16.07.13

“¡Simama imara pengo!” (¡Firmes en la Brecha!)

Querida Familia:

Espero que estén muy bien.

Acá me dispongo a contarles algunas de las cosas que hemos vivido en estas últimas semanas en la misión. Son tantas, tantas, cosas vividas… los días son tan intensos, que en verdad tendré que dejar muchos relatos de lado… porque sino sería muy largo… y ya son varios los que me han plantado la queja de que las crónicas son muy largas. Aunque me veo tentado de responder que lean hasta donde se cansen… y que tienen todo el derecho de aplicar la censura… no les voy a preguntar después qué leyeron y qué no. Temo que una respuesta por el estilo no sea muy amable de mi parte…

Una deuda

Yo había quedado en contarles cómo se las arreglaban para el carneo de los chanchos, que sabía que sería interesante para los aficionados a estas faenas, sobre todo en Argentina. Pero les digo que no se diferenció demasiado del sistema aplicado a las vacas de la fiesta parroquial. Es decir… se los pasa a degüello, sin importar el tamaño del chancho. Lo interesante es que nuestros chiqueros no tienen puertas… es decir que hubo que levantar los chanchos… de unos 200 kgr. Aprox. Y si alguno recuerda algún memorable “tirón de orejas” de cuando era niño… puede hacerse una idea de lo que significó para estos animales que los levantaran entre varios… jalándolos de las orejas. En fin, costumbres, ¿vió? ¡Cómo no van a gritar!

Primeros Ejercicios Espirituales

Pero no hace falta abundar en mas detalles. Pasemos a contar que pude predicar mis primeros Ejercicios Espirituales ignacianos en África. Una gracia muy grande. Pusimos la fecha para que Diego, el voluntario, pudiera hacerlos, y aprovechando la tranquilidad del lugar, los realizó en nuestra misma casa. Sus primeros EE, y con gran entusiasmo y aprovechamiento.

Matomolo

Una de las actividades de este tiempo en la misión la constituye el “matomolo”, que viene a ser la bendición de los frutos. Como les he contado en alguna oportunidad, la gente aquí es en su mayoría agricultora… con sus pequeños terrenos, y algunos no tan pequeños, para la familia. Es así que tienen como costumbre hacer la “bendición de los frutos”, como en tantos lugares.

Y de esos frutos dan una parte a la iglesia, que le llaman, matomolo. Entonces uno de los trabajos de este tiempo para el misionero, es ir por cada aldea para bendecir los frutos, y recibir el matomolo. Cada familia quiere su misa… y es algo hermoso, porque lo hacen como una gran fiesta. Normalmente la tradición es que reciben al sacerdote, le ofrecen un té (que consiste en té y arroz), luego se escuchan confesiones, acto seguido, la Santa Misa. Al final de la misa se bendice el matomolo, se dan avisos, se agradece, y se festeja… como siempre. Al terminar la misa el coro suele seguir sus cantos, y así aprovechan a bailar, haciendo alguna ronda… al ritmo de las canciones y de la percusión. Se termina con un almuerzo para todos los presentes… y ya va siendo tradición que el padre reparte caramelos… a los niños, y a los grandes también. Todos piden. Y hay que dar uno a cada uno, porque sino, no alcanza, ya que comienzan a salir niños de todas partes. Además de que como en cualquier otra parte del planeta, están los que vuelven a pedir, y en semejante multitud de manos y cabecitas que se amontonan… ¡vaya uno a saber a quién le dio y a quién no! Después de eso, se suele ir a visitar a los enfermos de la zona… para confesarlos y llevarles la comunión, y unción si hace falta.

Bueno, así que les he contado algo de los “matomolos”, porque la historia se va repitiendo en una y otra aldea…

Itobora: procesión con la cruz.

Una de las últimas visitas que hizo el P. Johntin antes de partir para sus Ejercicios Espirituales y sus vacaciones, fue la visita de la aldea de Itobora. Allí celebraron la misa de domingo, y se hicieron matrimonios, uno de ellos de dos personas mayores, del cual uno de los contrayentes debió ser bautizado, y por lo tanto también confirmado… y todo. También se hicieron unos 30 bautismos… entre ellos uno de una señora de 80 años.

