(InfoCatólica) Desde el año 2015, el Dicasterio para la Comunicación de la curia unifica los diversos servicios relacionados con la comunicación de la Santa Sede, algunos tradicionales, como Radio Vaticana y L’Osservatore Romano, y otros de nueva creación, como Vatican News, el portal digital de noticias en línea del Vaticano. Aún es pronto para saber si León XIV realizará cambios en esa estructura y en las personas a cargo u optará por la continuidad.
En ese sentido, resulta interesante reseñar que el blog Southern Orders, escrito por el sacerdote Allan J. McDonald, de Carolina del Sur, ha criticado la difusión por Vatican News de las opiniones subjetivas y parciales de sus directivos, en lugar de centrarse en transmitir las palabras y acciones del Papa: «puede que me equivoque, pero me parece que todos los instrumentos del Vaticano, desde la Curia hasta el sitio web de Vatican News, deberían contribuir a lo que el Papa dice y hace, sin editorializar».
En particular, señala la costumbre que tiene el portal Vaticano de publicar editoriales firmados por el Vaticanista Andrea Tornielli, algo que el sacerdote calificó como «teatro del absurdo». En efecto, un editorial expresa la opinión de un medio de comunicación sobre un determinado asunto. No simplemente la opinión de su autor material, sino la del medio. Esto, en el caso de Vatican News, presenta problemas particulares, porque se trata del «portal de información de la Santa Sede», lo que indica que en principio sus editoriales deberían expresar únicamente la opinión de la Santa Sede y, por tanto, del Papa. O, mejor aún, la enseñanza de la Iglesia. En vez de ello, lo que ofrece el portal como opinión de la Santa Sede es la más que discutible opinión de Tornielli.
Como señala el P. McDonald, «¿por qué necesita el Vaticano que Andrea Tornielli escriba un editorial para el Papa en el sitio web de Vatican News? Los editoriales son opiniones. El Vaticano debería enseñar la verdad, no opiniones». Para ser coherente con su misión, «Vatican News debería publicar únicamente las enseñanzas del Papa, sin editorializar sobre sus enseñanzas ni sobre esto o aquello, como hacen los periódicos seculares».
Las críticas de Southern Orders se suman a otras que se han hecho al medio vaticano desde su fundación, especialmente durante el último cónclave, pero no únicamente. El portal italiano Silere non possum, por ejemplo, criticó el uso de la inteligencia artificial en el Dicasterio para la Comunicación «no simplemente como una herramienta de apoyo, sino cada vez más para sustituir estructuralmente el trabajo periodístico, editorial y lingüístico». La prueba de ello está en los contenidos, que «muestran indicios innegables de haber sido generados automáticamente: sintaxis artificial, construcciones estereotipadas, errores de traducción atribuibles a modelos lingüísticos y una neutralidad tan perfecta que resulta perturbadora». El portal también ha reprochado los gastos innecesarios que supuestamente realizan Vatican News y sus entidades hermanas, en contraste con sus llamadas a la pobreza y la humildad.
A ello habría que sumar las ocasiones en que las noticias de Vatican News introducen perspectivas progresistas que parecen poco acordes con su carácter de portal de información oficial de la Santa Sede. Es posible que los responsables creyeran estar interpretando con ello la voluntad del Papa Francisco, pero antes o después esa situación anómala tendrá que rectificarse.
Lo cierto es que el Dicasterio para la Comunicación, al que pertenece Vatican News, fue establecido durante el pontificado del Papa Francisco y se nota. El pontificado anterior al actual se caracterizó por un estilo personalista, en el que los colaboradores del Papa, mientras contaran con el favor del Pontífice, a menudo tenían carta blanca para actuar como quisieran, sin hacer mucho caso de reglas, criterios doctrinales, tradiciones y buenos usos curiales. Quizá los comienzos del nuevo pontificado sean un buen momento para hacer una revisión de la forma de actuar del Dicasterio para la Comunicación.