Vivir como Dios
Eso se decía o se dice aun refiriéndose a esa gente que vive estupendamente, y especialmente curas, frailes y eclesiásticos de cualquier grado. Eso se ha escuchado muchas veces: “ese, esos, viven como Dios”, a lo que algunos, con peor intención, apostillaban: “ya quisiera Dios vivir como ellos”.
Hoy traigo a colación esta frase tras la lectura del evangelio del día de ayer, que acababa con una admonición del Señor a Pedro: “Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios”. Pensar como Dios, vivir como Dios, actuar como Dios.

Tengo que reconocer que la publicación del motu proprio 
Hace no mucho me contaba una persona que le habían pedido integrarse en el equipo de liturgia de su parroquia: preparar las misas y eso, ya sabes, me dijo. Preparar y eso. Se me ocurrió preguntar si tendrían formación. No estaba previsto. Mi respuesta es que uno no puede pertenecer a un grupo de liturgia en su parroquia o pretender colaborar en la preparación de las celebraciones sin leerse previamente tres documentos. A saber:
Acabo de leer el documento 
Perdonen mis lectores el medio exabrupto, pero es que la cosa no es para menos. Leo hace un rato en prensa digital algo tan previsible como que el PSOE defiende que “es el momento” de denunciar los acuerdos con la Santa Sede. Se cuenta con ello. Y no pasa nada, no debería pasar nada, por abrir una etapa de diálogo con la Iglesia y revisar y renovar los acuerdos existentes entre la Iglesia católica y el gobierno de España. Según la prensa esto se haría en diálogo con la Iglesia católica. Primer problema. Diálogo. Qué entenderán estos por diálogo.