Si yo quisiera acabar con la Iglesia católica
Trabajaría, sin dudarlo, en tres direcciones:
CONVENCER A TODO EL MUNDO DE LO MALA QUE ES LA INSTITUCIÓN
Para ello jamás hablaría de las cosas buenas que haya hecho o haga, con la excusa de que la mano izquierda no debe saber lo que hace la derecha y que hablar de lo bueno que hace es faltar a la humildad.
Sin embargo rebuscaría cada día noticias que hablen de sus maldades pasadas o presentes retorciendo incluso los hechos, con la excusa de que lo hago para que se purifique.