Koch defiende la vigencia de Dominus Iesus en el diálogo ecuménico
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Entrevista por los 25 años del documento doctrinal

Koch defiende la vigencia de Dominus Iesus en el diálogo ecuménico

En una entrevista con Communio, el cardenal Kurt Koch, presidente del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, repasa los 25 años de Dominus Iesus, la declaración vaticana sobre la unicidad y universalidad salvífica de Jesucristo y la Iglesia. A su juicio, el documento sigue siendo relevante en un contexto marcado por el pluralismo religioso y la secularización.

(Communio/InfoCatólica) Con motivo del 25.º aniversario de la declaración Dominus Iesus, publicada en el año 2000, el cardenal Kurt Koch ha ofrecido una amplia reflexión sobre sus implicaciones y su recepción en una entrevista con Jan-Heiner Tück, redactor jefe de la revista Communio. Koch subraya que la intención principal del texto, impulsado por el papa Juan Pablo II, fue situar a Jesucristo de nuevo en el centro de la fe cristiana, especialmente en el contexto del Jubileo del año 2000.

Críticas

A pesar de ello, el documento fue recibido de forma crítica, especialmente por su tratamiento de la eclesiología y su impacto en el diálogo ecuménico. El cardenal reconoce que, aunque hubo también reacciones positivas, el foco de la recepción pública se centró en los aspectos relativos a la Iglesia, lo que eclipsó en parte su dimensión cristológica. «La intención principal fue un claro testimonio de fe en Jesucristo», explicó Koch, pero «en la recepción pública ha quedado en primer lugar el tema de la Iglesia».

Sobre la teología pluralista de los años noventa, el purpurado recuerda que Dominus Iesus marcó un contraste. «Nosotros, los cristianos, colocamos con razón a Jesucristo en el centro. Esa es nuestra identidad más íntima», indicó. Según subrayó, «la forma de expresarlo puede variar en el diálogo, pero el núcleo no puede relativizarse». Para Koch, el documento no debe leerse como un obstáculo, sino como «una invitación a entablar un diálogo concreto con cada religión a partir de las convicciones fundamentales del cristianismo».

Al abordar la cuestión de la pretensión de la Iglesia de tener la verdad, Koch responde a quienes piden rebajar los contenidos dogmáticos: «Las verdades y sus frutos prácticos no se pueden separar. Con frecuencia quienes rechazan las pretensiones de verdad lo hacen también con una fuerte pretensión de verdad propia». En este punto recordó una frase de Gilbert Chesterton:

«Todos los hombres tienen dogmas; la diferencia está en que unos lo saben y otros no».

En relación con el judaísmo, ausente en el documento, el cardenal explicó que se trató de una decisión deliberada: «La relación con el judaísmo no es extrínseca, sino intrínseca. Si se lo hubiese tratado junto al pluralismo religioso, se habría corrido el riesgo de malinterpretarlo». Recordó además que tanto Juan Pablo II como el entonces cardenal Joseph Ratzinger expresaron de forma reiterada una gran estima hacia el pueblo judío.

Los protestantes no son Iglesia

El purpurado abordó también el delicado punto de la definición de las comunidades nacidas de la Reforma como «no Iglesias en sentido propio». «La dificultad surge cuando la Iglesia católica define a los demás desde su propia autocomprensión», comentó. Y añadió: «El término “eigentlich” en alemán es problemático; en latín, sensu proprio, expresa mejor que esas comunidades no son Iglesia en el mismo sentido que la Iglesia católica se entiende a sí misma». A este respecto recordó que muchos teólogos protestantes reconocen no querer ser Iglesia en ese mismo sentido.

Subsistit y apertura a otras Iglesias

Respecto a la fórmula subsistit in, el cardenal recordó que el Concilio Vaticano II la formuló en clave cristológica: «Así como el Hijo de Dios se encarnó una vez en la naturaleza humana, así la Iglesia de Jesucristo subsiste en la Iglesia católica». Y precisó que «el malentendido surge cuando se interpreta trinitariamente, como hicieron algunos autores protestantes y también católicos».

