Semana Santa: ¿quién hace el favor a quién?
 Quien paga manda, y nos puede pasar que, por recibir subvenciones para algunas actividades netamente católicas y eclesiales, nos quieran hacer pasar por el aro y encima crearnos mala conciencia.
Quien paga manda, y nos puede pasar que, por recibir subvenciones para algunas actividades netamente católicas y eclesiales, nos quieran hacer pasar por el aro y encima crearnos mala conciencia.
Escribo esto tras leer ayer una noticia según la cual se pide al obispado de Palencia que revise las normas según las cuales, para poder presidir una hermandad, a los requisitos de ser católico y adjuntar la partida de bautismo y estar confirmado, se añaden otros como no estar divorciado, ni casado por lo civil, ni casado con una persona del mismo sexo, ni estar viviendo en concubinato. Parece ser que algunos grupos políticos condicionarían los apoyos económicos a las hermandades a la revisión de estos estatutos, ya que, según ellos, incumplen la Constitución y suponen un veto a la diversidad sexual.
Bien. Dicho y leído esto, a servidor se le ocurren un par de cosas.

 No quisiera un servidor dedicarse al catálogo de posibles irregularidades litúrgicas con que uno puede encontrarse en una celebración de la eucaristía. Pero hay cosas que es que ya no son simples irregularidades, son directamente memeces, chorradas o pura y simplemente gilipulluás.
No quisiera un servidor dedicarse al catálogo de posibles irregularidades litúrgicas con que uno puede encontrarse en una celebración de la eucaristía. Pero hay cosas que es que ya no son simples irregularidades, son directamente memeces, chorradas o pura y simplemente gilipulluás. Mucho me temo que, para Cáritas, Manos Unidas y similares, debo ser algo así como una bestia negra, un incordiante que se pasa el día metiendo el dedo en el ojo. Tanto como todo el día no, pero un poco he de reconocer que sí que lo hago.
Mucho me temo que, para Cáritas, Manos Unidas y similares, debo ser algo así como una bestia negra, un incordiante que se pasa el día metiendo el dedo en el ojo. Tanto como todo el día no, pero un poco he de reconocer que sí que lo hago. A mí lo de ser abiertos me parece bien. En realidad, a un servidor le parece bien casi todo siempre y cuando me lo expliquen y me dejen sacar mis propias conclusiones.
A mí lo de ser abiertos me parece bien. En realidad, a un servidor le parece bien casi todo siempre y cuando me lo expliquen y me dejen sacar mis propias conclusiones. No sé qué nos pasa en algunos sectores de la Iglesia que de repente recibimos una luz cegadora que nos tira del caballo y nos hace comprender que hay personajes sin los cuales no hay reunión, congreso, charla, curso o encuentro que se precien. No es fácil saber cómo comienza la cosa, pero hay un día en que surge un nombre, como si del último profeta se tratara, y a partir de ese momento si no va Fulanito es que ni charla ni nada.
No sé qué nos pasa en algunos sectores de la Iglesia que de repente recibimos una luz cegadora que nos tira del caballo y nos hace comprender que hay personajes sin los cuales no hay reunión, congreso, charla, curso o encuentro que se precien. No es fácil saber cómo comienza la cosa, pero hay un día en que surge un nombre, como si del último profeta se tratara, y a partir de ese momento si no va Fulanito es que ni charla ni nada. 
        