(AICA/InfoCatólica) El Vaticano inauguró una nueva edición de la exposición internacional de pesebres bajo la columnata de Bernini, en la Plaza de San Pedro. La muestra, que forma parte de las celebraciones navideñas, fue abierta oficialmente por monseñor Rino Fisichella, proprefecto del Dicasterio para la Evangelización y responsable del Jubileo, y permanecerá abierta al público hasta el 8 de enero.
La exposición reúne 132 pesebres procedentes de 23 países, ofreciendo una amplia representación de las distintas tradiciones culturales con las que los pueblos cristianos expresan el misterio del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Entre los países participantes se encuentran numerosas naciones europeas, así como países de América, Asia y África, reflejando la universalidad de la fe católica.
Las obras expuestas destacan por la diversidad de materiales y estilos utilizados en su elaboración. Algunos pesebres están realizados en vidrio, seda, lana o resina, mientras que otros emplean materiales más singulares como fibra de coco, fibra de plátano, papel japonés o elementos reciclados. Entre las piezas más llamativas se encuentran un pesebre montado dentro de un tambor de curtiduría, otro integrado en la parte frontal de un autobús y una gran representación de una Roma ya desaparecida.
Más allá de su valor artístico, la exposición invita a la contemplación del misterio de la Encarnación, mostrando cómo distintas culturas expresan con creatividad y devoción el nacimiento del Salvador. Cada pesebre se convierte así en una catequesis visual que remite al acontecimiento central de la historia de la salvación.
La ubicación de la muestra bajo la columnata diseñada por Gian Lorenzo Bernini refuerza su significado simbólico. Tradicionalmente interpretada como los «brazos» de la Iglesia que acogen al mundo, la columnata envuelve estas representaciones del Niño Dios, subrayando la vocación universal de la Iglesia y su anuncio permanente de Cristo nacido en Belén.
La exposición puede visitarse de manera gratuita y está destinada tanto a peregrinos como a visitantes, ofreciendo un espacio de recogimiento y contemplación en pleno corazón del Vaticano durante el tiempo litúrgico de la Navidad.







