Gracia y privilegio de ser cura de pueblo

Ayer me invitaron a acudir a una reunión de sacerdotes de un arciprestazgo de Madrid capital para contarles qué es eso de la pastoral rural. 

Aproveché una meditación que en su día prediqué en una tanda de ejercicios espirituales que estuve dirigiendo a un grupo de sacerdotes de la diócesis de Lugo para hacer un resumen y repartirla a los curas. 

Se me ha ocurrido ponerla aquí por si pudiera ser útil a alguien, tal vez a algún cura de pueblo, o a cualquiera que quiera conocer mejor y desde dentro lo que supone la pastoral rural. Ahí va.

GRACIA Y PRIVILEGIO DE SER CURA DE PUEBLO

 

Las preguntas son muchas:

Desde los que se plantean un castigo, o que si no podrías hacer mejor labor en otro sitio (utilitarismo no, gracias), los que te dicen que a qué te dedicas todo el día, o si merece la pena ser párroco de esos lugares o mejor ir desde Madrid cuando hiciera falta algo. Maldita cosa práctica: dinero, feligreses. Decir misa para cuatro…

Humanamente no se entiende. Católicamente, poco. Hasta qué punto merece la pena, con tan pocos curas, “perder” a uno medio útil en atender eso… Total, para cuatro que son, decir una misa y los entierros…

Habremos predicado mil veces la sencillez, la humildad, lo de los últimos. Habremos explicado lo del portal de Belén. Pero, a la hora de la verdad, los últimos no son los primeros, son los últimos.

Nosotros, los que estamos en pueblos y aldeas, somos los privilegiados del Señor para experimentar en nuestra propia carne la grandeza del evangelio. 

Ser cura de pueblo, de aldea, nos configura especialmente con Cristo:

 

  • Con Cristo que era de pueblo, nació en un pesebre, y vivió su ministerio recorriendo caminos y aldeas, anunciando la Buena Nueva.
  • Con Cristo, que supo de la escasísima compañía de apenas unos pocos apóstoles y unas buenas mujeres que le servían. Como nosotros, con cuatro que echan una mano y una casa donde tomar un café y descansar un rato.
  • Con Cristo, que experimentó tantas veces la soledad. Como nosotros. Cuántas veces hemos ido a un lugar para encontrar la más pura soledad.
  • Con Cristo, que tuvo una relación muy especial con el Padre. Como nosotros, que no tenemos muchas veces otra cosa en que apoyarnos.
  • Con Cristo, con una vida aparentemente perdida a los 33 años en el madero de una cruz. Como nosotros. Una vida aparentemente perdida. Podías estar en una parroquia, ser profesor, canónigo, vicario…

 

Ser cura de pueblo nos configura especialmente con María:

  • La madre que se olvida de sí misma para ponerse al servicio de la humanidad, aceptando el dolor y el sufrimiento, porque sufrimos, porque sabe que el Señor la necesita así.
  • Nos hace conocer a María no como figura teórica de nuestra gran iglesia, sino como la Virgen de nuestros pueblos y aldeas, a la que se quiere con su apellido, la Virgen de, se cuida, se venera, se ama y es fuente de vida y perseverancia de nuestra gente.

 

Ser cura de pueblo nos hace ser especialmente de Iglesia:

  • De una Iglesia de santos y pecadores que no son una masa, sino una comunidad compuesta por hombres y mujeres con historia, vida concreta, debilidad y fortaleza.
  • Una Iglesia con raíces concretas: conocemos a los de hoy, sabemos de los de ayer, nos ilusionan los que vendrán.

 

Ser cura de pueblo nos hace muy sacerdotes:

  • Sacerdotes, primeramente globales, que hacemos de todo, ofrecemos todo y regalamos todo. No nos especializamos ni en las teorías no es la praxis. Hacemos de todo.
  • Curas que curan, acogen, animan, consuelan
  • Sacerdotes conocidos, signos de la presencia de Cristo y la Iglesia en medio de la vida de cada cual.
  • Sacerdotes sin horarios, sin demasiados programas.
  • Sacerdotes que reparten el pan, la palabra, la oración.
  • Sacerdotes en el presbiterio porque uno lo necesita especialmente (ayudarse, apoyarse)

 

¿Pero qué va a hacer uno en esos pueblos?