Al finalizar la misa, la gente estaba tan contenta que propuso al padre hacer una procesión. Pero el padre les dijo que así nomás no, que había que tener alguna imagen o algo… entonces prepararon una cruz. Pero nada de “crucecita”… trajeron un palo de dos metros y medio de largo, y otro mas chico para el palo transversal. Lo ataron y así, fue una procesión penitencial, porque los que querían llevar la cruz, tenían que levarla solitos… con el resto de la gente cantando, rezando y bailando al lado. No faltaron las mamás que cargaron la cruz… como si nada. Ni traspiran. Están tan acostumbrados al trabajo. Tengo que enviarles un par de fotos de esto… como para que se den una idea.

Fiesta Sagrado Corazón

La semana siguiente el P. Johntin tuvo que viajar a la capital por trámites de residencia. Él tenía que estar un día allá, pero como todo se le complicó, se quedó toda la semana.

Yo quedé a cargo de la parroquia… y predicando EE al voluntario. Justo al final de la semana, teníamos fiesta del Sagrado Corazón, y de un grupo de la parroquia que lleva su nombre. Realmente llama la atención la gran devoción que le tienen por estos lados. Se ve que los misioneros anteriores les han inculcado esta valiosa devoción. Por ejemplo, un hombre vino desde Bucomela, una aldea a 2 hs de viaje en bicicleta; y un matrimonio vino desde una aldea cercana a Ifunde… que son 3 hs en bicicleta… nada de caminos de asfalto, o paseos… sino verdaderos “cross country”. Y si sumamos… ¡seis horas de pedaleo! Luego de la misa se quedaron a desayunar debajo de un gran árbol de mango que tiene una muy agradable y acogedora sombra… por supuesto… bailecito incluído.

Ése mismo viernes a la tarde, me llaman por un enfermo de gravedad. Al terminar las predicaciones de EE y la misa de las hermanas… ya de noche, salimos a lo de este enfermo. Caminamos en medio de una gran oscuridad, con un cielo hermosísimo, plagado de estrellas. Yo iba con un susto bárbaro, no porque fuera de noche, sino porque como no puedo hablar swahili, y era mi primera experiencia de atender a un enfermo… Por supuesto que iba rezando, pidiendo a Dios el poder hacer lo mejor posible todo. Entre traducciones y otras cosas… el enfermo se confesó, recibió unción y viático. Impresionante… a las dos horas falleció. El Sagrado Corazón lo estaba preparando… tenía dos imágenes en la pared, una del Inmaculado Corazón, y otra del Sagrado Corazón de Jesús… dos imágenes desteñidas totalmente, sin color… ya casi que parecían blanco y negro.

¡Cuántas veces les habrán rezado en esa familia! Y ahora veían cómo el Sagrado Corazón cumplía sus promesas.

Matomolo Ibambala.

Al otro día celebré la misa de la mañana en la parroquia. Luego me pidieron si no podía ir a una aldea a la que iba a ir el P. Johntin, pero como no llegó… querían que fuese yo… querían la misa a toda costa. Se les dijo que yo no hablo swahili… no importa. La cosa es que se pusieron felices de que vaya… es a una hora de viaje en la camioneta, por un camino que hay que ir a 10 km por hora, unas piedras enormes… un paisaje hermoso. Me acompañó el catequista, que sólo habla swahili, y una hermana para que me haga de intérprete. La aldea se llama Ibambala.

Historias.

Mientras viajábamos, el catequista iba contando las historias del lugar. Y nos comenzó a decir que el nombre provenía de que en ese lugar habitaba un rey (pasamos cerca de las casas donde vivía antes ése rey). Era muy malo, y entonces las personas decían que había que pasar “mbali-mbali” (lejos, lejos), y de allí “ibambala”. Nos decía que este rey tenía muchas cosas, pero que un día se murió. Yo por hacer una broma, le dije: ¿Y no se llevó nada? Y me contestó: “¡Si!” Tras la admiración de todos los que íbamos escuchado la historia… aclaró: “Cuando se moría el rey, lo enterraban con una joven, viva, que antes de morir había elegido el rey… por eso, se llevó una chica”. ¡Caramba! ¡Esa respuesta no me la esperaba! Nos causó gracia de todas maneras.

El matomolo en Ibambala fue una fiesta muy linda, la gente realmente estaba feliz. Luego en el viaje de regreso (pasamos lejos del la casa del rey…), aprovechamos a visitar un abuelito enfermo, y le dimos la comunión. De allí, a la parroquia, porque ya teníamos la misa del difunto del día anterior. Un mundo de gente acompañó al difunto. Aproveché la media horita que tuvimos desde que llegamos hasta el inicio de la misa para preparar al menos dos o tres palabras para el sermón, porque había que aprovechar la volada, ya que había tanta gente. Y comenzamos la misa de difuntos… se recibe el cajón en la entrada de la iglesia, luego todos adentro, la misa es sencilla… Luego todos al cementerio, y allí siguen muchos ritos, muy hermosos todos… se quedan hasta el final, se lo entierra, se hacen ofrendas de flores y velas, se dicen discursos… se canta mucho.

