InfoCatólica / Diario de un misionero en Tanzania / Categoría: Sin categorías

15.04.15

Navidad en Fas - Figueri (4/5)

El P. Martin Prado continúa su relato, ahora con la visita de dos aldes más en medio de la selva…

Habíamos arreglado para ir a Tamine y Nepike. Son dos comunidades que están más metidas en la selva y las últimas en la zona. Según me decían ellos, después de estas dos villas ya no hay población, es sólo selva virgen. Son dos pequeñas villas que podrían ser más grandes pero mucha gente vive dispersa en la selva y baja a la villa sólo por alguna necesidad.

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11.04.15

Navidad en Fas - Figueri (3/5)

Continuamos con los relatos de la Navidad de nuestro misionero en la selva de papúa Nueva Guinea…

Miércoles 24

La Misa de hoy a pesar de que la preparamos muy bien,  no fue “de campanillas”. La luz era mínima. Apenas podía leer. Conseguimos hacer andar un generador pero hacía mucho ruido. Había varios bebés hablando o llorando. Perdí una marca del misal, y me costó encontrarla mientras todos en silencio esperaban, los cantores  largaban un canto con la melodía de otro o improvisando las melodías…. Yo perdí la paciencia en un momento, aunque con lo de los cantos en un momento me tenté. Pero finalmente todo eso me ayudó a rezar y concentrarme más en el misterio que celebraba. Recé cada oración con calma, olvidándome de todo y consolándome con el recuerdo de la pobreza y precariedad en la que nació El Niño.

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Cuando terminó la Misa los saludé y les dije que esta noche tenía que ser distinta, de gran alegría, y les di motivos que también me sirvieron a mí porque todavía estaba medio cruzado por las cosas que sucedieron durante la Misa. Después medio como que no se querían ir. Yo les dije que esta era una noche especial, que tenía que ser de gran alegría, que algo había que hacer, pero nada más. Ellos daban vueltas. Entonces les propuse cantar algo. Pero lo único que saben son los cantos de Misa y hasta ahí nomás…. Luego, cuando vi que no pasaba nada les dije: “Nos separamos en tres grupos, mamás, papás, jóvenes y niñas. Cada uno tiene que presentar un número…” Estaban un poco vergonzosos de entrada. Las niñas hicieron un baile que les habían enseñado para la procesión de ofrendas de la Misa. Después los papás un acto de teatro (también, súper sencillo y más parecido a un divague de los de La Finca que cualquier otra cosa…). Se trataba de dos grupos de hombres: unos que rezaban y otros que se emborrachaban. Eso fue todo. Y así se fueron animando. El profesor con su familia presentó un canto navideño. Después empezaron a sobrar los números. Estaban todos felices. Las mujeres practicaban cantos y bailes típicos. Una anciana pasó y cantó un canto en dialecto que me encantó, muy sencillo pero lindo. Señalaba hacia arriba y ligero hacia abajo y así un rato. Cuando les pregunte qué es lo que decía me contestaron que le cantaba al monte que teníamos en frente, el más alto en la zona, y todo lo que decía la canción era: “Vos Nanie, estás allí yo aquí”. Nanie era la montaña que los separaba de la ciudad. Yo también dije que iba a hacer un baile de mi tierra y les hice escuchar un carnavalito de Navidad. Hice dos tonteras y después le dije a los muchachos que me sigan con un trencito, se mataban de risa. Después pusimos música típica de ellos y les dije que todos los niños tenían que pasar a bailar, creo que eso fue lo más divertido de la noche. Todo en un gran clima de alegría. Después le rezamos a la Virgen y les di la bendición. No se querían ir. Pasaron dos o tres a agradecer, estaban muy contentos.

Además les encanta hablar. Me gustó mucho que dos resaltaron el hecho de que yo les haya predicado en estos días, que les haya hablado fuerte y claro. Yo no sabía cómo habían tomado algunas cosas, especialmente cuando me referí a las familias, matrimonios, poligamia y libertad de las mujeres para casarse. Hoy por la tarde, uno de los líderes, mientras hablaba en público, me volvió a agradecer, y resaltó el hecho de que les haya aclarado cómo vivir conforme al Evangelio, que les haya indicado que Cristo debe reinar en sus corazones y costumbres y que es hora que dejen de lado las prácticas paganas (y diabólicas, aunque esta palabra él no la usó).

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Después me fui a la casa del profesor y calentamos unos noodles y barreduras que me habían dejado preparado.