Los antiguos, para valorar a un sacerdote, un seminarista, preguntaban si se le veía “celo por las almas”.

San Carlos Borromeo: un alma es suficiente diócesis para un obispo. Un alma es suficiente parroquia para un sacerdote. Y si no hay nadie… convertir a una persona es suficiente tarea para un sacerdote… o trabajar por ello.

 

  • Estar. Tan simple como eso. Se van todos. No hay maestro, ni médico, comercios o servicios. Cuantas veces cuatro ancianos. El señor cura está. Y si está el cura está Cristo, y está la Iglesia, y está el amor de Dios. Está el cura, joven, que podía estar en otro sitio, pero está aquí.
  • Mostrarse feliz. Cuando la gente busca la felicidad en cosas, comodidades, comercios, dinero. La felicidad puede ser otra cosa y se ve cuando es la felicidad en Cristo.
  • Rezar. Liturgia y oración. Cómo impresiona ver una custodia en la última aldea, sin más que el cura rezando y quizá una mujercita de negro. Celebrar la eucaristía con toda la solemnidad del mundo porque estamos dando el mejor culto a Dios.
  • Querer a la gente. Conocer a cada uno, saber de sus problemas, preguntar por la salud del abuelo y los exámenes del chico.
  • Querer sus cosas: casas parroquiales, templos, ermitas, archivos. Cuidar cada cosa.
  • Amar, comprender, fomentar y cuidar sus tradiciones.
  • Participar en sus gozos y tristezas.
  • Inventar para que la gente se asome a la Iglesia.
  • Charlas
  • Viajes
  • Acciones litúrgicas
  • Cosas de Cáritas
  • Redes sociales (los viejos no tienen, los hijos sí, aunque solo sea que digan que majo este cura)
  • Cultivar la ilusión. ¡No es igual decir que total que para uno que viene… que decir hoy ha venido uno! Y si no viene nadie, pues señal de que habrá que rezar más.

 

Y si viene el fracaso…

Sé que no debiera afectarnos, pero los sacerdotes somos humanos, afortunadamente, y como tales, débiles y flojuchos en nuestra fe. Bien sabemos que no podemos esperar otra paga que al mismo Cristo, y que uno siembra y quién sabe dónde se producirá la cosecha. Pero… como somos humanos, gracias a Dios, nos gustaría cosechar éxitos humanos, recibir enormes respuestas, sentir cómo nuestras acciones pastorales levantan entusiasmos y el mundo, aunque sea el mundo clerical y parroquial, nos aplaude con pasión.

 

¿Qué hacer ante el aparente fracaso pastoral?

Confiar. Porque la parroquia es de Cristo, y Él es quien debe dirigirla y sacarla adelante. De Cristo, no del párroco.

Rezar. Pedir a Dios que se haga su voluntad, que sean las cosas como Él quiere y no como se nos ocurren a nosotros. ¡Y aceptar que sea así!

Trabajar con ilusión, con ganas, tropezar y levantarse, fracasar y seguir intentando.

Agarrarnos a lo fundamental: sacramentos, oración, adoración, la Santísima Virgen.

Estudiar, conocer cosas, leer, aprender de los compañeros, compartir con ellos éxitos y desengaños.

Y mantener siempre la mayor de las ilusiones.

 

Y reconocer que lo que quizá uno llama fracaso pastoral es el mayor de los éxitos, pues Dios así lo tiene dispuesto para nuestro bien y el de su Iglesia, y que quién sabe si nuestro esfuerzo no será una fuente de gracia que repercutirá para bien de la Iglesia y del mundo. En definitiva, trabajar y ponerse al servicio. Luego, Dios dirá. Bendito sea.

