(CFam/InfoCatólica) Según los materiales educativos publicados por ONU Mujeres, entre las palabras tabú se encuentran «mujer» y «femenino», lo que resulta sorprendente si se tiene en cuenta que ONU Mujeres lleva la palabra «mujer» en su nombre. El artículo afirma que «las diversas identidades de género siempre han existido en todas las culturas», y el uso de palabras como «masculino o femenino» excluye a las personas no binarias o intersexuales que no entran en estas categorías.
ONU Mujeres afirma además que el sexo, el género, la identidad de género y la expresión de género existen de forma independiente, haciendo referencia a la «persona de género», un diagrama que afirma que la identidad de género está asociada al cerebro, mientras que el sexo está relacionado únicamente con los genitales.
Algunas activistas feministas criticaron la publicación. «Una organización no puede afirmar que defiende a las mujeres si no puede definir lo que es una mujer», dijo Lauren Adams, directora jurídica del Frente de Liberación de la Mujer, una organización activista feminista centrada en el avance de las mujeres biológicas que lucha activamente contra la desegregación de los deportes, los baños y los vestuarios femeninos. «Es una dejación de funciones pretender que las palabras mujeres y niñas incluyan a los hombres. Este tipo de defensa hace que ONU Mujeres parezca una organización muy poco seria».
«La identidad de género está amenazando literalmente con borrar a las mujeres y las niñas como una categoría significativa... en el lenguaje y en la ley», dijo Kara Dansky, de la Campaña de Derechos Humanos de las Mujeres. «Lo consideramos una emergencia».
Como siempre, el lobby LGTBI de por medio
ONU Mujeres fue fundada por la Asamblea General de la ONU en 2010 para promover el «empoderamiento de las mujeres» y la «igualdad de género» en todo el trabajo de las Naciones Unidas. En aquel momento no se sugirió que el término «igualdad de género» se interpretara como sinónimo de cuestiones LGBT. Desde 2010, la agencia ha promovido la noción de «la igualdad de todos los géneros», incluyendo las cuestiones transgénero y homosexuales en su trabajo. La agencia utiliza el lenguaje de las resoluciones de la ONU sobre «formas múltiples e interrelacionadas de discriminación» para justificar esta ampliación de su mandato.
A pesar de los escollos asociados a la pretensión de defender a las mujeres, al tiempo que se niega que las mujeres tengan alguna cualidad inherente que las distinga de los hombres, la junta ejecutiva de ONU Mujeres está negociando actualmente su tercer plan estratégico, que sigue persiguiendo un «enfoque interseccional».
ONU Mujeres también está buscando una nueva directora ejecutiva para navegar por este atolladero de «identidad de género» autoinfligido desde que Phumzile Mlambo-Ngcuka dimitió este mes. La próxima dirigente de ONU Mujeres se enfrentará a la tarea de unir a las defensoras de los derechos de los transexuales y a las feministas que se resisten a la tendencia a eliminar las políticas que atienden a las necesidades de las «mujeres» y las «niñas» en favor de políticas neutras en cuanto al género, por no hablar de las muchas mujeres de todo el mundo que no se identifican como feministas.
Por ejemplo, ONU Mujeres y otras agencias de la ONU abogan ahora por la «violencia de género» en lugar de la «violencia contra las mujeres». Los críticos afirman que estas nuevas políticas socavan décadas de duro trabajo para elevar la condición de la mujer y están desviando fondos de programas que han demostrado ayudar a las mujeres y niñas en crisis.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, nombró a la Secretaria General Adjunta Pramila Patten como responsable de ONU Mujeres hasta que se nombre a un Director Ejecutivo permanente. Patten se desempeñó como representante especial de la ONU sobre la violencia sexual en los conflictos desde abril de 2017.