Al terminar todo esto… me tuve que ir a Kahama para buscarlo al P. Johntin que llegaba de Dar es Salaam, de esa manera él a la mañana del domingo podía estar en las misas de la parroquia. Así fue que, tranquilo, emprendí el viaje de dos horas que nos separan de la ciudad, por nuestro camino de tierra. Llegamos casi al mismo tiempo a Kahama, pudimos descansar a la noche, y al día siguiente, a las 5:30 regresamos para llegar 10 minutos antes de la misa…

Bueno, verán toda la historia… por un lado, una gran alegría de que a pesar de que yo pensaba prepararme para quedarme estas cinco semanas próximas a cargo de la misión… Dios adelantó el momento, y en una semana prediqué Ejercicios Espirituales, prediqué tres sermones en swahili, visité mi primer aldea (Ibambala), confesé por primera vez un enfermo de estos lados, mas la unción y viático; además misa de matomolo, visita de enfermos, misa de difuntos… completito digamos. Deo gratias.

Ulowa Nambanane

Ayer tuve la misa de la parroquia, y de allí a un Matomolo en Ulowa. La verdad que ir a los kigangos es un consuelo… la gente es muy sencilla y están felices de que vayamos. Los niños vienen a saludar. Les encanta que les saquen fotos, y se matan de risa cuando les mostrás la fotos en la pantallita de la cámara. Repartimos caramelos… uno a cada uno, no es cuestión… porque empiezan a salir niños de todos lados, y nunca te alcanza una bolsa (saquen la cuenta de la cantidad de niños). Y nada de comérselos así nomás… los agarran con los dedos y lo chupan como si fuera un chupetín… para que les dure mas.

Ayer había un montón de gente en Ulowa, coro invitado, grupos de otras capillas… hermoso. Nos invitaron a tomar un té antes de la misa (cerca de las 12:00), luego me puse a confesar. A la una empezamos la misa que terminó a la tres, con cantos, bailes, y presentaciones… muy divertidas. Luego de la misa… almuerzo. Luego del almuerzo fuimos a otros dos kigangos a bendecir el Matomolo.

De allí pasamos a ver a tres enfermos. Uno de ellos era Benedicto, que fue catequista por 40 años, y ahora está cieguito. Luego una señora que tiene artrosis, y vive sola, casi no puede caminar. Finalmente otra abuela, que estaba mejor, pero de todos modos vive muy lejos de la capilla.

Llegamos cuando ya casi era de noche. Así que imagínense lo cansados que estábamos. Pero realmente felices por todo… al llegar salían los niños del oratorio… y ¿adivinen qué? Repartimos caramelos!! Ja,ja! No te dejan descansar. Estoy pensando en comprar un container con caramelos, rosarios, y medallas!!

Bueno, demasiado por esta vuelta… si llegaron a leer hasta acá… ¡los felicito! Ahora tengo que ponerme a estudiar, y aprovechar cada minuto, porque mañana ya tengo dos matomolos, en Kipungi y Mhuge… y recién volveré a estudiar el miércoles… y el fin de semana se viene a pasos agigantados…

No sé si se dice así… veremos si me lo corrigen: ¡Simama imara pengo! ¡Firmes en la brecha!

P. Diego.

22.06.13

¡Dios nos conceda la fe sencilla de esta gente!

Queridos Amigos,

Aquí les dejo un intercambio de saludos que he tenido la semana pasada con uno de mis primos.

¡Recen por la misión! ¡Recen por las vocaciones misioneras!

Un gran abrazo,

P. Diego, IVE

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Ecco el saludo de mi primo…

Miércoles, 19 de junio de 2013.

Querido Primo,

Increíbles las fotos, en especial me impacto la primera donde se te ve rezando al lado de alguien, asumo que una mujer u hombre enferma/o.

Una vez mas, gracias por compartir esta increíble experiencia con nos.

¡Un abrazo enorme!

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… y mi respuesta….

Ushetu, Tanzania, 19 de junio de 2013.

Querido primo:

Muchas gracias por escribir. Y lo que vos me comentás de esa foto, me obliga a contarte de qué se trata… y a hacer una reflexión que se me vino a la mente cuando leí tu mail.