 

34 comentarios

  
Fulgencio
Me gusta su descripción de la pastoral rural y del cura rural. Supongo que en Madrid capital la pastoral rural se percibe desde un punto de vista propio, dicho de otra manera, desde una mentalidad urbanita, de asfalto y escaparates; pero en mi diócesis que es rural en el 90 por ciento de las parroquias las cosas se ven de diferente manera porque tenemos mentalidad rural. En una parroquia rural todo el mundo conoce al cura incluso los que nunca van a la parroquia, o mejor, incluso los que sólo van a los entierros, por cierto que todos pasan por la parroquia antes de ir al cementerio, porque al menos en esas circunstancias todo el mundo pisa la parroquia, y el cura conoce a todo el mundo. Así que aquí se cumple mejor que en una parroquia grande aquello del Señor: "el buen pastor conoce a sus ovejas y ellas le conocen a él". Y añadir para aquellos que minusvaloran la asistencia a misa de algunas viejecitas decirles que gracias a esas viejecitas y a sus limosnas en las colectas de cada domingo las parroquias se mantienen y los curas pueden cobrar a final de mes. Que sería de las parroquias sin esas abuelitas que dan vida a la parroquia.
28/03/23 9:59 AM
  
Pep
Hoy se desprecia todo lo rural, incluyendo la pastoral.

Pero en un estado de putrefacción social como el que nos ha tocado vivir, y que emana de las grandes ciudades, la piedra que desecharon los arquitectos es la piedra angular ...
El Bienaventurado hoy es el que tiene pueblo.
28/03/23 10:14 AM
  
El gato con botas
Nunca tuve más vida espiritual que de soltero en un pueblo de Navarra.
Lo que lamento mucho es la rotación de sacerdotes en las parroquias. No puedo tener confianza con una persona que sé que está de paso.
28/03/23 10:42 AM
  
Juan Mariner
No es fácil lidiar en la España Vaciada (que no "Vacía" como la llaman los que la han vaciado). Hay toda una estrategia a casi 100 años vista de echar de las tierras buenas a los agricultores y ganaderos, y como se puede hacer discriminación, antes se les echa de las tierras pobres (no "malas"). Grandes corporaciones sustituirán a la agricultura y ganadería familiar de siempre. El agricultor y ganadero pequeño se ha resignado en una suerte de síndrome de Estocolmo acompañado de enchufes municipalistas del caciquismo a que el Estado y los mayoristas intermediarios (ahora grandes superficies) pacten contra ellos en el paraíso (para ellos) de la Unión Europea. Cesta de la compra y pingües comisiones por pasar un saco o una caja de un lugar a otro han hundido el sector, pero el fin último es echar a las familias de las tierras buenas de España.

28/03/23 10:47 AM
  
Francisco Javier
Nosotros somos muy poquitos, no tenemos teatro, ni cine, ni siquiera una humilde tienda donde poder comprar algo.

A cambio tenemos el mejor sacerdote del mundo, nuestro obispo debe tenernos manía y siempre nos manda el mejor sacerdote que tiene disponible: unos son más de tomarse algo con los vecinos, otros visitan a los enfermos, algunos limpian el cementerio, los hay más de rosario y santísimo y quienes entierran divinamente, o las dos cosas. Hemos tenido sacerdotes llenos de fe (que no olvidaban la Caridad) y sacerdotes llenos de Caridad (que no se olvidaban de la fe), los dos maderos de la cruz de Cristo, más cortos o más largos según lo que duraba la homilía.

A todos ellos les estamos profundamente agradecidos. A todos. Aprendimos cosas sencillas: que la división es arma del demonio (las ovejas siempre juntas detrás de si pastor), que no hay nada que Dios no perdone y nada que nosotros no podamos perdonar, que siempre es buen momento “para echar un perdón” y siempre es buen momento “para echar un te quiero”. Estos sacerdotes maravillosos nos quisieron porque sí y nosotros les quisimos porque nos dio la gana. Los de mi pueblo somos así.
28/03/23 11:24 AM
  
maru
D. Jorge, solo una palabra: "maravilloso"
Ave María.
28/03/23 12:31 PM
  
sofía
Muy interesante para los que no conocemos ese mundo rural de los pueblos pequeños.
Gracias por todo.
Ave María
28/03/23 12:32 PM
  
Teresa Lodones
Querido Padre Jorge:
Solo puedo darle gracias por su extraordinario testimonio.
Nuestras acciones llegan muy lejos, no sólo en la ubicación donde vivamos, sino en el tiempo.
Q maravilla es ser cristiano.
Lo dicho, muchísimas gracias por sus textos que leemos s por infocatolica.
Teresa
28/03/23 12:48 PM
  
