(Die Tagespot/InfoCatólica) ¿Se está debilitando el impulso reformista de los obispos alemanes tras el Camino Sinodal? Así lo ha sugerido Irme Stetter-Karp, presidenta del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK), en declaraciones recogidas por la edición del viernes del Kölner Stadt-Anzeiger. En la entrevista, ha calificado de «muy desalentador» el comportamiento de «algunos obispos» en el contexto actual.
Sus críticas no se centran únicamente en el cardenal de Colonia, Rainer Maria Woelki, ni en los obispos bávaros que no participan en el Comité Sinodal, órgano sucesor del Camino Sinodal. También se refieren a otros prelados cuya «brillante ausencia» en recientes reuniones ha sido, según Stetter-Karp, «motivo de irritación». Aunque evita mencionar nombres, advierte:
«Los interesados deben saber que lo tenemos presente. Y las representaciones laicas de las diócesis no tardarán en identificar a aquellos obispos que, pese a la antelación de las convocatorias, han priorizado otros compromisos en más de una ocasión».
Sola la mitad de las diócesis bendicen homosexuales
Las críticas de la presidenta del ZdK se extienden asimismo a aspectos concretos del proceso sinodal. Señala que solo la mitad de las diócesis alemanas aplica actualmente la guía para celebraciones de bendición a parejas homosexuales, a pesar de haber sido aprobada formalmente por los obispos en el marco del Camino Sinodal. El resto, según indica, la rechaza o continúa con «interminables rondas de consultas, siempre con un ojo puesto en Roma». A juicio de Stetter-Karp, muchas de las resoluciones adoptadas con amplia mayoría podrían haberse implementado ya.
No esperar a la aprobación de Roma
Hasta ahora, explica, el ZdK había optado por contener sus críticas para no alimentar a quienes, desde el Vaticano, «han intentado constantemente entorpecer el proceso». «Cuando dos discuten en Alemania, el tercero en Roma se alegra», resume gráficamente. Sin embargo, considera que ha llegado el momento de «poner todas las cartas sobre la mesa» antes de la sexta y última asamblea sinodal prevista para finales de enero.
Stetter-Karp confía también en la receptividad del papa León XIV, a quien describe como «más abierto, atento e interesado» que sus predecesores. Aunque admite que será necesario tener «algo de paciencia», se muestra «convencida de que recibiremos apoyo desde Roma para consolidar los órganos sinodales, en línea con los acuerdos alcanzados en la Asamblea Sinodal Mundial de 2024, a los que León XIV se ha adherido claramente».
No obstante, la presidenta del ZdK también aboga por avanzar sin necesidad de esperar una aprobación expresa del Vaticano. Reconoce que la Iglesia sigue un «sistema absolutamente jerárquico» y que no puede ignorarse «el elemento de obediencia clerical», pero recuerda que la misma Asamblea Sinodal Mundial ha afirmado «de forma rotunda» la necesidad de superar el clericalismo. En su opinión, forma parte del «perfil de exigencia de un obispo» atender a las inquietudes de los fieles. Frente a quienes acusan al ZdK de poner en riesgo la unidad de la Iglesia, plantea una pregunta retórica: «¿No es más bien que algunos obispos se separan de sus propios fieles al negarse sistemáticamente a escucharles?».
La habitual calumnia sobre Woelki
Por último, Stetter-Karp ha instado al papa a tomar una «decisión activa» sobre las denuncias pendientes contra el cardenal Woelki, de quien llevan pidiendo la cabeza años por ser uno de los principales opositores a la deriva sinodal alemana.
En febrero, tuvo ocasión de conocer a León XIV, entonces prefecto del Dicasterio para los Obispos. Según recuerda, el Consejo de Personas Afectadas de la Conferencia Episcopal Alemana presentó recientemente una denuncia contra el cardenal de Colonia ante el Papa por presunta violación de sus deberes e incluso por falso testimonio, algo que ya se demostró que no era cierto. La fiscalía de Colonia archivó la causa penal abierta contra él.