 

Jueves 25

Hicimos la bendición del templo que una de las villas había levantado y esperaba que llegue algún padre para bendecirlo. No tenían advocación ni el templo ni la villa. Entonces lo hablé antes con ellos, y habiendo consultado previamente al párroco, lo pusimos bajo el patrocinio de San Juan Pablo II. Les dejé una reliquia. Les conté un poco de la vida y les dije que era el único Papa que había visitado Papúa Nueva Guinea. Estaban felices. Les dije cómo tenían que recurrir a él, a su reliquia, por lo que fuere. Eso fue antes de darles la bendición final, en el sermón les hablé lo más sencillo que pude sobre la Misa, el sacrificio del altar, la mejor ofrenda que le podemos dar a Dios.

Después de la bendición salimos afuera y nos sacamos una foto. Después algunos líderes dieron algún discurso y me hicieron algunos presentes: un pájaro del paraíso (el ave nacional) embalsamado; una piel de oso (no sé el nombre específico, son chiquitos y se trepan a los árboles) para usar como sombrero; la cabeza del ciervo que casaron dos días atrás… Que por embellecerla le pintaron con látex los cuernos; y una flecha toda hecha en madera, sin hierro en la punta.

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Para terminar fuimos a comer. Me habían pedido que atrasáramos la Misa y así tener tiempo para cocinar. Durante toda la mañana estuvieron cocinando. Me dieron carne de muruk (un avestruz que habían domesticado y ayer nomás caminaba por la villa como si fuese un perro) junto con eso el típico saksak que ellos comen todos los días (es como una gelatina que la extraen después de “lavar” varias veces el aserrín del árbol de saksak). Hasta ahí venía todo muy bien. Pero después me dieron unos noodles hechos como guiso. Se veían buenísimos y realmente estaban muy ricos pero tenían unas cosas amarillas, duras y arrugadas que me llamaron la atención. Cuando pregunte me dijeron que eran gusanos… Que si se deja elsaksak un par de semanas, le nacen esos gusanos. Me reí un poco,  me hice el tonto, y no me los comí. Intenté, pero no pude. La inculturación no pasa por la comida…

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Después de todo, apareció uno vestido de brujo, horrible, muy bien disfrazado, con una lanza…. Me explicaron que era el monstruo para asustar a los niños que no les gusta comer elsaksak. Me reí acordándome del “viejo de la bolsa” que en Argentina usamos para asustar a los que no toman la sopa. Pero después se me fue la risa. Los re asustaban a los pobres niños, a los más bebés especialmente, los que no entienden que es sólo un disfraz. No bastaba con que llore. Las madres o hermanas mayores se los desprendían de los brazos y dejaban o sostenían entre los pies del monstruo, y ellas, con todos los demás, riéndose. Muy desagradable. Yo lo paré al bicho y a las mamás que tenía cerca les dije que era suficiente, que no se acerquen más. Son muy poco sensibles, poco humanos en esas cosas… Falta de evangelio. Por ejemplo cómo tratan a los niños. Cómo los corrigen. Les pegan unos coscachos que los tiran al piso. Pero es todo así. Desde el modo que tienen de comer, el descuido en el vestir o la poca higiene, hasta las muertes o asesinatos (o como tengan que llamarse). Hay muchísimos casos de gente que muere por un maleficio que le hacen, brujería o trato diabólico. Por ejemplo cuando uno no respeta las costumbres al momento de elegir mujer y la familia de la mujer está en desacuerdo, simplemente lo hacen matar, y todos como sí nada te lo cuentan, totalmente resignados. O también el trato que tienen dentro de la familia (por ejemplo, junto conmigo volvió a la villa después de meses una chica que estudia en la ciudad y no saludó ni cruzó un gesto afectivo con la mamá o el papá). Allí se ve la falta de humanidad, por decirlo de algún modo. Pero no los culpo ni desprecio. Estoy seguro que es por la falta de evangelio, de la fe, de la gracia, de los valores cristianos que están recién entrando en su cultura. Y cuando digo recién es recién. Sus abuelos eran indios paganos.

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Viernes 26

San Esteban mártir, muere perdonando a sus asesinos y por predicar el evangelio y seguir a Cristo. ¡Qué gusto predicarles del perdón cristiano y de la persecución que van a sufrir si desprecian el mundo por seguir a Cristo!

Después organizamos los juegos de Navidad como habíamos acordado en el programa al llegar. Jugamos un partido de fútbol de cuatro horas y bajo la lluvia. La cancha estaba súper inundada y resbalosa. Ellos felices. Yo tuve que ir al arco porque no podía más. No es que jueguen muy bien pero corren toda la cancha y sin cansarse. Las mujeres jugaron al vóley. Yo después de tres horas me fui a duchar al río, comí algo y me acosté una siesta. Cuando me levanté, terminó de llover y el paisaje cambió totalmente. Sobrevino una gran calma como sucede después de las grandes lluvias y se levantaron unas nubes de neblina de entre medio del monte (¡impresionante!) . Los cerros que nos rodean se cubrieron por una espesa nube que poco a poco se iba elevando. Yo la disfruté con unos mates. Me quedé sólo con el profesor. Su familia dormía, y los que vinieron a jugar al fútbol ya se habían ido todos.

