De Cáritas cada vez escribo menos
Digamos que he tirado la toalla. A mi modo de ver, evidentemente el mío, Caritas tiene que avanzar en dos líneas:
PRIMERA. A ver cuándo vamos a comprender, hablo ahora de España, que la responsabilidad de la atención a los pobres recae en los poderes públicos, no en Cáritas.
Hace tiempo me dicen que ha llegado a Cáritas un vecino de uno de estos pueblos porque acaba de quedarse sin vivienda, es una persona muy vulnerable y no tiene medios. ¿Y ahora qué hacemos? Muy sencillo. ¿Dónde vivía? En tal pueblo. Pues entonces se va al ayuntamiento o se toca el timbre de la casa del alcalde y se les dice que ahí tienen a este señor y que ellos sabrán. Esto es lo que tiene que hacer Cáritas en primer lugar: sacar los colores a la administración y echarles en cara tanto presupuesto, tanto asesor, tanto gasto y luego no tener fondos para ayudar a una persona necesitada.
¿Y si no lo hacen? Pues no vamos a dejar a nadie en la calle, pero denunciandoi la inacción de todos los que tienen esa responsabilidad.






