Josepmaria Anglès, director del documental Solo Javier, reflexiona sobre la vida de Javier Sartorius

Josemaria Anglès es un joven cineasta barcelonés formado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra, con una amplia trayectoria en dirección, producción y guion de documentales de temática religiosa como Valientes (2024), Guadalupe: Madre de la Humanidad (2024) y Faraway Land (2018)…entre otros.

La película Solo Javier se estrenó el 12 de septiembre.

¿Por qué decidió dirigir una película sobre la vida de Javier Sartorius?

Cuando nos llegó la propuesta por parte de la Asociación Javier Sartorius de realizar una película sobre Javier, lo primero que hicimos desde la productora ADAUGE fue examinar a fondo la vida de este personaje. Nos dimos cuenta de que su trayectoria iba muy alineada con el tipo de historias que nos gusta llevar al cine: inspiradoras, desafiantes, conmovedoras, siempre con un componente especial de llamada a la conversión, especialmente para los más jóvenes. Al ver que la vida de Javier era un ejemplo clarísimo de esto, y además estaba todavía en el anonimato, decidimos apostar por ello.

¿Por qué el título “Solo Javier” define su vida?

Porque, en resumidas cuentas, Javier decidió dejar atrás una vida de éxitos, reconocimientos, trofeos y placeres, para dedicarse a fondo al “tesoro escondido” que se había encontrado: la riqueza de la fe en Jesucristo y la vida espiritual.

Cuando llegó al Santuario de Lord con la intención de “probar” la experiencia en aquel lugar –sin saber que pasaría allí nada menos que sus 14 últimos años de vida–, le preguntaron por su nombre. Se limitó a decir “Javier”, y cuando le insistieron por conocer sus apellidos, sentenció: “Solo Javier”.

El motivo era muy claro: sus apellidos, en aquella época (principios de los 90), eran todavía muy conocidos en toda España, por la involucración de varios miembros de su familia en las altas esferas de la política y la sociedad. Javier quería dejar atrás al “hombre viejo”, que en su caso incluía también su procedencia aristocrática, y no quería entrar en la vida monástica anunciando su procedencia a bombo y platillo. De ahí que se quedara solo con su nombre de bautismo: Javier.

¿Es difícil renunciar a la gloria y fama mundana para anonadarse en Dios?

Desde luego. En el caso de Javier, fue algo radical. Como se muestra en la película, fue un “desapego” de lo material que realmente comenzó en Los Ángeles, antes de su conversión al catolicismo, cuando decidió tirar su trofeo de campeón nacional de pádel a la basura, coger sus cosas y marcharse a las misiones en Perú. Su corazón inquieto, como el de San Agustín, estaba empezando a intuir qué caminos debía tomar para vivir una vida auténtica y plena.

En el fondo, esto no es nada nuevo. Como podemos leer en el Evangelio según San Mateo: “todo el que por mi causa haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o terrenos recibirá cien veces más y heredará la vida eterna”.

¿Por qué es tan común que gente que lo tiene todo experimente un profundo vacío?

Porque estamos hechos para el Amor, en mayúsculas. La abundancia material –no necesariamente mala– tiene el peligro de hacernos “perder el rumbo” y acabar viendo los bienes materiales como “el objetivo de la vida”, no como un medio o un sustento, que es lo que realmente son.

Cuando se cae en ese pozo, cada vez más profundo, el resultado lo intuimos en tantas noticias y casos conocidos. A mayor bienestar material en una sociedad, muchas veces hay mayores índices de depresión, suicidios, etc. ¡Y cuántas personas famosas mueren de sobredosis o pasar por terroríficas depresiones!

La solución a todo ello está dentro del Evangelio. Pero, ¿nos regalamos el tiempo para leerlo como se merece, y actuar en consecuencia?

¿Por qué ese vacío es necesario para que entre Dios?

Porque es el principal síntoma que el propio Dios nos regala para sugerirnos el camino de la conversión. Ante la experiencia tan humana y universal del “vacío existencial”, hay dos reacciones posibles: anestesiarlo (ignorarlo, emborracharlo de distracciones y comodidades materiales) o mirarlo a la cara (mucho más desgarrador a veces, pero necesario si se quiere crecer espiritualmente).

¿Por qué Dios se suele llevar a los que están maduros para el Cielo?

Se dice que “los caminos de Dios son inescrutables”, es decir, totalmente imposibles de prever y comprender en toda su complejidad. Dicho esto, todos conocemos casos de muertes aparentemente trágicas, de personas que dejan atrás a una familia que dependía de ellos, o que no parecían “preparadas” desde el punto de vista espiritual, por ejemplo. Ante muchos de estos casos, humanamente nos resulta imposible comprender qué puede haber “de bueno” en los planes de Dios.

