La clave está en la adoración al Santísimo

¿Y si nos dejáramos de inventos y ocurrencias baratas?
¿Y si empezamos a pasar de agitar gente?
¿Ocurriría algo con menos pizarra, menos cañones de proyección, menos videos?
¿Sería una catástrofe suprimir algunos grupos parroquiales?
¿Se hundiría la parroquia por disminuir los ágapes y agapitos de cuando en cuando?
¿Merece la pena agotarse en campamentos, cursos, salidas, excursiones?
¿Han dado suficiente fruto las convivencias juveniles?
¿Nos han hecho más santos las banderas y las proclamas socio políticas?
¿Y si de repente nos volviésemos locos y nos dedicásemos SIMPLEMENTE -je, simplemente- a celebrar la eucaristía con dignidad, confesar, rezar el rosario y exponer el Santísimo horas y horas?
¿Y si los curas nos olvidásemos de programar, organizar, correr, reunirnos y empezásemos a echar horas y horas ante el Santísimo expuesto?
Lo mismo, ya ven, nos llevábamos una sorpresa y de las gordas. Lo mismo de tanta luz acabábamos cegados. Lo mismo…

No es para nada sencillo comprender el laberíntico lenguaje clerical – eclesial, compuesto de diplomacia, gestos, gesticulaciones, sonrisas, miradas y hasta de palabras en ocasiones. El común de los mortales se pierde, los fieles más o menos, los más avezados pescan algo, y el fondo queda para una élite de iluminados o muy bien informados a través de conexiones con lo alto en minúscula.
Acabamos de empezar el mes de mayo, mes de María. En mis tres pueblos lo celebramos según nuestras posibilidades y tradiciones. La religiosidad de Braojos es especial. Conservan ricas prácticas religiosas de siglos y costumbres de años.
Hace unos días hemos conocido la noticia de que el obispado de Bilbao ha vendido un local, sede hasta ahora de la parroquia de Cristo Rey, a unos inversores chinos que parece tienen la intención de montar en él un bazar de “todo a cien”.