Yo estuve allí. Yo lo vi. Yo lo presencié...

…Por tanto, que no nos engañen, no lo olvidemos nunca jamás, que el Papa estuvo en Barcelona, y que Barcelona supo acogerlo, con miles de personas en la plaza de la Catedral. Miles, aunque parecían millones, porque hacían el ruido de un ejército en marcha. “VIVA EL PAPA”, “ESTA ES LA JUVENTUD DEL PAPA”, “OLÉ, PAPA, OLÉ”, “JO SI TE ESPERO” y muchos más fueron los gritos que adornaron aquella noche que desde ahora está en la memoria de todos y nunca olvidaremos, porque olvidar eso significaría olvidar parte de nosotros, olvidar que si queremos sabemos darlo todo por algo, que si queremos sabemos entregarnos a una cosa, a una causa diferente a nosotros mismos, que si queremos sabemos comportarnos como, más que buenos, santos cristianos, que se olviden los que ya están esperando a que de nuestra memoria desaparezca el ímpetu, la alegría, el entusiasmo de estos dos días para poder empezar a criticar al Santo Padre, porque si es verdad que todas esas cosas pasan, lo que no pasa nunca, lo que permanece como la piedra, es el amor que tenemos al Santo Padre, es el amor que tenemos a Benedicto XVI, amor cimentado en piedra, y desde ese amor, todos juntos, con el ENTUSIASMO de aquella gloriosa noche volvemos a gritar: ¡VIVA EL PAPA!

Pero en esas horas que lo esperamos allí, yo llegue a las cinco de la tarde y ya había gente guardando el sitio, hubo más que gritos, hubo muchas oraciones, en especial el rezo del Santo Rosario, por sacerdotes de diferentes movimientos: Shönstatt, Regnum Christi, Sociedad Misionera de Cristo Rey, un sacerdote de la diócesis de Barcelona, ¡qué rosario más bien rezado el de aquella tarde! Y la tuna San Luis Gonzaga, de la Unión Seglar de San Antonio Mª Claret, fundada por el Padre José Mª Alba Cereceda, SJ, que supieron alegrar la tarde y supieron transmitir la alegría cristiana durante esas tres horas de espera. Y la apoteosis cuando el Santo Padre salió a saludarnos y darnos su bendición, contra todo protocolo así lo hizo. Muchos estuvimos luchando para conseguir eso, y se nos dijo que no, que no podía ser que el Papa ya esta grande, ya no puede hacer esas cosas, pero tenemos un Papa que es un santo, y supo sacrificarse y salir al balcón y darnos su bendición, que la Virgen Santa María lo proteja durante muchos años. Y después las calles de Barcelona adornadas con banderas vaticanas, el blanco y amarillo se veían en cada esquina, camisetas con el lema, Barcelona con Benedicto XVI, por todos sitios. Y esos jóvenes que expusieron su descanso para conseguir que el papa se encontrara más gusto, al colocar por todo el recorrido del Santo Padre en papamóvil banderas vaticanas. Algunos de ellos lo hicieron después del encuentro en la Catedral, muchos otros lo empezaron a hacer a las cuatro de la mañana, para entrar a las seis como voluntarios en la Sagrada Familia.

Y por fin llego el momento esperado, el momento de la Dedicación del Templo de la Sagrada Familia, miles y miles de personas, unidas al Pastor. Ese momento me hizo recordar el día de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo bajo en forma de lenguas de fuego sobre los apóstoles y la Virgen María, y el fuego que llenó al Apóstol Pedro, el primer pontífice, le hizo salir a la puerta del Cenáculo y predicar a todas las gente, desde ese día muchos se convirtieron a la verdadera fe, y mudaron su vida según la ley evangélica del amor. Esperemos que este mismo efecto se produzca en las multitudes que escucharon esas palabras de fuego que salieron de nuestro gran Papa, Benedicto XVI.

¿Y cuáles fueron esas palabras de fuego? Me gustaría hacer especial mención a las siguientes afirmaciones del Papa:

· (…) el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural.

· (…) pido a Dios que en esta tierra catalana se multipliquen y consoliden nuevos testimonios de santidad, que presten al mundo el gran servicio que la Iglesia puede y debe prestar a la humanidad: ser icono de la belleza divina, llama ardiente de caridad, cauce para que el mundo crea en Aquel que Dios ha enviado

En estos momentos, en que muchos hogares afrontan serias dificultades económicas, los discípulos de Cristo hemos de multiplicar los gestos concretos de solidaridad efectiva y constante, mostrando así que la caridad es el distintivo de nuestra condición cristiana.

Rezo por vosotros todos los días y os ruego que me ayudéis con vuestra oración a cumplir con fidelidad la misión que Cristo me ha encomendado. No me olvido tampoco de orar por los que están al servicio de los que sufren, trabajando incansablemente para que las personas con discapacidades puedan ocupar su justo lugar en la sociedad y no sean marginadas a causa de sus limitaciones.

He destacado estos cuatro momentos por parecerme muy significativos de toda su visita. El papa ya ha vuelto para Roma, y nosotros lo tenemos en el corazón ahora sólo nos queda una cosa, meditar profundamente su mensaje y hacerlo vida, que la defensa a la familia cristiana, y al nacimiento del niño concebido pero no nacido, sea cada día más grada y efectiva, que la propagación del deber cristiano de la santidad llegue cada vez a más corazones, que la caridad siga siendo la guía de los corazones de buena voluntad, pero sin olvidar nunca que para conseguir todo esto es necesario, como nos decía el Santo Padre en su carta apostólica en forma motu Proprio Ubicumque et Semper, un encuentro íntimo con Cristo, un encuentro cara a cara con él que solo conseguiremos, con la frecuencia de los sacramentos, el cumplimiento de los mandamientos y la vida de oración.

Marcos Vera Pérez

Presidente de la Asociación Benéfica Jóvenes de San José

2 comentarios

  
Maricruz Tasies
Gracias por haber estado allí y traernos tu experiencia. La he hecho mía.
09/11/10 12:46 PM
  
Catholicus
También rezó el Papa especialmente en su despedida para que "todos los pueblos de España vivan como UNA SOLA FAMILIA".

Al Papa se le escucha todo, sobre todo lo que "molesta", porque no dice nada que no quiera decir y que sea importante.

Así que si dice eso es porque ve algo que no le gusta nada, que es el crecimiento del mal del nacionalismo.

Meter la cabeza como las avestruces es dejar que el Mal siga creciendo sin que el Amor le haga frente.

Hay que repetir esas palabras del Papa en Cataluña especialmente sin descanso, para sanar y atemperar unos excesos y unas xenofobias que son del demonio.
09/11/10 1:30 PM

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