Por la noche llegaron algunos de Utai, algunos de los que vinieron caminando a dejarme cuando llegué. Ahora vinieron a verme, a ver cómo me había atendido la gente de acá, ja. Para venir tuvieron que conseguir un vehículo, viajar tres horas en la caja de una Land Cruicer y después caminar tres horas más, y esta vez fue bajo la lluvia. Gente muy buena.

P. Martín Prado, IVE.

(Continuará)

6.04.15

Navidad en Fas - Figueri (2/5)

NAVIDAD EN FAS-FIGUERI (2/5)
Continuamos con las aventuras del P. Martín Prado en Papúa Nueva Guinea…

VIERNES 19

Hoy por la tarde rezamos el Rosario como todos los días. Les dije que corten alguna flor y después la lleven con ellos. Estaban felices cuando les dije para qué era. Al terminar el Rosario les dije que cada uno mientras que hacemos un canto, le va a ir a dejar la flor a la Virgen, y junto con la flor le pueden dejar una intención, o un pensamiento… Los más grandes que no habían traído flores les pedían a los niños para también ellos poder ir y dejársela a la Virgen junto con sus intenciones.Instituto-del-Verbo-Encarnado-Papúa-Nueva-Guinea-Misión 01

Me propuse cada día al final del Rosario hablarles de un tema. Ayer del Rosario, hoy de la oración. Nunca tuve un auditorio tan atento. Al final les dije si tenían alguna pregunta y los hombres con sencillez de niños me preguntaban: “¿pero sí voy caminando en la selva y no puedo hacerme la señal de la cruz (por la carga que llevan…) puedo rezar igual? ¿Dios me va a escuchar?” Otro “¿si yo no suelo rezar todos los días, Dios igual me va a escuchar?”

No sabía cómo preparar las prédicas. Pero después se me hizo mucho más fácil, buscando de hacerlo bien sencillo me di cuenta que no hay nada más preciso y sencillo que el evangelio. Hoy les hablé de la oración.
Y me pregunté: ¿cómo lo enseño Jesús? Recordé la parábola del juez injusto y la viuda, la parábola del fariseo y el publicano….
Sencillísimo! Me acordé de aquella oración “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños". Y para predicarles, me di cuenta que no tengo que trabajar mucho el texto evangélico. Todo les cae como de molde, y da la impresión de que muchos por primera vez escuchan hablar de los misterios divinos y la moral evangélica. Las cartas paulinas también les caen de lleno, el evangelio y sus exigencias lo escuchan (me imagino yo) como se lo escucharían los paganos a los primeros apóstoles.Instituto-del-Verbo-Encarnado-Papúa-Nueva-Guinea-Misión-09

Es así. Son muy sencillos y como niños. Pero también como sencillos, son rudos o atrofiados (por decirlo de algún modo) por las miserias de la naturaleza aún no evangelizada o redimida. Por ejemplo me encontré un hombre que vive en la selva. Tendrá unos treinta años. Feliz me contaba cómo había podido conseguir mujer… Por un cambio entre las familias…. Él entregó su hermana en matrimonio a otro, y a él le dieron la hermana del mismo, una chica que apenas debe tener 17 años.
Si bien a los ojos de ellos tampoco está del todo bien lo que hace, igualmente está totalmente avalado por sus costumbres. Nadie se puede quejar. Y la pobre chica no puede hacer nada. Se me revuelve el estómago cada vez que me acuerdo. Otro ejemplo de lo mismo de esta crudeza o falta de evangelio en sus vidas o cultura es la poligamia que algunos practican, o el vicio del alcohol para algunos otros.
También es muy común, el tomar por esposas a niñas o muchachas más jóvenes. Las toman por derecho, por intercambios. Si una mujer se casa, el hermano (o primo o familia) de la mujer tiene derecho a que le den la hermana (o prima o familia) del casado. Ahora hay varías señoras de 30 o 40 años que están viudas por esto mismo, porque cuando las casaron ellas eran solo niñas. Otro ejemplo son los miedos y creencias que muchas veces tienen y que les hacen hacer o dejar de hacer tal o cual cosa, y éstos rigen sus vidas más que el evangelio.

