Un domingo en la misión
Ha sido un domingo con trabajo pastoral intenso, gracias a Dios.
Como siempre, cada domingo tenemos la adoración al Santísimo, bendición y luego comenzamos la santa misa. En esta ocasión los otros padres no estaban, ya que habían tenido que hacer un viaje a Dar es Salaam, la capital, por asuntos de papeles de residencia, y entonces me tocó a mi celebrar la misa y predicar. La homilía todavía muy sencilla, y muy leída. Y leída con ciertas trabas, y lentitudes. Pero creo que salió algo mas o menos entendible, sobre el Fariseo y el Publicano, con una reflexión sobre la oración humilde, que siempre llega al cielo(*).





Esta semana es un poco especial, porque los otros dos padres han tenido que viajar a la capital del país para hacer trámites de residencias. Yo he tenido que quedar sólo en la misión, y si bien tratamos de que el trabajo parroquial que me quede sea lo menos posible, así puedo estudiar swahili, he tenido que atender a un par de necesidades, que han sido verdaderos regalos de Dios.
Pero también esa mañana llamaron para atender un enfermo en Hendya. Esta es una aldea no muy lejos del centro parroquial. En auto son unos 30 minutos,






