Pongamos que hablo de Madrid
Por una vez y sin que sirva de precedente. Espero. Esta Rafaela que me mete el dedo en el ojo.
La pierde internet. Mayor, sin especiales responsabilidades y días ya fríos en el pueblo, así que se entretiene navegando por la red. No he visto mujer más informada ni con más ganas de conocer y comprender cosas. El caso es que como resulta que con D. Jesús tiene sus discrepancias, según ella porque D. Jesús es demasiado acomodaticio a la actual situción eclesial y social, cuando alguna cosa la rechina especialmente me llama con cualquier disculpa y echamos un rato.
De campanas va hoy la cosa.

Cuando ayer leía el inicio del evangelio, eso de “el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán", decía a mis feligreses que no sabía si era el evangelio o una ponencia del encuentro de Glasgow.
Me lo estoy pasando en grande con las clases sobre la constitución
Ojiplático estoy viendo los entusiasmos que suscita la agenda 2030 en nuestra Iglesia. Hace unos días me llegaba un cartel en el que Cáritas, Manos Unidas y misiones salesianas apoyan este proyecto. Hoy pocas instituciones eclesiales se resisten a programar charlas de formación, encuentros, declaraciones y seminarios apoyando sin ambages el particular.





