
El plan de Dios, Génesis y Apocalipsis es una obra compuesta por siete volúmenes, de los cuales los dos primeros ya están disponibles en Amazon en formato digital y también en tapa blanda y dura. El resto se encuentra en proceso de maquetación y se irán publicando conforme vayan quedando listos, con la previsión de que la colección completa esté disponible hacia finales de este año.
Entrevistamos a su autor Juan Carlos Chamorro Jiménez.
Inició sus estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada, dentro del área de Humanidades, en la especialidad de Filosofía, aunque quedaron inacabados. Su trayectoria profesional se ha desarrollado principalmente como industrial de Artes Gráficas, al frente de una imprenta familiar, y durante un tiempo también en el ámbito de la importación y venta de automóviles, tanto nacionales como procedentes del extranjero.
Posteriormente orientó su formación hacia la gemología, obteniendo el título de Diplomado en Gemología por el Instituto Gemológico Español, organismo dependiente del Instituto Geológico y Minero de España y adscrito al Ministerio de Ciencia y Tecnología. En esta misma institución se especializó en diamante, realizó un Máster en piedras de color (esmeralda, rubí y zafiro), se acreditó como experto tasador en joyas y completó un curso monográfico sobre perlas e imitaciones.
En la actualidad está jubilado y dedica su tiempo a la escritura. Ha publicado El Fin de los Tiempos en las revelaciones privadas católicas (dos volúmenes) y una adaptación al español actual de tres obras de Santa Teresa de Jesús: El libro de la vida, Las Moradas del Castillo Interior y Camino de perfección. Actualmente está finalizando el proyecto El plan de Dios, Génesis y Apocalipsis, que presenta en esta entrevista.
Punto de partida y propósito del libro
¿Qué le llevó a escribir un libro sobre la relación entre el Génesis y el Apocalipsis?
Este libro es fruto de la evolución de mi camino personal iniciado en mi conversión, en el año 2008. Hace algo más de dos años me propuse comprender el Apocalipsis, porque veía que la mayoría de interpretaciones se quedaban en lecturas caóticas, tomando versículos sueltos y asociándolos a profecías o revelaciones privadas, sin una visión completa del conjunto. Fue al intentar leerlo con una mirada global cuando descubrí que el libro tenía una estructura propia y coherente. Esa certeza me abrió una nueva perspectiva: el Apocalipsis debía entenderse como un todo, y no como un relato fragmentado ni como una fábula moral. El propio texto afirma que lo que se revela a Juan son las cosas que han de suceder, mostrando su carácter profético. Comprendí entonces que no se trataba de un relato periodístico con detalles minuciosos, sino de una visión del desarrollo de los acontecimientos de la historia. A partir de ahí me impresionó también el simbolismo que recorre sus páginas, un lenguaje que, con el tiempo, descubrí que estaba tomado de la misma Escritura y que le da al libro una continuidad admirable con toda la Biblia.
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