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8.01.11

Chile: ¿Alguien se responsabiliza de las consecuencias sociales de las políticas públicas?

El final de 2010 nos trajo una interesante y trascendental polémica en las Cartas al Director de El Mercurio.

Abrió los fuegos Agustín Squella con la misiva “Discusiones y conservadores”. En ella, y a propósito de la reciente propuesta de los senadores Matthei y Rossi para despenalizar el aborto –en los casos cuando el embarazo ponga en riesgo a la madre o cuando se pruebe que es inviable el desarrollo del feto–, señalaba la existencia de una constante en el comportamiento histórico de los sectores conservadores del país. Tienen inicialmente una oposición férrea a las instituciones sociales nuevas –“ante las que pusieron invariablemente el grito en el cielo y pronosticaron las peores tinieblas morales para el país”–, pero luego las terminan aceptando.

La respuesta no se hizo esperar, y en las mismas páginas, al día siguiente, Hernán Corral tomó las banderas conservadoras. En su carta, y haciendo referencia a una serie de indicadores sociales, Corral cuestionó si los promotores de los cambios enumerados por Squella se hacen también responsables de “los resultados sociales de las políticas que ellos tan alegremente consideran inocuas, sino beneficiosas”.

Al cierre de esta edición de VivaChile ya son seis las cartas que se han publicado en El Mercurio de Squella y Corral, y el debate parece lejos de terminar. La pregunta sigue abierta: ¿quién se responsabiliza de las consecuencias sociales de las políticas públicas?

Lo invitamos a repasar la polémica completa en las líneas que siguen, a formarse su propia opinión y a reflexionar sobre si es importante o no responder esta pregunta.

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24.11.10

Celebrar el domingo en familia

CELEBRAR EL DOMINGO EN FAMILIA
Una iniciativa al servicio de la Nueva Evangelización de la Familia

“La familia cristiana transmite la fe cuando los padres enseñan a sus hijos a rezar y rezan con ellos (cf. Familiaris consortio, 60); cuando los acercan a los sacramentos y los van introduciendo en la vida de la Iglesia; cuando todos se reúnen para leer la Biblia, iluminando la vida familiar a la luz de la fe y alabando a Dios como Padre”.

BENEDICTO XVI,
A las familias cristianas para el Encuentro Mundial de las Familias,
Valencia, 9 de Julio de 2006

“El hogar cristiano, […] ha de estar impregnado de la presencia de Dios, poniendo en sus manos el acontecer cotidiano y pidiendo su ayuda para cumplir adecuadamente su imprescindible misión. Para ello es de suma importancia la oración en familia en los momentos más adecuados y significativos, pues, como el Señor mismo ha asegurado: «Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, yo estoy ahí en medio de ellos» (Mt 18,20). Y el Maestro está ciertamente con la familia que escucha y medita la Palabra de Dios, que aprende de Él lo más importante en la vida (cfr. Lc 10,41-42) y pone en práctica sus enseñanzas (cf. Lc 11, 28). De este modo, se transforma y se mejora gradualmente la vida personal y familiar, se enriquece el diálogo, se transmite la fe a los hijos, se acrecienta el gusto de estar juntos y el hogar se une y consolida más, como una casa construida sobre roca (cf. Mt 7,24-25)”.

BENEDICTO XVI,
A las familias cristianas para el Encuentro Mundial de las Familias,
México, 17 de enero de 2009

¿En qué consiste esta iniciativa?

“Celebrar el Domingo en familia” es una aportación de la Delegación de Familia y Vida de la Diócesis de Getafe dirigida a ayudar, desde el campo de la oración en familia, a la transmisión de la fe en las familias. Desde hace tres años, ofrece semanalmente, vía correo electrónico, un instrumento sencillo para orar en familia. Es iniciativa del sacerdote diocesano Álvaro Cárdenas Delgado. Esta “lectio divina” para familias surgió como respuesta al deseo de algunos padres de orar en familia, y a la necesidad que tiene hoy la familia cristiana de redescubrir la importancia de la oración en familia para construirse según el plan de Dios, y por tanto, para ser de verdad familia cristiana.

Consiste en una oración para ayudar a los padres a rezar con sus hijos, al ritmo del Año litúrgico, a partir del Evangelio del domingo y de las fiestas litúrgicas más importantes. Ofrece el Evangelio correspondiente, una pequeña catequesis explicativa del Evangelio, y una oración final. Concluye ofreciendo al final, para la meditación del Evangelio durante la semana, algún texto de Benedicto XVI, de Juan Pablo II, o del Catecismo de la Iglesia Católica relativo al Evangelio de ese día, o algún aspecto de la oración en familia que pueda ayudar a las familias cristianas a redescubrir el valor de la oración familiar.