Koch reconoció que el documento no desarrolló suficientemente la dimensión de apertura a otras comunidades cristianas: «La apertura hacia otras Iglesias podría haberse subrayado más. Juan Pablo II ya había afirmado en Ut unum sint que fuera de la Iglesia católica no hay un vacío eclesial». Con todo, advirtió que la cuestión de fondo sigue siendo eclesiológica:

«¿Existe la única Iglesia de Jesucristo y dónde se encuentra? Para la Iglesia católica, subsiste en ella. Para otros, es invisible o se manifiesta en todas las comunidades. Esa es la cuestión central que sigue abierta».

Finalmente el cardenal se refirió al reto de proclamar a Cristo en un mundo pluralista y secularizado: «Se puede dar testimonio de Jesucristo solo cuando uno está convencido de lo que anuncia, y esto debe hacerse con humildad». Añadió:

«El cristianismo no tiene en sí una tendencia triunfalista, porque es un credo kenótico: Dios se despoja y se hace hombre en su Hijo».

Recordó también la llamada del papa León XIV a «recuperar el primado de Jesucristo en la predicación», a lo que él mismo se adhiere plenamente: «Sintonizo con esa orientación y agradezco al Papa que haya puesto de nuevo a Cristo en el centro». En este sentido, consideró urgente recuperar «la cristológica del cristianismo, sobre todo cuando solo un tercio de los creyentes afirman que Dios se ha revelado en Jesucristo».

Como propuesta final, subrayó que el próximo aniversario del Concilio de Nicea ofrece una ocasión significativa: «Su confesión de fe nos une a todos los cristianos, porque tuvo lugar antes de las divisiones posteriores». Y concluyó con un deseo de signo ecuménico:

«Sería hermoso que todas las Iglesias recitáramos juntas este credo hoy, para reavivar el núcleo más profundo de nuestra fe».

10 comentarios

Urbel
Dominus Iesus es mejor que la vulgata del ecumenismo y el diálogo interreligioso.

Pero lo que está verdadera y perpetuamente vigente es el dogma recordado por la encíclica Mystici Corporis (1943) de Pío XII: la Iglesia católica es la Iglesia de Cristo, la Iglesia de Cristo es la Iglesia católica.
29/09/25 4:35 PM
Urbel
Se pregunta el cardenal Koch:

"¿Existe la única Iglesia de Jesucristo y dónde se encuentra?"

Un católico contesta, sin dudar, como el Catecismo Mayor de San Pío X:

"Jesucristo fundó en la tierra una sociedad visible, que se llama la Iglesia Católica".

Pero el cardenal dice que "para la Iglesia católica" (como si fuera una opinión) la Iglesia de Jesucristo "subsiste en ella" (como si no lo fuese).

"Para otros,", añade, "es invisible o se manifiesta en todas las comunidades. Esa es la cuestión central que sigue abierta".

Pero no es una cuestión que siga abierta.

Es un dogma recordado por Pío XII en la encíclica Mystici Corporis (1943): la Iglesia católica es la Iglesia de Jesucristo, la Iglesia de Jesucristo es la Iglesia católica.
29/09/25 4:49 PM
Alberto
Urbel parece no entender lo que dice el Cardenal.
Ni la Iglesia, ni el Cardenal dudan de que la Iglesia de Jesucristo permanezca siempre el la Iglesia Católica.
Él describe la situación de las posiciones.
29/09/25 7:44 PM
Vladimir
Desde luego que está vigente el Documento "Dominus Iesus" y siempre lo estará, otra cosa es el grado de aceptación que reciba.
En su momento suscitó mucho rechazo a lo interno de la misma Iglesia y hoy ha de ser igual o peor la situación.
Este es uno de esos documentos clave que, sirve como termómetro para medir qué tan recta y sana es la Fe de ciertos sectores y tendencias de la jerarquía y la teología, porque, en general, los simples fieles no tenemos ningún problema en aceptar lo que siempre ha enseñado el Magisterio.
29/09/25 7:49 PM
Josep
por supuesto.
29/09/25 8:24 PM
Néstor
¿El Card. Koch ha dejado de sostener que los judíos no necesitan a Cristo para salvarse? Sería bueno saberlo, en todo caso.