Por la noche me quedé charlando con el maestro y su familia junto al fuego y me contaba y explicaba un poco de algunas creencias y costumbres paganas del lugar. Mientras charlábamos, la hija apagó el fuego…. Le pregunté por qué, y me dijo que lo hacía para que el “sanguma” no se vaya a aparecer en las llamas. Les expliqué cómo satanás se alegra cuando le tomamos demasiado miedo y respeto. También le conté que a un bautizado no le puede hacer nada, y que el demonio tiene terror a la Virgen. Por eso hay que invocarla cuando tememos al demonio o cuando él mismo nos tienta. Me asombré y alegré mucho cuando vi que después de lo que les conté, la misma chica encendía el fuego.

SÁBADO 20

Después de la Misa por la mañana nos organizamos un poco más con los monaguillos, practicando las respuestas del pueblo de la Santa Misa y los cantos. En la Misa de ayer le hice señas al cantor para que largue con el santo. Pensó un ratito, y largó el gloria lleno de entusiasmo… lo cantamos todo y seguí con la plegaria. Paciencia…

Por la tarde fui al Rosario como estaba programado. Me preparé bien porque iba a hablarles de la Confesión. Iba en camino hacia la villa y después de cruzar el río, veo niños que iban y venían. Y después otros jóvenes más grandes que pasaban corriendo con arcos y flechas. Después me contaron que le dieron a un ciervo y lo vienen persiguiendo. Estaba por ahí, en los alrededores de la villa. Ya le habían clavado dos flechas, entonces no podía estar muy lejos me dijeron…. Obviamente el Rosario no podía empezar. Estaban todos en “otra", y creo que el padre también… Escuchamos gritos a lo lejos. Era la tercera flecha que le clavaban. Pero con eso el ciervo se internó más en la selva y se hizo de noche. Todos volvieron, se tranquilizaron y comenzamos con el Rosario y confesiones.

DOMINGO 21

En la santa Misa les prediqué de la Eucaristía. La Colecta muy generosa, k 120 (50 dólares), nunca pensé que la iban a hacer.

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Durante la Misa mataron el ciervo… Entre dos hombres lo traían colgando del palo al que lo habían atado. ¡Un ciervo enorme! Yo lo vi pasar por el costado mientras celebraba. Un monaguillo hizo una inclinación con mucha reverencia al altar y se fue a verlo. Después de la Misa lo fuimos a ver. Me estaban esperando a mí para que lo vea antes de que lo desposten. Sacamos unas buenas fotos, y todos muy contentos se fueron a un pequeñito arroyo a limpiarlo y despostarlo.Instituto-del-Verbo-Encarnado-Papúa-Nueva-Guinea-Misión-03

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Con machetes sobre unas hojas de palmeras en el mismo arroyo lo cortaban y despostaban, de modo que el agua pueda mantener la higiene.
Lo despostaban a las buenas de Dios y ahí mismo, cada uno se iba llevando un pedazo a su casa. Todos participaban de los beneficios.
Son como una gran familia (literalmente hablando).

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Después, mientras que las mamás lo cocinaban, los hombres se habían juntado a organizar la Navidad y el día de la bendición del templo. Yo estuve con ellos un poco y después me fui a visitar algunas casas.
También había llevado la red de vóley a la Villa. Armaron una cancha y jugamos. Un poco rústicos, pero jugamos los hombres solamente. Los más jóvenes de 15-18 no jugaron, sólo miraban. Jugamos con cambio de saque…., creo que hace unos 10 años que ya no se juega así.

Pude visitar un caserío apartado, Kwila Kamp. Donde me decían que nunca antes había ido un sacerdote a sus casas.

Por la noche después del Rosario les hablé de la gracia. Que es la vida de Dios en nosotros. Les explicaba cómo puede crecer nuestra vida espiritual al igual que la corporal. Cómo el pecado mata la vida del alma quitándonos esa vida de Dios que hemos recibido en el Bautismo…. Y luego dos me preguntaron, un señor primero y después una anciana: ¿qué pueden hacer para recuperar esa vida de Dios si caen en pecado y por varios meses no viene un sacerdote a sus villas para confesarlos?…. Me quedé un momento en silencio. ¡Pobre gente!

