Misa para dos
La señora Juana, de La Serna, es especial. Cuando llegué a estos pueblos le pregunté por la asistencia a misa:
- Pues mire usted, dos o tres no le han de faltar.
- No, si digo los domingos.
- Pues eso, que los domingos dos o tres no le han de faltar.
Algunos domingos no llegamos.
Ayer amaneció nevando y con mucho frío, como se pueden imaginar. Mi costumbre es abrir la iglesia con mucho tiempo, así puedo preparar las cosas con tranquilidad y rezar un poco. Tres o cuatro minutos antes de la hora, ahí que te viene Juana, con sus ochenta y ocho recién cumplidos, bien abrigada, ayudada por su bastón y una sonrisa que ilumina el día.