Saludos cordiales.
30/09/25 4:28 AM
JSP
1. En el debate sobre la relación entre Cristianismo y otras religiones, no faltan entre los teólogos "católicos" quienes afirman que las religiones son caminos igualmente válidos de salvación. Esto no es aceptable por la Divinidad de Cristo: el único Nombre que nos ha dado el Cielo.
2. La Iglesia es Santa por su Cabeza, cualquier secta Protestante tiene otra cabeza: Lutero, Calvino, Zwinglio, ...
3. ¿Tiene elementos de Verdad una secta protestante? Si. ¿Tiene la intención de la Iglesia CAR una secta protestante? No, principalmente el Sacramento de la Eucaristía.
4. Pues, lo que caracteriza al protestante es el rechazo, el odio a Cristo Rey, a la Virgen María, al Vicario de Cristo, ... porque quiere la ignorancia de la fe católica y la mala vida. La intención protestante es siempre de rechazo a la Divinidad de Cristo en cuanto a conversión de romper con el Pecado. El hereje quiere lo bueno de la herejía: seguir siendo un pecador impenitente que se salva como diga yo, no Dios. Esto no es Iglesia de Cristo por mucho elemento de Verdad que contenga.
30/09/25 7:38 AM
JSP
1. Dominus Iesus -en línea CV II-, dada la enorme y rápida difusión de la mentalidad relativista y pluralista (herejías), propone y clarifica algunas verdades de fe.
2. La Declaración se articula en 6 puntos que resumen los datos esenciales de la doctrina de la fe católica sobre el significado y el valor salvífico.
3. Primero, reafirma la fe católica acerca de la plena y completa revelación en Cristo del misterio salvífico de Dios. Después, la unicidad de la economía salvífica del único Verbo encarnado contra la tesis de la doble economía salvífica: la acción del ES no se pone fuera o al lado de la acción de
Cristo. No es + universal el ES -en otras religiones- que el Logos encarnado, pues el Espíritu Santo es de hecho el Espíritu de Cristo resucitado.
4. Jesús es el mediador y redentor universal. La única mediación de Cristo no excluye mediaciones participadas de distintos tipos y orden. Pero, estos obtienen su significado y su valor únicamente de la
mediación de Cristo y no pueden entenderse como paralelas o
complementarias.
5. El Señor Jesús continúa Su Presencia y Su Obra de salvación en Su Iglesia y a través de Su Iglesia: unicidad y unidad de la Iglesia fundada por Él que es Su Cuerpo.
30/09/25 8:24 AM
Juan
No se esfuercen tanto que no se entiende nada de nada.
Lean a Santo Tomás y lo tendrán todo muy clarito.

Es curioso que los Doctores de la Iglesia lo tienen todo tan claro...! Pero claro, es que quizás eran muy intransigentes.....

Los nuevos "doctores" sí que saben....

Pero no les entiende nadie.
Cosas del modernismo y la tan manida perversión del lenguaje.
30/09/25 5:01 PM
javidaba
La historia de siempre: Dios crea un Paraíso, Adán y Eva incluidos, les revela su "folleto de instrucciones" (por eso Es el "fabricante" y conoce su funcionamiento) «creced y multiplicaos...» y «no comáis ni toquéis el árbol de la ciencia del bien y del mal, o moriréis»; y bajaba al atardecer a conversar con ellos dos...
El culebrón, con su eviternidad estéril, im-potente, soberbia y envidiosa, consigue inocular en Adán y Eva una versión "sub" del precepto, con lo cual subvierte el "folleto de instrucciones":
- «No moriréis...»; y efectivamente no murieron ... de momento.
- «Bien sabe Dios...»; y efectivamente Dios lo sabía.
- «... seréis como dioses y conoceréis el bien y el mal»; y efectivamente se creyeron dioses, empezaron a conocer el bien, y del mal se iban a dar verdaderos atracones desde que su hijo Caín asesina a su otro hijo Abel.
Para inocular esa "versión-sub" del Paraíso, el culebrón, hace un ejercicio de "libre examen"aplicando la técnica de "nominalismo", "quitando hierro" al precepto, "misecordiándolo" para que no parezca tremendo y lo acepten «todos, todos, todos» sin asustarse ni sentirse ofendidos.
Hoy los "sinodaleos" que sigue organizando el culebrón en Cumbres de El Cairo, Pekín, Foro de Davos, Agenda 2030, etc. el antedicho culebrón, aún no se ha "aggiornado", sigue capturando almas, y mientras, en la Única Santa Iglesia, siguen vegetando timoratos
1/10/25 9:24 AM

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