Te cuento que esa señora enferma que ves en la foto, no es una señora muy mayor, sino que tiene sida, que es algo muy común por estos lados. La habitación, es como la ves… sin cama, sin colchón… sino con una “especie” de colchón que usan por estos lados, parecido a una colchoneta, que está rellena de estopa. La habitación sin muebles… sin ventanas ni puertas. Sin revoque, sin cuadros… sin adornos. La casa de los pobres.

La señora está postrada, con la mitad de su cuerpo paralizado… Margarita es su nombre. Era pagana, y en su familia casi todos evangelistas. Se quería bautizar, pero quería que viniera el sacerdote católico. La familia respeta mucho la decisión de los mayores. Como esa semana habíamos tenido que salir los dos sacerdotes de la misión, fue una hermana y la bautizó, luego de una catequesis breve.

El domingo fui yo, y completé el bautismo, que se dice, es decir que hice la unción con el Santo Crisma. Luego la confesé, le dí la Unción y el Viático… completo el asunto. Es decir, la dejé lista para el Cielo.

Y eso es lo que reflexionaba hoy… ¿no te parece increíble la obra del sacerdote? Yo casi que no hablo nada de swahili… y encima esta señora entendía poco swahili, porque hablaba el dialecto sukuma. Yo hablaba en español, la hermana traducía al swahili, y el catequista le decía en sukuma… a lo que Margarita asentía perfectamente consciente. Antes de darle la Comunión, se le preguntó: ¿Quién está en la hostia? Dijo una sola palabra, con voz tenue, con las pocas fuerzas que le quedaban… “Yesu”. Así nomás… ¿y nosotros dudamos? ¡Dios nos conceda la fe sencilla de esta gente!

Y el sacerdote católico que ella quería… Pensar que a mi no me conoce… yo soy un extranjero… (un “mgeni”), nunca habló conmigo… Y no quería ni siquiera al pastor evangélico… ¿Quién habrá rezado por esta alma? ¿Alguna contemplativa, algún otro enfermo, alguno de ustedes a quienes les pido que recen por la misión?

Margarita, que hace sólo unas semanas atrás era pagana, sabe distinguir que los sacramentos de la iglesia son tan distintos a las oraciones sin gestos de otros… que la fe católica es seria.

Y pienso también en las palabras que el domingo leíamos en el evangelio de la misa, cuando algunos se escandalizaban de Cristo que le perdonaba los pecados a la mujer… “¿Quién es éste que perdona los pecados?”… ¿Quién es el sacerdote, que perdona los pecados?…

Y esto otro me pasó el lunes, en otra circunstancia, después de un entierro, que dos personas me pidieron que las confesara… les dije que no sabía hablar bien swahili… y me respondieron de una manera hermosísima, que pude entender perfectamente: “A nosotros nos han enseñado que el sacerdote es Cristo”.

Escucháme Darío… yo estoy sorprendido mas que ningún otro de todo esto que estoy viviendo… increíble lo que Dios hace, a pesar de nosotros. Increíble. No deja de admirarme cada día. El sacerdote está en los momentos mas importantes de la vida de una persona.

Esto que digo… lo digo no pensando en un mérito propio… nada que ver. Es todo inmerecido… y si lo digo, es justamente para “Cantar las misericordias del Señor”, como dice el Salmo.

Te mando un abrazo grande.

¡Firmes en la brecha!

Tu primo, Diego.

30.05.13

No lo veo pero está

Ushetu, Tanzania, 26 de mayo de 2013.

Queridos todos:

Aunque parezca increíble… ya han pasado quince días del último correo que les envié. Al menos a mí se me han pasado volando estos días, y es increíble todo lo que tengo para contarles.

Trataré de ser breve… aunque siempre me cuesta esto. Aprovecho este rato tranquilo que tengo en la mañana de este domingo de la Santísima Trinidad, celebrando al Santo mas grande, al Tres veces Santo, al que es mas Santo que todos los santos juntos, al que es la Fuente de toda santidad… Principio y Fin de todas nuestras obras.

Por mi ventana ahora puedo ver a un grupo de jóvenes y hombres de la parroquia que están por carnear tres chanchos grandes de los que criamos acá en nuestra casa. Los métodos de carneo son muy especiales y diferentes a los nuestros… pero eso lo voy a dejar para la próxima crónica, cuando vea el final de toda esta historia.

