(Fides/InfoCatólica) Durante una homilía pronunciada el domingo 13 de julio en una boda celebrada en una parroquia local, el prelado animó a los fieles a «liberarse de la costumbre de exigir una dote para contraer matrimonio», una práctica aún extendida en amplias zonas de la sociedad china.
La dote, que suele implicar la transferencia de dinero, bienes inmuebles, joyas o vehículos de la familia de la novia a la del novio, sigue suponiendo una carga considerable, especialmente en las áreas rurales. «Esta práctica continúa siendo un peso para los futuros esposos y sus familias, provocando en muchos casos la ruptura de la unión», advirtió el arzobispo Meng. «Las familias a menudo se endeudan para cumplir con esta tradición».
El arzobispo elogió a la parroquia de Honggou, donde se celebraba el matrimonio, y destacó el ejemplo de los recién casados por su valentía al desafiar normas sociales perjudiciales a través de la fe. «La fe cristiana puede liberar vidas y corazones de cargas innecesarias y conducir a la verdadera felicidad», afirmó.
Recordando el evangelio dominical del Buen Samaritano, Meng subrayó que el matrimonio es «una unión de entrega mutua y libre, bendecida por Dios». Asimismo, animó a las parejas a apoyarse mutuamente, educar a sus hijos en la fe y cuidarse con compasión.
En China, las presiones sociales, económicas y culturales continúan desalentando a muchas parejas jóvenes a casarse y formar familias. En respuesta, las parroquias católicas están intensificando sus esfuerzos para ofrecer formación matrimonial basada en valores cristianos.
En este sentido, la diócesis de Pekín ha abierto las inscripciones para su tercer Curso de Preparación Matrimonial del año, que comenzará el próximo 20 de julio. El programa, que se desarrollará cada domingo por la tarde, abordará temas como «la familia cristiana» y «el sacramento del matrimonio». Las sesiones, dirigidas por sacerdotes, están abiertas a todos los interesados y permiten la participación de parejas no cristianas en calidad de observadores.
La Iglesia confía en que iniciativas de este tipo ayuden a las parejas a construir matrimonios sólidos y centrados en la fe, capaces de afrontar los retos de la sociedad contemporánea.







