(CNA/InfoCatólica) Las autoridades han anunciado esta semana la identificación del responsable del asesinato de Carol Ann Dougherty, una niña de nueve años que fue violada y asesinada en el interior de una iglesia católica de Pensilvania hace sesenta y tres años. El culpable ha sido señalado como William Schrader, quien falleció en 2002.
El gran jurado de investigación del condado de Bucks ha dictaminado que Schrader está «definitivamente vinculado» al crimen «a través de la combinación de pruebas de décadas de antigüedad» y un reciente avance crucial en el caso, según ha comunicado la oficina del fiscal de distrito.
La confesión a su hijastro, clave para la resolución
El avance decisivo se produjo el año pasado, cuando la policía estatal de Pensilvania entrevistó al hijastro de Schrader, Robert Leblanc, en noviembre de 2024. Leblanc afirmó que Schrader «le confesó en dos ocasiones distintas que había asesinado a una niña en una iglesia de Pensilvania».
Según las pesquisas, Schrader relató a su hijastro que atrajo a Carol Ann al interior del templo, la violó y «tuvo que matar a la chica en Bristol para evitar que hablara».
«Creemos que podría tratarse de la única violación y asesinato de una niña pequeña en una iglesia en los Estados Unidos», declaró la fiscal de distrito del condado de Bucks, Jennifer Schorn, en una rueda de prensa celebrada el 29 de octubre.
El rastro inicial y la huida del sospechoso
Ya en 1962, un testigo informó haber visto a Schrader —quien residía a una manzana y media de la iglesia— fuera del templo en la hora aproximada del asesinato. La policía lo interrogó inicialmente, según detalló la oficina del fiscal.
Schrader mintió a los investigadores sobre su coartada, asegurando que estaba trabajando en el momento del crimen, y no superó la prueba del polígrafo. También entregó una muestra de vello púbico. Sabiendo que estaba siendo investigado, Schrader huyó de Pensilvania y se trasladó a Florida y luego a Texas, hasta establecerse finalmente en Luisiana.
La prueba forense confirma el vínculo
El vello púbico se analizó en 1993 y mostró «similitudes significativas» con el vello encontrado en la mano de Carol Ann, conforme a la fiscalía. A lo largo de la investigación, que duró décadas, se recogieron 176 muestras de vello púbico, de las que se analizaron 141; las autoridades declararon que «todos los demás individuos fueron descartados».
Las conclusiones del gran jurado, recogidas en un informe de 53 páginas ratificado esta semana por el juez Raymond McHugh, identificaron a Schrader como un «depredador absoluto» cuyo historial delictivo incluía agresiones con armas mortales en varios estados.
Según el fiscal, «la vida de Schrader estuvo marcada por un patrón de violencia y violencia sexual, particularmente contra mujeres jóvenes, prepúberes y adolescentes». El gran jurado determinó, además, que Schrader «abusó sexualmente de casi todas las niñas con las que vivió o a las que tuvo acceso, incluidas su propia hija biológica y sus nietas». En 1985, fue declarado culpable en Luisiana por la muerte de Catherine Smith, de 12 años, después de incendiar intencionadamente su propia casa, sabiendo que la niña y su familia aún estaban dentro.
Los últimos momentos de Carol Ann
El 22 de octubre de 1962, Carol Ann, una ávida lectora de una serie de misterio, se dirigía en bicicleta a la Biblioteca Pública de Bristol Borough para reunirse con sus amigos, según la oficina del fiscal de distrito del condado de Bucks.
En su camino, se detuvo a comprar un refresco y golosinas. Fue vista con vida por última vez frente a la iglesia católica romana de San Marcos en Bristol, el lugar donde fue violada y estrangulada hasta la muerte. Sus padres comenzaron a buscarla al no volver a casa para la cena. Su padre encontró el cuerpo dentro del templo.
Paz tras décadas de incertidumbre
Kay Dougherty, hermana de Carol Ann, intervino en la conferencia de prensa del miércoles. Expresó su gratitud a Vincent Faragali, jefe de policía de Bristol en el momento del asesinato, quien mantuvo una fotografía enmarcada de Carol Ann en su escritorio para recordarle «una promesa que hizo de buscar justicia para ella».
También agradeció al sobrino de Faragali, Mike Misanelli, un periodista que en 2024 lanzó un pódcast que ayudó a atraer atención al caso. Dougherty declaró: «Mis padres fallecieron sin saber en este mundo quién asesinó a su hija. ... Después de tantas décadas de incertidumbre, este hallazgo finalmente trae paz y verdad a una herida que nunca sanó».
«Nuestra familia vivió sin respuestas», dijo Dougherty visiblemente emocionada, «y la incertidumbre que rodeaba la muerte de Carol se convirtió en parte de lo que éramos, una sombra que nos acompañó cada día de nuestras vidas».
«Aunque sé que nada puede traer de vuelta a Carol», concluyó Dougherty, «finalmente podemos dejarla descansar en paz sabiendo que su historia ha sido contada, su verdad revelada y su memoria honrada».