Al llegar a la casa, nos sentamos junto al fuego con Jorge, el profesor, y algunos otros. Y mientras fumaban cigarros caseros (con tabaco de sus propias huertas envueltos en hojas de diario) me hicieron muchísimas preguntas sobre costumbres y creencias del lugar.
Cómo se podrían explicar, qué dice la fe sobre eso. A mí también me sirvió muchísimo para saber más de ellos y apuntar mejor en las prédicas.Instituto-del-Verbo-Encarnado-Papúa-Nueva-Guinea-Misión-08

LUNES 22

Fuimos a la selva a ver si teníamos suerte y cazábamos algo. Caminamos
4 horas cruzando arroyos y monte. Vimos solo rastros, y al volver nos dijeron que a unos 100 metros de la casa vieron pasar tres ciervos. Y un poco más allá, dispararon a un chancho dos flechas…. ¡Me tendría que haber quedado! (El chancho con las dos flechas, según me dicen, ya en cualquier momento lo encuentran, mañana van con los perros a ver si lo ven y lo terminan de matar). Al volver por la selva, seguimos un río no muy grande, de dos o tres metros de ancho, e hicieron algo muy
curioso: agarraron unas ramas de no sé qué arbusto y las molieron poniéndolas sobre una piedra y golpeando con otra sobre las ramas. Las ramas ya molidas o licuadas las tiraron al río. Eso hizo una gran cantidad de espuma blanca y por dónde pasaba la espuma, los pescados iban quedando como tontos o muertos y así mismo los iban recogiendo.
Eran bagres o como truchitas de no más de 20 cm…. Pero más que suficiente.Instituto-del-Verbo-Encarnado-Papúa-Nueva-Guinea-Misión-10

Por la noche les hablé de la familia y del matrimonio. Estuvo muy bueno. Les hablé largo, pero pusieron muchísima atención e hicieron muchísimas preguntas. Yo me había preparado bien. Les leí el Génesis y luego lo que Cristo había dicho…. Les hablé contra la poligamia especialmente, y de cómo las mujeres no pueden ser tratadas como dinero…. Cómo los padres tienen los hijos a cuidado suyo pero son de Dios, y no pueden entregar una hija como si nada a un desconocido….
Las inconveniencias del matrimonio entre primos… Cómo los antepasados practicaban cosas distintas porque aún no conocían a Cristo y a su evangelio. Pero ahora ellos si conocen la Verdad.

MARTES 23

Por la mañana después de la Misa, para sorpresa mía, se organizaron en distintos grupos y unos preparaban y practicaban los cantos para el 24. Otros los bailes para el mismo día. Otros se pusieron a levantar el templo que vamos a usar acá en el colegio para la noche del 24. El templo está hecho con cañas y adornado con toda clase de flora. Otros prepararon un drama… Lo más parecido a nuestros divagues de san Felipe Neri. Les encanta prepararlo. Los que lo preparaban eran mayores y todos los niños estaban alrededor mirando y matándose de risa.Instituto-del-Verbo-Encarnado-Papúa-Nueva-Guinea-Misión-11

Por la mañana también, todos los días después de la Misa me siento afuera con los niños y les muestro las estampitas que envió la abuela de Mili (imágenes catequéticas y de la historia sagrada), les encanta.
Y aunque saben muy poco, me imagino que con estas imágenes les debe quedar bien grabado.

Hoy fue el último día que nos juntamos por la noche a rezar el Rosario como preparación para la Navidad. Después del Rosario, les hablé de la muerte, el alma, las postrimerías y algunas cosas que me habían quedado en el tintero como satanás y los espíritus….. Cosas muy confusas para ellos. De nuevo una alegría poder explicarles cómo satanás ya fue vencido por Dios y por los hombres también, al haberse hecho hombre Dios mismo, y cómo satanás teme y huye al escuchar el nombre de María. Me preguntaron y así pudimos hablar de cómo muchas costumbres o tradiciones que tienen no son buenas, sino que son inspiradas por satanás. Porque sus antepasados aunque muy buenos, todavía no conocían a Cristo y así satanás tenía poder e influencia sobre sus costumbres…. Muy lejos de enojarse me lo confirmaron, y alegres me agradecían que les diga así de claro las cosas. La verdad que no es exagerado lo que digo. Todavía tienen mucho de paganos y costumbres que al no ser inspiradas por Dios o por una natura ordenada, no pueden ser más que inspiración del demonio.

P. Martín Prado, IVE.
(Continuará)

 

1.04.15

Navidad en Fas - Figeri (1/5)

Queremos publicar las crónicas escritas por el P. Martín Prado en las selvas Fas y Figeri en la misión de Papúa Nueva Guinea. Este escrito, a forma de diario, lo escribió el P. Martín para su familia y amigos. De ahí su particular estilo. Sin embargo, hemos decidido publicarlo, considerando que será provechoso y edificante para todos los miembros de nuestra familia religiosa. Dada la extensión de las crónicas, las dividimos en cinco partes. ¡Que las disfruten!