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12.11.10

Lo de Dios y lo del César

Nada nuevo bajo el sol. Pasó el Papa por España, y los anticatólicos de carrera se fueron a recibirle vestidos con los mismos atuendos comecuras de siempre. Esta vez el traje que ha hecho furor entre los pancarteros anticlericales que le salieron al paso fue el de los gastos del viaje. Pero ésa es vestimenta ya muy ajada, tiene los tejidos deshilachados y un tinte descolorido y sin brillo, está lleno de remiendos y huele a sudor rancio y a sobaco de comuna hippy.

En la misma trinchera donde se apostaron para ver si, al paso del papamóvil, lograban lanzarle una tarta al Santo Padre o sacarle un ojo con un preservativo envenenado de odio, en ese foso, digo, se mezclaron ateos y librepensadores, anarquistas y sindicalistas, transexuales, gais y feministas, fuerzas de asalto progre que, como todos sabemos, hacen tanto por la humanidad, predican la paz y la tolerancia, atienden ancianos y visitan enfermos. No hay más que verles la cara a los angelitos cuando salen por la tele, la sonrisa franciscana, los ojos limpios, ni una mala palabra ni un mal gesto contra nadie. Dan ganas de comérselos a besos. Siempre son los mismos saliendo todos los días en todos los telediarios, todos las jornadas del año, las veinticuatro horas, apriete el sol de agosto o llueva a mares, siempre los encontraremos al otro lado de la pantalla haciendo guardia esperando el avión del Pontífice o a punto de romper el cordón policial al grito de vamos a quemar la Conferencia Episcopal.

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9.11.10

Yo estuve allí. Yo lo vi. Yo lo presencié...

…Por tanto, que no nos engañen, no lo olvidemos nunca jamás, que el Papa estuvo en Barcelona, y que Barcelona supo acogerlo, con miles de personas en la plaza de la Catedral. Miles, aunque parecían millones, porque hacían el ruido de un ejército en marcha. “VIVA EL PAPA”, “ESTA ES LA JUVENTUD DEL PAPA”, “OLÉ, PAPA, OLÉ”, “JO SI TE ESPERO” y muchos más fueron los gritos que adornaron aquella noche que desde ahora está en la memoria de todos y nunca olvidaremos, porque olvidar eso significaría olvidar parte de nosotros, olvidar que si queremos sabemos darlo todo por algo, que si queremos sabemos entregarnos a una cosa, a una causa diferente a nosotros mismos, que si queremos sabemos comportarnos como, más que buenos, santos cristianos, que se olviden los que ya están esperando a que de nuestra memoria desaparezca el ímpetu, la alegría, el entusiasmo de estos dos días para poder empezar a criticar al Santo Padre, porque si es verdad que todas esas cosas pasan, lo que no pasa nunca, lo que permanece como la piedra, es el amor que tenemos al Santo Padre, es el amor que tenemos a Benedicto XVI, amor cimentado en piedra, y desde ese amor, todos juntos, con el ENTUSIASMO de aquella gloriosa noche volvemos a gritar: ¡VIVA EL PAPA!

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27.10.10

¿Qué está pasando con el amor?

¿Qué está pasando con el amor? ¿Estamos llamando amor a lo que sólo son amoríos? Sobre el amor se han llenado muchas páginas de libros y revistas. Hay excelsos artículos, muchas veces románticos que nos hacen exultar al comprobar que la entrega es algo maravilloso. El dejarse absorber voluntariamente el yo, mi yo, por la persona amada que llega a formar así algo indivisible con la que ama, porque es parte de mi persona. Y no es una entrega ni una invasión dolorosa. Es voluntad afirmada, consciente de que ahí está la felicidad de la persona amada, que es a la vez mi felicidad al ser vivida y compartida.
Y no es una felicidad utópica o vivida como algo pasado de moda. Como una instantánea que puede ser superada por la siguiente, y no es así. El amor ha entrado en el tiempo con una sucesión de episodios que van reafirmándolo y reclama la palabra fidelidad.

Pero hoy, en la época de las citas a ciegas ( el amor es ciego pero no tanto, ni tonto) la fugacidad de lo transitorio “exige” otros tipos de amor, el amorío que siempre existió y era algo censurable, como ave extraña en el común “ gallinero” de la sociedad. Era algo execrable, algo despreciable que reprobaba la sociedad normal.

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