La responsabilidad de un bloguero
En estos días han aparecido artículos en diversos medios analizando los datos de audiencia de la información religiosa en España. Si no lo han hecho ya, tienen obligación de leer despacio y a conciencia lo que ha escrito nuestro director, Juanjo Romero ayer mismo, además de lo que publicó hace días el blog “Mi querida España".
Me ha producido vértigo el que en ambos artículos aparezca mi nombre citándome como uno de los blogueros más influyentes, o al menos de los más leídos. Vértigo, preocupación y mucha responsabilidad.
En los medios de información hay que distinguir claramente entre noticias, que irán colocando y seleccionando el director y el redactor jefe, los artículos de opinión de forma esporádica, y las colaboraciones más asiduas de los hoy llamados blogueros que, en el antiguo argot del periodismo, seríamos algo así como columnistas de opinión.

Qué mal deben pintar las cosas, qué malas las noticias, las encuestas y las impresiones para que medios que en otros tiempos se mostraron tan críticos con san Juan Pablo II y Benedicto XVI hayan tocado a rebato las campanas de su redacción, llamado a todos los colaboradores y se inventen formas, adhesiones, estudios y teologías para decirnos que viva Francisco y que es obligatorio aplaudir cualquiera de sus ocurrencias, sea la que sea, bajo pena no de condenación eterna, porque estos son de los del infierno vacío, que lo acaba de decir el papa, pero sí de romper la comunión eclesial, que es el mantra que se han buscado para acallar cualquier voz discrepante.
Es el último reducto de los monjes jerónimos, que llegaron a ser más de mil en el siglo XIX y que tras la exclaustración obligada fruto de la desamortización, llegaron a extinguirse. Hoy la
La Fiducia no se para. Parece mentira que una declaración de Doctrina de la Fe lleve tres semanas en el “candelabro”. Día tras día reacciones, a favor, en contra, en ya veremos, en depende… Dicen que ahí por Santa Marta no saben muy bien cómo gestionar el asunto, y más tras comprobar como el libro del sacerdote, hoy cardenal prefecto de Doctrna de la Fe, Víctor Manuel Fernández, Tucho Fernández para los amigos, titulado “La pasión mística” se ha convertido en best seller eclesial esta semana.
Hace tiempo que he decidido dar la razón a todo el mundo. No me cuesta trabajo, quedo estupendamente y los demás tan felices. Además, seamos claro, es que hay gente con la que no merece la pena discutir. Ganas de perder el tiempo.