África Marteache
Un vistazo a las grandes persecuciones de los últimos siglos indica bien a las claras que hay dos clases de mártires: los frailes, por la evangelización, y los curas rurales por las contrarrevoluciones.
Las grandes contrarrevoluciones fueron rurales: la vandeana, la cristera y la carlista y, por lo tanto, implicaron fundamentalmente al clero rural. Es raro pillar a algún obispo entre ellos, y no digo obispo sino arcipreste o canónigo. Hoy en día, al no existir el mundo rural, eso ya no se da, pero los precedentes existen a mayor gracia y gloria de los curas de pueblo de los cuales usted, D. Jorge, es digno sucesor.
Ni los vandeanos, ni los cristeros, ni los carlistas buscaban obispos, los curas rurales les bastaban, en el caso de los vandeanos porque no estaban juramentados como la mayoría de los de ciudad (aplíquese al presente).
28/03/23 1:53 PM
  
Sancho
En todo caso, siempre habrá que adaptarse a las circunstancias, como en esos lugares del mundo donde tienen que andar más de una hora para asistir a misa, y las andan, los que pueden. Puesto que aqui la mayoría de asistentes, sobre todo en los pueblos, son gente mayor, muchos con dificultades para desplazarse, habría que facilitarles el transporte, que para eso estamos en el "primer" mundo (de momento); y también se le podría facilitar a algún cura mayor que lo necesite, y que todavía podría atender así algunos pequeños pueblos.
28/03/23 3:18 PM
  
Miguel
Muchas gracias D. Jorge por la enseñanza
28/03/23 3:32 PM
  
Breve.
Padre: ¡Amen!

¡Qué Dios le siga bendiciendo y a nosotros con Vd!
28/03/23 4:14 PM
  
claudio
Estimado Padre.

Lo tuyo es una Oración al Señor por agradecimiento.
Eres un privilegiado, en tu caso además de ruralidad hay "pastoral a distancia", cruza el mar océano.

En general (sin personalizar) cuando a un cura se lo traslada o se le insinúa que mejor se vaya (con la música a otra parte) si miramos con atención se advierte una ironía providencial, escribir derecho con trazos torcidos.

Es un misterio cómo -en muchos casos- una sanción puede ser una Gracia.
28/03/23 4:22 PM
  
AJ
P, Jorge:

En su testimonio, veo yo la belleza del sacerdocio católico. Muchas gracias
28/03/23 4:41 PM
  
Octavio
Precioso
28/03/23 4:58 PM
  
Fraileví
Los curas rurales no son todos iguales, como los curas de la ciudad.

Como en la capital, los curas de antes no son como los de ahora. No pueden ser, y no siempre se acierta al adaptarse. Se nota el que ha nacido en un pueblo.

Y además como había muchos curas, en cada pueblo vivía ( que no es lo mismo que estar) uno.

Ahora hay uno que "da servicio" a muchos pueblos. Dar servicio a, es muy diferente a vivir en.

Llama la atención que las gentes dicen que el cura tiene mucho trabajo "porque los domingos tiene que ir de un pueblo a otro diciendo 4 misas".

Por supuesto que lo más importante es celebrar la misa y administrar los sacramentos.

Pero nadie dice que el cura tiene mucho trabajo porque tiene que evangelizar a 4 pueblos.

La gente dice que el cura cada día de la semana va a decir misa a un pueblo, no dice que va a evangelizar, a convivir, cada día a un pueblo.
El cura está disponible para quien le llama, quien le busca le encuentra, si no pues...

En mi pueblo hay una señora que tiene la llave de la iglesia, toca las campanas y tiene todo preparado, porque el cura llega justo a la hora y se va rápido porque siempre tiene mucho que hacer. Los domingos y los demas días.

Evangelizar, vivir y conocer a la gente, sólo a las 2 o 3 que estamos más metidas en la Iglesia.
Esto es lo que me dice my hermana, cuando paso unos días en mi pueblo. Cuando yo era joven y vivía en el pueblo el cura, nos conocía muy bien a todos, y todos le conocíamos, tenía una huerta bien cuidada y se intercambiaba los semilleros de las hortalizas con la gente, era la ocasión para hablar y fumarse un cigarrillo, con los que no iban a misa. Ahora no hay huertas, habría que buscar otra cosa.

Quizás a un cura rural lo ve diferente el feligres rural que como se ve el cura.
Aunque hay curas y curas, y pueblos y pueblos. Y un antes y un ahora.
Parece que hay una contradiccion: Tienen mucho trabajo, pero casi todos se buscan (tienen) otras cosas que hacer fuera de los pueblos, porque...