Primer sermoncito

Y esperando a que llegue esa hora, he podido avanzar, y predicar mi primer sermón enswahili. Me hizo acordar a mi primer sermón como diácono… muchos nervios… poca oratoria. Es decir, lo pude preparar traduciendo solo unas sencillas ideas. Luego le pedí a un joven que me ayude a ir corrigiendo lo que esté mal. Con él nos comunicamos en inglés. Así que se imaginan que el resultado final en swahili es el que yo tengo pensado en español… pero lo que le pregunto a él, mas allá de que sea fielmente lo que deseo decir, es que si se entiende… es decir, que no esté diciendo un disparate, al menos. Lo practiqué una veintena de veces, y el momento de pronunciarlo es muy simple… lo leo. Tal vez falta el poder dar énfasis a algunas cosas, o resaltar otras… pero eso se dará cuando tenga un mayor dominio de la lengua.

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25.05.13

Goza Tanzania

Aquí me dispongo a escribir, pero voy a tratar de ser un simple amanuense, ya que los relatos de esta crónica están protagonizados por el P. Johntin, y por un voluntario de Chile, que se llama Diego, y es abogado, quien durante estos meses está viviendo con nosotros en la misión.

Muchas veces en la noche, cuando nos juntamos con el P. Johntin para la cena, aprovechamos a conversar sobre lo sucedido en el día. La verdad que mis relatos por ahora no tienen mucha “adrenalina” que digamos… salvo alguna que otra palabra del swahili un poco difícil… o una lección terminada con éxito… en fin, que se me duerme en la mesa el padre. Son mucho más entretenidas sus anécdotas, a quien le he pedido permiso para poner por escrito algunas de tantas, a fin de que no se pierdan y poder compartirlas con todos ustedes.

De paso, soy sincero, me puse a escribir inmediatamente que salió la otra crónica de “sangra Tanzania”, como para calmar los ánimos. Para que vean que estamos en un lugar realmente tranquilo aquí en la misión… y no es que estemos esquivando bombas ni nada de eso. Los que me conocen, saben que a mí no me es difícil poner una cuota de “entustiasmo” en los escritos. Por eso mismo les pido disculpas si los he alarmado con la crónica anterior. Como les decía en uno de mis primeros escritos desde estas tierras, citando al P. Llorente, el misionero cuando escribe va tejiendo una maroma con la que bien lo podrán colgar el día de mañana… y lo voy experimentando.

Agradezco a los que me han escrito con motivo de las crónicas precedentes, pero como siempre, agradezco mucho más las oraciones y sacrificios… y esas comuniones y esas misas ofrecidas… que nos sostienen en el frente de combate. Yo por ahora, de combate… la verdad que muy poco, digamos mejor que estoy en la etapa de “entrenamiento” y “conocimiento de terreno”. Llegará el momento de entrar en acción, tal vez dentro de poco. Tengo que tener paciencia. Se imaginan las ganas que tengo. Vivo adentro de la casa, y paso al menos unas cuatro horas de estudio por día… dos a la mañana y dos a la tarde, cuando puedo. Mientras tanto, el P. Johntin sale a visitar enfermos, a celebrar misas de difuntos, a visitar aldeas… se sube a la camioneta, o a la motocicleta… con un pequeño bolso con las cosas de misa, y algunas otras cosas para quedarse a dormir donde la gente lo recibe.

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24.05.13

Sangra Tanzania

Es verdad que el título podría ser exagerado, si uno lo compara a los sufrimientos de los cristianos en tantas partes, como en Siria, o en otros lugares donde están nuestros misioneros. Pero los otros días se me vino este pensamiento… Dios quiera que toda esta agresión no siga adelante, y no siga sangrando.

Hace unos meses, muere un sacerdote en la Isla de Sanzíbar… se quiere quemar la iglesia… El Domingo pasado, 5 de mayo, nos sorprende la noticia de que una bomba deja el saldo de tres muertos y 57 heridos. Aunque los medios de comunicación dicen que es sólo un muerto… y como dice el diario ABC de España, se trata de una “supuesta bomba”… El mundo quiere ignorar lo que sucede. ¿Qué puede haber sido, me pregunto yo, sino fue una bomba? Que lo expliquen.

Los otros días pensaba en esto que ahora comparto con ustedes… cuando estábamos en un día Eucarístico organizado por el obispo para pedir por la paz. Y eso que este día de oración había sido prefijado con un mes de anticipación, cuando se veía que la situación en Tanzania iba empeorando. Cuatro días antes del encuentro eucarístico, sucede este trágico y lamentable episodio.

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