Misión mariana en Braojos. Entre la vergüenza y la gratitud
Desde este pasado domingo estamos, como les dije, en plena misión mariana en Braojos de la Sierra. La Virgen, portada por los Heraldos del Evangelio, fue recibida en la parroquia en la misa de las 13 h. Esa tarde tuvimos el rezo del santo rosario y lunes y martes los hemos dedicado a visitar familias casa por casa. Seguiremos hoy en Braojos, mañana jueves en La Serna del Monte y el viernes en Gascones.
He de reconocer que la primera sensación que he tenido es de una cierta vergüenza. Tenemos en el pueblo dos misioneros a nuestra total disposición. Con toda la generosidad del mundo. Bien. Dos días y algo más de veinte familias. Seis u ocho personas en el rosario. Poquito más. Es lo que da de sí un pueblo con doscientos empadronados de los que no creo vivan entre semana más de ciento cincuenta.

Hace tiempo que no cuento cosas de la parroquia. Y debo hacerlo, porque ustedes, mis lectores, son también feligreses y feligreses que sostienen además la parroquia con su oración constante. Qué menos que dar razón de los que se hace y cómo se hace.
Lo que ha pasado en un instituto de Villajoyosa (Alicante) es del todo significativo. Clase de religión católica y una profesora que entrega unas fichas a sus alumnos recogiendo EXACTAMENTE la doctrina católica sobre homosexualidad y actos homosexuales. Denuncia de una alumna, retirada de materiales didácticos y posible sanción.
Esto nos ha pasado a casi todos. En cuanto una cosa no se hace a capricho de alguien o un grupo, te amenazan con llamar a la televisión. Las razones, de lo más peregrino y generalmente poco evangélicas: que el sacerdote nos ha pedido una contribución para los gastos de la catequesis, que no me quieren bautizar al niño el día y a la hora que yo quiero, que el párroco no permite que sea presidente de la hermandad D. Fulano porque dice que se ha divorciado dos veces y ahora vive con una tercera. O porque el obispo diocesano ha decidido trasladar de parroquia a D. Mengánez y mire por donde los fieles de la actual se han cabreado. En cualquier caso, la solución es la misma: o el reverendo, o el obispo, dan su brazo a torcer o llamamos a Telemadrid o similar.
Amigos me llaman esta mañana preocupados por la deriva de la política española ahora que estamos viviendo un cambio en la presidencia del gobierno que supone un evidente giro hacia la izquierda (y eso que ya lo de derecha e izquierda parece superado por otras cuestiones).





