(KathPress/InfoCatólica) El Papa Leo XIV ha pedido de forma enérgica el fin de la violencia en el este de la República Democrática del Congo, donde persisten intensos combates a pesar de los esfuerzos de paz recientes. En la Plaza de San Pedro, tras el rezo del Ángelus con miles de fieles reunidos en el Tercer Domingo de Adviento, el pontífice expresó su profunda preocupación por la situación humanitaria y la tragedia que viven las comunidades locales.
El Santo Padre señaló que sigue con atención y dolor las noticias de la reanudación de los enfrentamientos en la región oriental del país, subrayando que, aunque se firmó un acuerdo de paz en Washington a comienzos de diciembre, las armas no se han silenciado y la violencia continúa afectando gravemente a la población civil. El Papa instó a los protagonistas del conflicto a detener toda forma de violencia y buscar un diálogo constructivo, respetando al mismo tiempo el proceso de paz en marcha.
La persistencia de las hostilidades se refleja en la ofensiva de la milicia rebelde conocida como M23, apoyada por fuerzas de Ruanda, que recientemente ha consolidado posiciones en territorios estratégicos, desplazando a centenares de miles de personas de sus hogares y provocando una grave crisis humanitaria en la provincia de Kivu del Sur.
En su intervención, Leo XIV recordó la necesidad de proteger la vida de los civiles y de atender sus sufrimientos, exhortando a respetar la dignidad humana y a comprometerse con soluciones pacíficas que pongan fin al derramamiento de sangre. Su llamado fue un gesto de solidaridad con hombres, mujeres y niños atrapados en el conflicto, muchos de los cuales han perdido familiares, hogares y medios de subsistencia como resultado de la prolongada inestabilidad en la región.
El pontífice también llamó la atención de la comunidad internacional sobre la urgencia de actuar ante esta crisis y aseguró su oración y cercanía con la Iglesia y los fieles del Congo, que enfrentan uno de los conflictos más complejos y prolongados de África central.
