El Papa se reúne con los obispos greco-católicos de Ucrania tras la polémica por sus palabras sobre la Gran Rusia
El Papa Francisco abraza a Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana ©ANSA

La guerra es «una cosa del diablo, que quiere destruir»

El Papa se reúne con los obispos greco-católicos de Ucrania tras la polémica por sus palabras sobre la Gran Rusia

Ayer miércoles se celebró en el Vaticano una audiencia privada entre el papa Francisco y los obispos del Sínodo de la Iglesia greco-católica ucraniana (UGCC). Tras la polémica por las palabras del Pontífice alabando el imperio de la Gran Rusia, el Santo Padre ha querido mostrar su cercanía con los ucranianos.

(Vatican.news/InfoCatólica) Una tragedia cruel y criminal al mismo tiempo, que tiene en sí una «dimensión de martirio» de la que «no se habla lo suficiente». Así describió el Papa la guerra en Ucrania.

El Pontífice se reunión con los obispos ucranianos durante casi dos horas, antes de bajar a la Plaza de San Pedro para la audiencia general. Escuchó de boca de los obispos del Sínodo de la Iglesia greco-católica ucraniana el relato de un dolor terrible, de una guerra y su «número de muertos, heridos, torturados» a la que definió como «una cosa del diablo, que quiere destruir».

La guerra quita la sonrisa a los niños

En un extenso comunicado difundido por la Oficina de Prensa del Vaticano, Francisco compartió el drama que le han hecho vivir los testimonios procedentes de diversos lugares de Ucrania y «con unas breves intervenciones» expresó sus sentimientos de cercanía y al mismo tiempo «la sensación de impotencia que se experimenta ante la guerra», sobre todo cuando la historia llega a tocar a los más pequeños. El Papa -continúa la nota- se acordó de los niños ucranianos que encontró durante las audiencias que «te miran y han olvidado su sonrisa» y añadió: «Este es uno de los frutos de la guerra: quitar la sonrisa a los niños».

Dedicación de los rosarios de octubre por la paz en Ucrania

Ante la crueldad de la guerra se reacciona con la necesidad «de más oración, de conversión y de fin del conflicto», que el Papa acompañó con el deseo de cumplir una petición recibida durante el encuentro, a saber, «que en el mes de octubre, particularmente en los santuarios, el rezo del rosario se dedique a la paz y a la paz en Ucrania». El diálogo abordó también algunos malentendidos por parte ucraniana debidos a ciertas declaraciones del Papa, como las realizadas durante la videoconferencia con jóvenes rusos el 25 de agosto. Francisco repitió a los obispos lo que dijo a los periodistas en el vuelo de regreso de Mongolia sobre sus palabras acerca del tema de la Gran Rusia, un concepto entendido, en ese contexto, en un sentido cultural.

En dicha videoconferencia el Papa elogió pidió a los jóvenes rusos no olvidar «nunca» su herencia de «la gran Madre Rusia». Sus dichos generaron sorpresa y rechazo por parte de los países del Este europeo, entre ellos Ucrania, que consideró «muy lamentable» que la máxima autoridad de la Iglesia Católica recuperara «las ideas rusas de gran potencia».

La gente quiere que seamos valientes como Jesús en la Pasión

Lo que Ucrania debe mirar en esta fase trágica de su historia es, para el Papa, «el ejemplo de Jesús durante la Pasión, que no fue víctima de insultos, torturas y crucifixión, sino que dio testimonio de la valentía de decir la verdad, de estar cerca de la gente, para que no se desanimara». «No es fácil -reconoció Francisco-, esto es la santidad, pero la gente quiere que seamos santos y maestros de este camino que Jesús nos enseñó». Rezando a la Virgen al final del encuentro, concluye el comunicado, el Papa confió a los prelados «cómo cada día recuerda a los ucranianos en sus oraciones ante el icono de la Virgen» que le regaló el arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuk antes de partir de Buenos Aires.

 

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