Con Dios.
28/03/23 5:49 PM
  
Lorenzo Valla
Lo suscribo de pe a pa.
28/03/23 6:55 PM
  
Carlos Porras
Querido Padre Jorge

Muy hermosa reflexión.
Una vez un sacerdote amigo, al que por mucho tiempo tuvieron para allá y para acá, cambiándole tareas y ubicación sin establecerlo definitivamente en ninguna parte, me dijo: "La vocación sacerdotal es una vocación de servicio. Uno está dispuesto a servir a Cristo y a las almas, pero uno no puede escoger dónde servir."
He notado que en muchos de sus artículos, usted se refiere a sí mismo como "servidor". En su caso, como sacerdote, esa palabra es más que una expresión. coloquial. Ser sacerdote es servir a Cristo y a las almas.
Ser párroco rural, le ha permitido a usted, además, encontrar otras formas de servir. Si usted estuviera en un despacho atendiendo visitas y correspondencia, o en una parroquia de muchos fieles y muchas obligaciones, quizá le habría sido más difícil mantener este blog, que tanto bien hace a sus miles de lectores, así como la Parroquia Virtual de San José de la Sierra que, para muchos fieles en distintos países, como para mí desde Costa Rica, es una fuente luminosa de valiosas enseñanzas.
Rezo su Ave María.
28/03/23 9:22 PM
  
Haddock.
Otra de las virtudes silenciadas de ser cura de pueblos pequeños, consiste en que los fieles tienen muy interiorizado el sensum fidei, y que con un cura progre, tienden en las fiestas patronales el lanzarlo al pilón de de la fuente para refrescarles los dogmas.

¡Benditos sean!



28/03/23 9:43 PM
  
Breve.
Ya. Pero es que D. Jorge vive en el pueblo. La Serna

Y la casa de servicio/ejercicios/ hospedaje. La tiene en Braojos.

En cuanto al tercer pueblo Piñuécar, nada puedo aportar, pues cuando yo tuve el placer de escuchar Misa con D. Jorge y luego escuchar sus opiniones mientras disfrutábamos de una rica comida, era todavía titular de Gascones.

Así que no entiendo a qué ton viene el comentario de Frayleví. Pareciera que quisiera echar por tierra la labor del padre Jorge con sus parroquianos, incluídos los virtuales, que esos sí que somos legión, de S. José (de la Sierra), claro, no el del Averno.

¡Ave María, padre!
28/03/23 10:06 PM
  
Más de uno
Haddock,
Eso que nos cuentas no ocurre.
La gente de los pueblos es gente de bien.
Suele ser gente acogedora, que recibe en Amor en Cristo al extraño.
Hasta contigo sucedería.
28/03/23 11:23 PM
  
Josep
el cura rural o cura de pueblos reza y enseña a rezar a otros, imparte formación católica, celebra la Eucaristía en todos los pueblos o aldeas que atiende, está cerca de los lugareños y les conoce, así como ellos conocen más de cerca a su cura, procura hablar con todos y acercar a los no creyentes a la fe cristiana, atiende a todas las personas que se le acercan y él mismo se acerca a ellas.......
29/03/23 12:23 AM
  
Maricruz
Un día de estos estaba echando cuentas que este año serán 45 de vivir en un pueblito por el que ha pasado una cantidad y variedad poco común de párrocos.

Solo uno parecido a usted en tanto tiempo.
Y otro, un poquito parecido.

Para que mida el dolor de mi alma, le cuento nada más que, hubo uno que decidió no celebrar la misa a la que llegué, porque solo estaba yo.

Y así fue los dos años que estuvo por aquí.

Aunque, me parece que el Señor sabe que he sufrido y por eso trajo a una congregación que custodia lo bello, bueno y verdadero como si en el universo no existiera otra cosa

🤩😍

Viera qué oración tan linda digo a diario por toda la gran cantidad y variedad de sacerdotes que en mi vida he conocido.

Y es que me han dado amarlos tanto porque yo no puedo hacer lo que hacen, ni el Señor podría hacerlo.