Sin embargo, también hay otros casos que, a nuestra mentalidad humana, sí parecen un poco “comprensibles”. Me refiero a todas las personas que mueren con cierta “fama de santidad”, o de ser gente que ya había cumplido una misión en esta vida. Desde el punto de vista cristiano, en el fondo, no deja de ser una “buena noticia” que ya hayan ido a juntarse eternamente con el Padre. Pero, insisto, también esto es una interpretación humana, un intento nuestro de comprender la voluntad de Dios, que siempre hay que mirarla con la humildad de sabernos muy limitados, sin aventurar demasiadas hipótesis.

¿Qué le ha aportado en su vida espiritual realizar la película?

Varias cosas. Por un lado, conocer otro ejemplo –gracias a Dios ya conocía varios– de la Iglesia misionera, en este caso, la que trabaja entre los más pobres de Cuzco, donde también estuvo Javier. No deja de admirarme, y siempre pienso que demasiado poco hablamos de estos héroes anónimos, que lo son por su entrega y su “sí” al Señor, en un contexto más duro (materialmente hablando) que el de los que vivimos en la sociedad del bienestar.

Luego, el contacto con el Santuario de Lord ha sido todo un descubrimiento para mí. Ha sido mi primera experiencia de “vida contemplativa”, de “ora et labora” sin estar sometido a las constantes notificaciones del móvil ni a las distracciones del mundo. Y es algo un poco desconcertante al principio, pero a medida que pasan los días, uno se va llenando de paz. Lo recomiendo mucho. Para mí, sin duda, se ha convertido en un lugar de referencia.

Por último, la radicalidad de Javier no deja de ser un reclamo grande. Si me miro en el “espejo” de su autenticidad evangélica, la verdad es que me siento poca cosa. Es realmente difícil vivir con ese desapego y entrega, pero al final cada uno tiene su camino, y yo estoy convencido de que la experiencia de llevar su historia a la gran pantalla también me ha “salpicado” al corazón, quizás más de lo que soy capaz de entender ahora.

¿Cómo puede impactar al joven de hoy y a todo católico en general? ¿Por qué crees que merece la pena ir a verla?

Porque no hemos querido pintar a un “santo de estampita”, ni a una persona intachable. Al contrario: Javier se presenta como un joven inquieto al que le gusta el deporte, la fiesta y la “buena vida”. Creo que cualquier joven de nuestra sociedad se puede ver representado en él, al menos en su punto de partida.

Luego, el modo tan radical en que él decidió responder a su inquietud existencial es absolutamente extraordinario. Ahí sí que puede remover muchas conciencias, tocar mucho el corazón de cualquier persona que se acerque a verla. Gracias a Dios, hasta ahora la respuesta del público que estamos recibiendo es súper positiva: a la gente le engancha la historia y le hace cuestionarse muchas cosas. Porque, como decía Javier, ¿tú qué harías si te quedara una semana de vida?

Por Javier Navascués

4 comentarios

  
Generalife
Gracias a Dios por las maravillas que obra en las almas
15/09/25 11:46 AM
  
Transeúnte
Deduzco de lo leído que Javier tuvo una experiencia de Dios de un modo espontáneo y desde ese momento decidió seguir el camino hacia Dios. Habla del vacío. El vacío es Dios mismo pero se vive como algo terrible porque es purificador. No hay nada para los sentidos y es rechazado por la mayoría, en efecto. Pero si se acepta el vacío acaba siendo Dios. Pero no es un camino fácil. Hay que seguirlo día a día. Siempre en soledad. Siempre en silencio. Y siempre con Dios.
15/09/25 6:23 PM
  
Alberto
Las vidas de santos, de hombres y mujeres valiosos, son las mejores influencias porque nos muestran que podemos ser como ellos si queremos. Como mínimo, nos hacen pensar: "¡Qué maravilloso! ¿Cómo es posible que exista gente así?".
15/09/25 7:05 PM
  
Jorge Cantu
Transeúnte:

"Deduzco de lo leído que Javier tuvo una experiencia de Dios de un modo espontáneo y desde ese momento decidió seguir el camino hacia Dios. Habla del vacío. El vacío es Dios mismo pero se vive como algo terrible porque es purificador. No hay nada para los sentidos y es rechazado por la mayoría, en efecto. Pero si se acepta el vacío acaba siendo Dios".

Estás confundido. Dios no es el vacío mismo, como afirmas, sino que cuando descubres el vacío y lo vano de tu vida actual sin Dios y te despojas de aquello que te lastra hacia el mal, el egoísmo y lo mundano es cuando puedes abrirte a la presencia y acción de Dios, que no es vacío sino plenitud en todos los sentidos, llena plenamente nuestro ser y hace que no aspiremos más que a estar con Él, alegrarnos en Él y querer estar en Él para siempre (en el Cielo).
15/09/25 9:26 PM

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