1° PARTE

Con los padres Tomás (Ravaioli) y Maximiliano (Navarro) decidimos que uno de nosotros podría ofrecerle ayuda al obispo para esta Navidad, yendo a algún lugar más necesitado de sacerdotes en la selva. Fui a ver al obispo. Me dijo que en ese momento estaba disponible la avioneta para ir muy lejos, pero que había un sacerdote que estaba sólo en Utai, a unas 4 horas en vehículo (desde hace pocos años algunas comunidades en la selva tienen acceso en vehículo, 4x4, gracias a las compañías que deforestan). Me dijo que podía ir allí, o si yo no tenía problema, mejor sería que vaya a ayudar a Fas, otra base o centro de misión dependiente de Utai, pero muy poco atendida, porque el párroco debe atender además de la parroquia, otras 60 villas. Para llegar hasta estas uno tiene que caminar dos días o conseguir un vehículo que lo lleve, y en el 2014 sólo una vez los había podido visitar. La dificultad era que en Fas, no había casa para hospedarse ni capilla. Yo pensé: “en Bariloche la pasábamos así un mes con los seminaristas ¿no me voy a animar ahora para poder celebrarles la Navidad a no sé cuántas gentes?”

16 DE DICIEMBRE

Salimos con una Land Cruiser del obispado. Compré algo de comida, preparé una mochila, la sacristía, y le pedí a la diócesis una pelota de fútbol y un panel solar portátil grande como una tablet para cargar el celular y tener algo de luz.

Nos dirigimos primero hacia Utai, yo quería ver al párroco y hablar con él antes y llevarle algún regalo de Navidad. Cuando llegué, no estaba el padre. Había ido a visitar comunidades en la montaña. El padre se llama Fredrib. Lo fuimos a buscar con nuestro vehículo cuando volvía, cerca de un río. Feliz de vernos, a mí y a un seminarista que había venido conmigo para acompañarlo.

Le traje té, ya que me dijeron que le gustaba. Pudimos hablar un poco de lo que concierne a la pastoral. Igualmente él está recién llegado y aprendiendo pidgin. La parroquia estaba sin sacerdote antes de que él llegue. Parece que en su momento Utai fue un súper centro de misión: cultivaban arroz, tenían vacas, había una comunidad de monjas filipinas. Ahora nada de eso. El pobre cura vive en una casa que se le cae a pedazos. Me dio mucha pena, y para colmo no tuvo una formación muy tomista por decirlo de algún modo. Le propuse y ordenamos y limpiamos un poco la casa. Ahora está sólo porque su compañero se enfermaba mucho de malaria y tuvo que ir a Vanimo a descansar y recuperarse.

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LA CASA DEL CURA EN UTAY

MIÉRCOLES 17

Hubo una gran tormenta por la noche, los ríos crecieron y los caminos estaban muy arruinados, cosa que impidió la salida hacia Fas por la mañana. Los ríos estaban muy crecidos y el único vehículo que hay en Utai estaba del otro lado del río. Pero vino un señor y me dijo que iba a tratar de hacer lo imposible para poder llevarme a Fas. A las dos o tres de la tarde cayó con una Land Cruiser de la compañía que trabaja deforestando por allí cerca.

Antes de que salgamos vino un muchacho, Gabriel, de 18 años. Cayó de la nada diciendo que me quería acompañar en estas dos semanas. Parece muy bueno. Me dicen que cursa la secundaria en Vanimo y allí es amigo de un sacerdote, al que le ayuda como monaguillo. Hoy en el viaje que hicimos a pie se cargó todo y rezaba el Rosario muy bien. Fue providencial porque su familia es de Fas y conoce a todos, sabe hacer de monaguillo y preparar todo para la Misa, y es robusto por las dudas…ja.

Salimos con la Land Cruiser, adelante iba el P. Fredrib y yo iba atrás en la caja con varios más que nos quisieron acompañar, entre ellos algunas de las chicas del hogar de las hermanas de nuestra Familia Religiosa, que ahora están de vacaciones. Íbamos bastante apretados, yo parado, pero todos contentos. En el camino me di cuenta que el chofer estaba medio tomado, un peligro manejando y más en estos caminos, allí me encomendé a la Virgen de Luján junto con algunos de los pasajeros.

Después de hora y media de viaje llegamos a un punto en el que ya no podíamos seguir más con el vehículo. Dos caminos llegan a Fas, uno estaba cerrado (la compañía lo cierra para evitar que les roben gasoil a las máquinas) el otro estaba bloqueado por un gran árbol que había caído la noche anterior. Entonces pensamos qué hacer. Podíamos regresar a Utai e intentar volver  al otro día. Pero después de tantas dificultades para encontrar vehículo no me quería arriesgar, además perdería uno o dos días más. Les dije que seguíamos a pie.

