Lo que de verdad nos agota a los curas
¿Que nos cansamos a veces los curas? Nos cansamos. ¿Que en ocasiones nos hartamos? Pues sí. ¿Que hay días en que mandarías a todo el mundo a hacer gárgaras? Sin dudarlo. Lo que me apetece hoy es contar qué cosas son esas que acaban con la paciencia de uno.
Vaya por delante que, salvo rarísimas excepciones, a nadie nos fastidia lo que es propia y realmente el ejercicio del ministerio. Lo triste es que al final, lo que se dice al final, lo que te acaba agotando, son justo las cosas más intrascendentes pero que para tus feligreses parece ser lo que de verdad importa. ¿Me dejan poner ejemplos? ¡Vamos a ello!

Cada semana ofrecemos a los fieles una hojita litúrgica en las celebraciones dominicales. En ella pueden encontrar las lecturas bíblicas del domingo, los cantos para la celebración, una pequeña reflexión de un servidor y las noticias más destacadas de la semana.
Tan raras, pero tanto, que hasta me ha dicho un pajarito -noticia aún por confirmar- que incluso pudiera ser que creyeran en Dios. Tan raras, pero tan raras, que todos los días rezan juntas una barbaridad de cosas: Laudes cantadas, Eucaristía, Oración, Nona, Oficio de lectura, Vísperas cantadas, y hasta exposición del Santísimo todo el día.