no demasiado enojados a algunos.

Recuerdo a Justina con mucho afecto a pesar de los años transcurridos desde su muerte. A la mente me viene una mujer serena, en paz, y con una medio sonrisa permanente yo creo que fruto de su serenidad interior. Acudía a llevarle la comunión de cuando en cuando y siempre estaba sola.
No lo digo yo. Es que verán, hace algún tiempo, hablando con un “muy alto” clérigo -y se quedan con las ganas de conocer mis fuentes- me decía que, tras los grandes éxitos pastorales de los últimos años, lo mismo era tiempo de dar cerrojazo a reuniones, iniciativas, congresos, coordinadoras, talleres, asambleas, consejos, comisiones permanentes, experiencias, alternativas, delegaciones, tertulias, círculos y demás similares para dedicarnos, al menos durante dos años, a nada más que rezar, exponer el Santísimo, dirigir el santo rosario, confesar, celebrar misa y predicar 
Algo inusual. Los próximos 20 a 24 de noviembre se reúne en asamblea plenaria la Conferencia episcopal española. El