Yo entiendo bien lo importante que Dios les ha encomendado y por eso le suplico que de verdad lo comprendan. Pido a Dios gracia para ellos.
29/03/23 2:22 AM
  
Tamerlán
Que tranquilidad da leerle Don Jorge. Ánimo y persevere en ministerio. Que para los laicos sea también ejemplo en nuestros quehaceres y oficios que parecen de los primeros y terminamos de los últimos.
29/03/23 8:47 AM
  
Cen
Se puede ser un sacerdote rural como el que describe (y es) don Jorge. Pero como cuentan Frailevi y Maricruz, no son así todos los curas rurales. Aquí, pueblo de 40 habitantes en invierno, al cura no le conocen casi ni de nombre. Porque no está. Viene tres veces al mes, celebra la misa dominical y se va. No hay más pastoral. No conoce a la gente, no evangeliza…aquí lo que se hace lo hacemos los laicos, no el cura. Y podría hacerlo, eso me consta. Se dedica a otras cosas (que su Obispo no le ha encargado), supongo que porque le gustan más y porque tiene ahí su coro de palmeros. Y esta es la gran tragedia, la omisión de tantos sacerdotes. Recemos incansablemente por los sacerdotes.
29/03/23 9:51 AM
  
Breve.
Cen:

Correcto, pero tampoco todos los "curas "urbanitas" son curas ejemplares. D. Jorge por muchos años fue también cura urbanita. Y en dos parroquias al menos. En la última fue un cura ejemplar, Frayleví puede dar testimonio de ello en primera persona.

Pero la cosa es que D. Jorge ha decidido publicar este post sobre cómo es su vida como párroco rural, no sobre cómo actúan otros curas rurales "despegados" de su ministerio.

¡Ave María, padre!
29/03/23 1:07 PM
  
Martinna
Cen
Cómo dice el refrán : *Dos no se pelean cuando uno no quiere* Tampoco surge amistad si no se cultiva.
Cuando un cura dice la misa y pasa de largo, habrá que saber por qué, podrían los feligreses poner de su parte para que haya algún acercamiento… No se puede decir que no evangeliza si celebra la misa, lee el evangelio y lo comenta… Claro que hay que rezar por los sacerdotes, por todos y por todo, pero tenemos que poner de nuestra parte lo necesario para que la ayuda de Dios caiga en buena tierra y dé fruto. Hay personas que tienen facilidad para relacionarse y otras que no, así que los feligreses tenéis que proponerle al cura lo que necesitáis de él y animarle.


29/03/23 3:59 PM
  
Martinna
El gato con botas
Dice que no puede tener confianza con una persona que está de paso.

No se trata de “alguien que está de paso” Sino de un sacerdote que hace lo que el Señor le manda, cómo celebrar misa, sacramentos, ayudar a quienes lo necesitan…
Cuando he estado de paso en algún lugar, por estar de viaje, he ido a misa, a confesar o a consultar a un sacerdote, que no sabía ni su nombre, pero que siendo sacerdote estaba ahí para eso, para darme la absolución, orientación, ayuda,
Para los cristianos los sacerdotes no son extraños o desconocidos, el Señor los escoge para que nos ayuden, para ellos tampoco somos extraños o desconocidos, tanto ellos como nosotros somos hijos de Dios y hermanos en Cristo.
29/03/23 4:32 PM
  
Cen
Breve, por supuesto que hay curas urbanitas que no son ejemplares. Pero el artículo de don Jorge versa de cómo son los curas de pueblo en general (no solo describe su vida). Y solo quería llamar la atención sobre el riesgo de idealizar y generalizar. En esta diócesis solo conozco dos curas de pueblo que se parezcan un poco a lo que don Jorge describe. El resto no lo son.

Martinna: el párroco tiene una muy buena relación con los dos o tres laicos que se ocupan de la parroquia (de la iglesia física y de los cristianos que por aquí andan). Algún domingo come con ellos. Se habla frecuentemente con él de la pastoral rural, de que ha de estar, de hacerse ver, de estar entre semana… con mucho cariño, que en verdad se le tiene. No hay forma. A veces dice que sí, pero a los pocos días sus buenos propósitos caen en el olvido. El problema es otro. Y no sabéis la sensación tan dolorosa que es ver que somos ovejas sin pastor, teniendo pastor.
30/03/23 11:04 AM
  
Breve.
Cen:

Como es cuestión opinable no creo conveniente insitir más en el tema.