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EN LA CAJA DE LA CAMIONETA

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CUANDO NOS DEJARON Y SEGUIMOS A PIE

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ESTOS SON LOS QUE ME ACOMPAÑARON CAMINANDO HASTA FAS. GABRIEL ES EL DE BLANCO

Ahí mismo Gabriel, el chico que me acompaña, tomó la sacristía, una valija bien pesada y otros jóvenes tomaron las demás cosas que traía. Caminamos dos horas más con un paisaje hermoso, montañoso. Me acordaba a las caminatas del Cañón del Atuel. Como siempre, con los jóvenes se hace llevadero.

El mismo señor que había conseguido el vehículo ahora me acompañaba caminando, y se nos adelantó. No paró un momento para llegar antes que nosotros y avisar a la gente que el sacerdote estaba llegando. Después me enteré que les dio instrucciones y los amenazó con que iba a volver a ver si me habían atendido bien.

Después de caminar un rato me resolví a poner todo esto por escrito. De entrada no pensaba hacerlo, me parecía un poco ostentoso o como si se fuese a viciar la rectitud de intención…. contar “mis” anécdotas, “¡OH! ¡EL MISIONERO!"… Se entiende, típico escrúpulo del que no es humilde y piensa que lo que tiene es por mérito propio y por eso no lo muestra o comparte. En el camino, subiendo y bajando las montañas en ojotas[1], cargando una pesada mochila y con la sotana toda transpirada[2]En esta circunstancias tomé más consciencia de la gracia que Dios me daba, poder venir a un lugar así a anunciar el evangelio, pasar por estas dificultades y travesías solo con el propósito de anunciar su evangelio, llevar la gracia y salvación a estas almas…. Eso en nada lo merezco. Es un honor y gracia inmerecida, y por tanto tengo que compartirlo. No tengo que gloriarme y por el contrario si no lo compartiese sería un tanto egoísta e injusto, porque estoy acá como misionero del IVE. Mis alegrías o dificultades son también de ustedes. Mañana otro toma mi lugar y yo el de él. Esto no es obra mía sino de la querida Congregación e Iglesia.

Llegamos al atardecer. Las dos villas y la escuelita están en un valle y bajando de la montaña teníamos una vista hermosa del lugar. Se veían las dos villas, Fas y Figeri, distanciadas unos dos kilómetros la una de la otra, las dos a la orilla de un río, y entre ambas, en la rivera opuesta un colegio primario con dos humildes casas para los dos profesores que atienden la escuela. Un poco más allá está la casa del enfermero con una pequeña sala de primeros auxilios.

No sabían que yo venía. Pero ahí no más prepararon una casa, limpiaron y le pusieron una colchoneta y una batería como de moto, para que pueda tener luz.

Llegamos y nos fuimos a un arroyo a bañarnos. Esto de llegar cansado, con calor y sucio e ir a un arroyo o río y bañarse es espectacular, te relaja mucho…. Tal vez si lo tenés que hacer todos los días del año te cansaría un poco, pero en estas circunstancias es muy relajante. Aprovechás a charlar. En todos lados ya tienen un lugar señalado: el “wara man", agua de los hombres. Sólo ellos pueden ir ahí y se bañan a lo Adán, ja.

Pude hablar con el catequista del lugar y me dice que ahora mismo por la noche va a ir a las comunidades más cercanas a avisar que el padre llegó y que mañana hay Misa por la mañana. Cuando le pregunté si 7 am era muy temprano, me dijo que no había drama, que iban a estar todos felices y que iban a ir al horario que sea.

Me dicen también que en Figeri, han hecho un hermoso y grande templo, que aún no han celebrado la Misa allí, que tengo que bendecirlo, inaugurarlo… ¡Qué gracia y qué necesidad de sacerdotes!   Ya lo tenían listo hace un tiempo pero aún no tenían un sacerdote para bendecirlo.

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ESTA ES MI HABITACIÓN

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LA HABITACIÓN EN LA QUE LEO O PREPARO LOS SERMONES. ES LA MÁS FRESCA

JUEVES 18

Por la mañana celebré la Misa en un aula del colegio y vinieron muchos de las dos villas cercanas. Después me senté con el catequista e hicimos el programa para estos días. Nos metimos en una casa que usan para cocinar, de techo de morota, paredes de palos y todas las casas elevadas del suelo, con piso de tablas. Son las más frescas. Ahí organizamos: Bautismos, Confesiones, Rosario todas las tardes con prácticas de cantos para Navidad, competencias deportivas para Navidad, marcamos un día para a ir a otras villas más lejanas a confesar, bautizar y celebrarles la Santa Misa. Estaban muy contentos y conformes con todo. Cuando charlábamos me tomé unos mates. Miraban asombrados y contentos: súper observadores. Escribimos el programa en tres hojas para que en cada villa vean el anuncio. Después me di cuenta que lo que más funciona es el anuncio por transmisión oral. Son pocos los que leen. También escribí una carta para que le manden al párroco, preguntándole si quiere venir él para inaugurar el templo y si le parece que lo pongamos bajo el patrocinio de San Juan Pablo II. Ni la Villa ni el templo tienen patrono. Me preguntaron y yo les propuse ese nombre, les conté un poco de él, que era el primer y único Papa que ha visitado PNG. Estaban felices.

