(CNA/InfoCatólica) «El Camino Sinodal no aborda simplemente las preocupaciones 'estructurales': desafía, y en algunos casos repudia, el depósito de la fe. Los documentos del Camino Sinodal no pueden ser leídos de otra manera que no sea planteando las más serias cuestiones sobre la naturaleza y la autoridad vinculante de la revelación divina, la naturaleza y la eficacia de los sacramentos, y la verdad de la enseñanza católica sobre el amor humano y la sexualidad». Así lo asegura Mons. Aquila en una carta del 2 de mayo, a la que ha tenido acceso CNA, al obispo Georg Bätzing de Limburgo, presidente del episcopado alemán.
A lo largo del último año, el arzobispo de Denver ha mantenido un abierto intercambio epistolar con la Iglesia en Alemania sobre su camino sinodal, que aboga por cambios radicales en la enseñanza de la Iglesia. En mayo del 2021, publicó un comentario de 15 páginas sobre el primer texto del Camino Sinodal, en el que afirmaba que presentaba propuestas «insostenibles» de cambios en la enseñanza de la Iglesia.
Más recientemente, Aquila fue uno de los redactores de una carta abierta del 11 de abril en la que se advertía de que la senda sinodal podía conducir al cisma. Firmada por más de 70 obispos en el momento de su publicación, la carta ha recogido ya 101 firmas episcopales. Entre los últimos firmantes se encuentran el cardenal Joseph Zen Ze-kiun, obispo emérito de Hong Kong; el cardenal Camillo Ruini, con sede en Roma, y el arzobispo Leo Cushley, de St. Andrews y Edimburgo (Escocia).
Bätzing escribió en una respuesta del 14 de abril a las preocupaciones de Aquila de que los abusos en la Iglesia habían obstaculizado su testimonio, y que «el camino sinodal es por tanto también nuestro intento de hacer posible de nuevo una proclamación creíble de la Buena Nueva».
El arzobispo de Denver escribió esta semana a Bätzing agradeciéndole su carta del 14 de abril, que dijo haber «encontrado en alemán en Internet».
«Usted afirma en su carta que la Senda Sinodal no está bien entendida por los firmantes de la Carta Abierta y que no aportaron pruebas de sus preocupaciones», escribe Aquila. Para ello, adjunta a su carta un memorándum de más de cuatro páginas de «ejemplos del Camino Sinodal alemán que son motivo de preocupación para los cardenales y obispos que firmaron la carta.»
Absurdo cambiar la fe porque se produjeron abusos
El arzobispo de Denver señaló que «lo esencial de su respuesta parece ser que la Iglesia alemana debe adoptar un nuevo enfoque de la fe debido al fracaso pasado de los obispos alemanes en la protección de los niños. Este es un argumento muy extraño. ¿Por qué debe cambiar la enseñanza católica sobre cuestiones fundamentales de la doctrina y la vida moral porque los obispos alemanes no han enseñado con eficacia ni han gobernado con honestidad? La fe de la Iglesia no condujo al escándalo de los abusos del clero».
«La falta de apego a la vid, a Jesucristo, y la elección de adherirse al mundo en vez de al Evangelio condujeron a la crisis. La naturaleza pecaminosa del hombre caído y el fracaso de los que tienen autoridad para tomar en serio las preocupaciones que se les presentan contribuyeron a la crisis. Los fallos en la formación del corazón y la mente, según la de Cristo; en buscar sólo la voluntad del Padre; en negarse a sí mismo, en tomar la cruz y en seguir los pasos de Jesús; y en reverenciar la ley moral y acatar lo que la Iglesia enseña basándose tanto en la revelación como en la razón, todo ello contribuyó a crear la crisis de los abusos».
Mons. Aquila señaló que la Iglesia en EE.UU. también se ha enfrentado a los abusos sexuales por parte del clero, y que «el resultado ha sido una reforma profunda de nuestras prácticas y estructuras de supervisión», que «ha contado con el amplio compromiso y la corresponsabilidad de nuestros laicos. Sin embargo, ninguna de estas amplias y efectivas reformas ha implicado el cuestionamiento de las verdades básicas de la fe o de las convicciones establecidas de la Iglesia sobre la expresión adecuada del amor humano».
Traición al evangelio
El arzobispo reitera que «no puede haber un concordato de aceptación mutua entre la verdad de la revelación divina y la doctrina católica, por un lado, y la antropología distorsionada de la cultura secular avanzada de hoy, que promueve una sexualidad cada vez más disfuncional, por el otro. No hay nada salvífico en bendecir el pensamiento y el comportamiento destructivo. Rendirse al Zeitgeist (ndr: el espíritu de la época) no es cuestión de leer los signos de los tiempos; es una traición al Evangelio».
«El único modo en que los cristianos daremos fruto hoy es si nos mantenemos apegados a Cristo, y enseñamos con caridad y amor, con una ternura que acompañe a las personas a salir de su quebranto, de su pecado y de sus heridas... la auténtica sinodalidad no es un proceso parlamentario, sino una cuestión de escucha del Espíritu Santo, que nos mantendrá en la verdad y nos recordará lo que Jesús enseña.»
Aquila instó al obispo de Limburgo a «considerar seriamente lo que los numerosos obispos que han expresado sus preocupaciones sobre el camino sinodal y sus problemáticos resultados hasta la fecha han planteado ante usted y sus hermanos del episcopado alemán. Los católicos de todo el mundo se verán afectados por el resultado del Camino Sinodal. Y lo que hemos vivido en nuestras propias diócesis es muy diferente a lo que se propone en Alemania».