D. Jorge escribe en primera persona la introducción hasta que nos muestra la joya que escribió en su día: Gracia y Privilegio de ser cura rural.

Es evidente que los curas que actúen de manera diferente a ésta quedan retratados por oposición.

La forma de hacerlo D. Jorge, es mi opinión, es más elegante que citar casos particulares, que haberlos haylos, y además engloba a todos los curas rurales pasotas con su ministerio y no sólo a algunos.

Aquí me despido de este interesante post.

La Paz sea contigo, Cen.

¡Ave María, padre!
30/03/23 2:00 PM
  
Fraileví
De estos acertados comentarios,
todos valiosos, se pueden sacar consecuencias muy diferentes

Una he sacado yo, y es la parcialidad con que juzgamos, acusando o disculpado a las personas, según que nos caiga bien o mal, según se adapte a nuestra manera de pensar, como si nos creyeramos ser el metro para medir la virtud

Digo esto porque me alegra el amor y fervor como defienden a D. Jorge de ataques más imaginados que reales.
Tal es su ferviente apoyo, que de la misma manera atacan a la jerarquía y hasta critican al Santo Padre, cuando intuyen, aunqye no lo haga, que el P. Jorge va por ese camino.

Cierto, he confesado y confieso con suma satisfacción la estupenda y eficiente labor que el P. Jorge ha hecho en anteriores parroquias.
Le he oído decir, y yo también lo creo, que la más importante ha sido poner en marcha una capilla de adoración permanente al Santísimo Sacramento que funciona estupendamente y donde yo he pasado muy buenas noches en soledad con El rezando, meditando y por qué no decirlo, teniendo felices sueños, pues eran más que dar una cabezada.
Por eso y por algunas cosas más, le estoy muy agradecido, aunque se lo manifieste de forma que a algunos desagrada.
Y como el y yo entendemos de toros, con frecuente le he recordado que a Manolete le mataron los aplausos de sus seguidores.
Y con frecuencia compruebo que como yo, piensan muchos antiguos feligreses suyos.

Con Dios.
30/03/23 10:26 PM
  
Breve.
Frayleví: Desacertado comentario. Rezuma resentimiento por todos sus poros.

Con Su Madre. (Stabat Mater).
31/03/23 9:17 AM
  
Fraileví
Me parece que la crítica que se hace a ni comentario, como una sentencia, sin razonar nada, confirma mi opinión sobre algunos incondicionales del P. Jorge.

Yo creo que el P. Jorge ha cambiado como él mismo lo afirma en uno de sus comentarios. Todos los seres pensantes solemos hacerlo.

El P. Jorge ha sabido promover equipos de colaboradores en todas las parroquias donde ha estado y en todas tuvo lo que él llama cardenalas, también cardenales.

Parece que se critica al Papa de que hace caso a unos cardenales y no a otros.

A mi me parece, me permito aconsejar al P. Jorge, que reúna en Consejo a las "cardenalas" y "cardenales" que ha tenido en sus parroquias y las escuché. Creo que le aconsejarían bien o al menos con buena intención.
Son auténticas y reales, con mejor criterio que las imaginadas, aunque por ello menos comodas.

Con Dios.



02/04/23 9:08 AM
  
Breve.
Eso era. Por eso rezuma resentimiento.

Quiere un "csrguito" con D. Jorge porque echa de menos aquellos buenos tiempos en la Beata Ana Mogas, los más felices de su vida. Pero hombre de Dios, haber empezado por ahí.

Es muy sencillo: D. Jorge cuando es trasladado de parroquia quema sus naves como Pizarro y empieza de cero con una nueva "tripulación". No hay despecho, ni acritud en su actitud. Es por evitar interferir con el nuevo párroco en su antigüa parroquia.

¿Le escribió email y no obtuvo respuesta? Ya no pertenece a su tripulación.

La únics solución es irse a vivir a uno de los tres pueblos. Pero en las iglesias hace un frío que pela, al menos en La Serna y Braojos. Piñuécar no la conozco.Y francamente con 83 años, ..., en fin; si me explico.

Ahora: Ni Rafaela, ni Almudena se van a dejar comer la tostada por vd.

¡Ave María, padre!
03/04/23 12:37 AM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.