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Este lugar, unos años atrás fue centro misional, con capilla y casa para el sacerdote que venía de paso por unos días y una escuela primaria. Ahora no queda nada de eso, apenas queda algo de la antigua escuela. Hace unos 6 años con la ayuda de las compañías que extraen madera de la selva, se pudieron levantar unas nuevas aulas y los mismos lugareños hicieron dos casas para los profesores, para los dos únicos que atienden la escuela. Yo estoy viviendo en la casa de uno de ellos, que se fue a pasar la Navidad a su pueblo. También hace un mes han puesto un centro de primeros auxilios que está a unos 200 metros de la escuela. La zona es más que tranquila, aquí vivo solo yo y la familia del profesor. A unos 2 km hacia la izquierda cruzando dos ríos (no muy grandes, el agua te llega a las rodillas) hay una de las villas: Fas; y lo mismo hacia la derecha, a 1 km, cruzando sólo un río, está la otra villa, donde han hecho una nueva capilla (ahora la única de toda la zona): Figeri.

Me fui a refrescar al río y les pedía me hiervan agua para comer unos nudels. Después me recosté un momento en la hamaca paraguaya  que me hizo un parroquiano en Vanimo. Me dormí profundamente…

Por la tarde fui a visitar las dos villas más cercanas que tengo: Fas y Figeri. Hermosas y pintorescas, bien chiquitas, unas veinte casas, pero más que 20 familias, porque acá el concepto de casa y familia es muy distinto, viven como en clanes.

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Para ir a ambas villas tenés que cruzar ríos a pie. Todo hermoso, una aventura, hasta que me tocó volver de noche después del Rosario y las confesiones. La ojota se te desarma al quedarse trabada en el barro y las piedras. Hay que arremangarse sotana y pantalones. Está bueno, así pensás un poco más en Dios y en las almas. Como siempre la cruz te hace tocar la realidad, recordar los principios, los motivos últimos, “te pincha los globos”.

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Antes del Rosario les dije dos palabras de cómo rezar, qué decirle a Dios, cómo tratarlo. La Iglesia nueva estaba llena y no volaba una mosca: súper ansiosos de escuchar. Los ojos súper clavados en cada expresión que hacía. Cuando los vi así se me hizo muy fácil de hablarles, con sencillez y transparencia y daba la impresión de que entendían y lo aprendían mucho mejor que en tantos otros lugares que he predicado y buscado enseñar esto mismo. Durante el Rosario varios se confesaron. Todos desde hace uno o dos años que no habían tenido oportunidad de hacerlo.

Cuando volví al colegio, fui al lado del fuego y me convidaron un plato de arroz y acelga. Me comí un platazo, como comen ellos, y lo re disfrute. Después me vine a escribir.

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ESTA ES LA FAMILIA DE PROFESOR, EN LA COCINA-COMEDOR DONDE ME DABAN DE COMER SIEMPRE

MISIONESIVE & Facebook/institutodelverboencarnado

20.03.15

Estar donde Dios quiere

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Kilimajaro, Tanzania, 12 de marzo de 2015.

Domingo en la misión. Las actividades comienzan como es normal, lo cual no significa que tiene que ser rutinario. Temprano nos vamos disponiendo junto con el P. Johntin, con quien nos levantamos temprano, para dar los últimos retoques al sermón, que por ser en swahili, los retoques son mas bien de corregir y practicar, y finalmente imprimirlo. Normalmente nos levantamos antes de lo establecido en el horario, porque suele ser un momento muy tranquilo el de la mañana del domingo. Nos saludamos y luego cada uno trabaja en su cuarto, antes de que empiece el movimiento de gente. Yo suelo disfrutar este momento con unos buenos mates… todavía me queda yerba. Comienza a amanecer y el aire está fresco.

Al rato se comienzan a escuchar unas voces en la puerta de la casa. No molestan ni llaman, sino que conversan esperando que algún padre asome la nariz. Son los monaguillos que según el turno de equipos les toca ayudar en la misa dominical, y se adelantan los encargados de encender el fuego para el incienso. Son muy responsables, tanto que vienen durante la semana a lavar las albas, si quieren acolitar el domingo.

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