Decíamos ayer
Tras unos días en los que circunstancias ajenas a mi voluntad no me han permitido seguir escribiendo, aquí estamos de nuevo en contacto con tantos amigos de Infocatólica.
Días complicados en mis pueblos. Desde anoche, que comenzaron las fiestas en Gascones, y hasta el nueve de septiembre que acabarán las de Braojos, vamos a estar entretenidos. Como los almendreros, de fiesta en fiesta.
¿Y qué se hace, religiosamente hablando, en las fiestas de los pueblos? Pues se hace lo de siempre: misa, procesión, subasta de andas, romería si es el caso… y poquito más. Dependiendo de si es una población con algo más de gente, a veces se puede pensar en un triduo o novena. Pero ya digo que no hay mucho más que rascar. Otra cosa es que uno intente misa solemne, algún compañero, que venga un vicario, un obispo… A la gente la encanta la solemnidad.

Tengo aún grabado en mi cerebro el olor a Zotal con el que mi padre, periódicamente, desinfectaba la vaquería. Decía que era lo más eficaz, que eso no dejaba bicho vivo. Impregnar algo en Zotal era garantía de profunda y casi definitiva desinfección. Necesitamos toneladas y toneladas de Zotal en esta santa madre Iglesia de nuestros amores.
Es que nosotros “semos” así. En un rato comienzo a celebrar al apóstol Santiago, patrón de España, con toda solemnidad en mis tres pueblos. Sí, ya sé que es día laborable, pero también sé que es hoy el día de Santiago, solemnidad y de precepto al menos en Madrid. Nuestro horario de misas, como en domingo. Ya saben: 11 en Gascones, 12 en La Serna del Monte y 13 en Braojos.
Alguna vez ya he afirmado que nuestras generaciones más jóvenes andan bastante peces en historia, y especialmente en historia del siglo XX, y la poca que conocen suele estar bastante manipulada. Esto de la manipulación tiene arreglo a base de leer y contrastar, pero eso supone dejar un rato el teléfono móvil para agarrar un libro.