Adoración nocturna y algunas novedades e informaciones de tres parroquias serranas
De cuando en cuando algunos lectores me preguntan por esas iniciativas pastorales que se pusieron en marcha en mis pueblos, simplemente para saber si van bien, si continúan o simplemente si aquello acabó en fracaso monumental. De todo hay. Hoy quería hablar de la adoración nocturna, ese turno, de momento provisional, y que tuvo su primera vigilia en el mes de mayo.
Lo primero, hacer notar que el turno va funcionando con total estabilidad. Cada segundo sábado ahí estamos como leones ante el Señor en la custodia. Solo saltamos el de septiembre por coincidir con las fiestas patronales. De diez de la noche a dos de la madrugada, aunque a partir de ahora, y hasta la primavera, lo hemos adelantado a las nueve de la noche. Hoy toca turno.
El turno se sostiene gracias especialmente a los adoradores veteranos y con mucha experiencia que acuden a Braojos cada mes desde Villalba (74 Km.), Villanueva del Pardillo (105 Km.) y Alcobendas (68 Km.). A estos adoradores suelen añadirse las Hermanas Catequistas, que residen en Oteruelo del Valle (36 Km.). Acuden algunas personas de Braojos, amén de alguna localidad cercana.
No suelo repetir artículos. Hoy hago una excepción porque ayer hablaba con un compañero cura y volvía a salir el asunto. 
Tengo que reconocer que algunas veces tenemos nuestros templos parroquiales un tanto descuidados. No es de extrañar que, incluso, se mantengan y doten con, digamos, “las sobras” de los hermanos mayores y ricos.
Cosas de una vida loca que no hay quien entienda. Con las nuevas leyes que se nos vienen, uno puede ciscarse en toda la casa de Borbón y de Austria sin problemas. Hacer lo propio con Dios Nuestro Señor, el católico, claro. Sonarse los mocos con la bandera de España. Ya saben, la cosa de la libertad de expresión que por lo visto es sagrada.
Pareciera que Madrid acaba en la M-40 como mucho. Fuera de lo que es la ciudad, poco se conoce del resto: el monasterio del Escorial, Alcalá de Henares, el Paular… Pocos los que se aventuran fuera de esos puntos conocidos. Menos áun los que se arriesgan a conocer las maravillas que atesora la sierra norte. Por otra parte, me apetecía que mis lectores, muchos de ellos además feligreses a distancia de estas parroquias, tuvieran la oportunidad de conocer estos hermosos templos, especialmente la iglesia de Braojos.
