20.09.12

De campanas, faldas y pantalones

Se puede ver la noticia en diferentes medios. La asociación Granada Laica ha denunciado al convento de Santa Catalina, del Albaicín, en Granada, porque parece ser que el tañido de las campanas a las 6:30 de la mañana produce molestias insufribles en los vecinos.

Es la disculpa, porque la verdad de la cuestión la ha expresado perfectamente la superiora: “En estos tiempos como la gente no cree, molestan hasta las campanas, que siempre se ha dicho que eran la voz de Dios”. Pues no se confunde ni un ápice.

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19.09.12

Una forma de razonar muy poco razonable

En dos días, más de cien comentarios sobre la comunión de rodillas. Y he de reconocer que interesantísimos, documentados, argumentados en lo teológico, lo espiritual, la historia y hasta en lo más básico como puede ser la forma del reclinatorio o cómo hacerlo más cómodo. Quería ante todo dar las gracias por tantas y tan ricas aportaciones que me han aportado mucha luz en el tema.

Pero no me resisto a comentar uno en particular que deja un tal P. Daniel no por la aportación en sí, sino como ejemplo de argumentación pobre, desnortada y llena de los tópicos más tópicos del progresismo más progresista.

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18.09.12

Comulgar de rodillas. Esto es lo que se nos ha ocurrido

Pues vistas las respuestas al post de ayer, y visto lo que algunos feligreses sugerían, ayer mismo me puse manos a la obra con mi compañero a ver cómo dar una solución que facilite la comunión de rodillas a aquellos que lo deseen.

De momento hemos comenzado por la capilla del Santísimo, que es donde celebramos la Eucaristía los días laborables. Y lo que se nos ha ocurrido es lo que se ve en la fotografía.

La capilla es pequeña, y el presbiterio justito. El lugar ideal para distribuir la comunión es ese espacio que queda junto al altar. La solución es fácil: colocar un reclinatorio al lado y así cada cual puede recibir la comunión como estime conveniente.

En la foto que ilustra este post se ve cómo ha quedado. ¿Qué les parece?

17.09.12

Comulgar de rodillas. Necesito sus sugerencias.

Tengo que decir antes de nada que para un servidor es un tema claro. Es potestativo de los fieles comulgar de pie o de rodillas, como también en este momento pueden hacerlo en la boca o en la mano. Aparte gustos o criterios personales, esto es lo que hay. Por tanto un servidor da la comunión de pie o de rodillas, en la boca o en la mano, según lo pida cada fiel y cuidando, como no puede ser de otra manera, que en cualquiera de las formas se garantice el respeto debido hacia la Eucaristía.

Los problemas que yo veo en la comunión de rodillas son más bien de tipo práctico, que no tengo muy claro cómo resolver y que los expongo aquí por si alguien tiene más experiencia y así podemos ayudarnos.

En mi parroquia son escasísimos los fieles que deciden comulgar de rodillas. No pasamos hoy por hoy de algún caso aislado. En estos casos el fiel directamente se arrodilla en el suelo y recibe la comunión.

Arrodillarse directamente en el suelo plantea algún pequeño problema. Por ejemplo que las personas mayores o con alguna dificultad no pueden hacerlo o les es especialmente costoso. Por otra parte para el sacerdote es forzar un tanto la postura. No parece la solución ideal.

He leído en algunos sitios la sugerencia de colocar un reclinatorio, pero tampoco acabo de verlo claro. Para el que desea la comunión de rodillas es lo perfecto. Pero te encuentras con el problema de los comulgantes de pie. ¿Se quedan de pie delante del reclinatorio? Porque eso significa dificultades para administrar la comunión por parte del sacerdote.

¿Un reclinatorio al lado y el que desee comulgar así se arrodilla?

Por eso pregunto cómo lo van resolviendo en cada iglesia. Les agradecería mucho sus sugerencias.

16.09.12

La tortilla se nos dará por añadidura

Perdón ante todo por el anacronismo de meter la imposible tortilla de patatas en tiempos de N.S. J., pero como figura literaria me vale.

No es baladí la respuesta a quién es Jesús. Seguro que todos hemos sufrido en algún momento, sin desdeñar la buena voluntad, la imagen de un Jesús precursor del movimiento hippie que pareciera que se pasaba el día de convivencia con los amiguetes y añadidos en torno a la tortilla de patatas, la bota de vino y la observación de flores y aves. Un Jesús ciertamente guay, amable, que sonríe, que todo lo acepta, que nada condena, y al que sólo le faltara compartir una chinita de costo con los apóstoles en fumeque solidario.

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