InfoCatólica / María Lourdes Quinn / Categorías: A) EVANGELIOS, .... 1) S. Mateo, .... 2) S. Marcos, .... 3) S. Lucas, .... 4) S. Juan

29.09.09

"Si tu ojo te hace caer, sácatelo"

La lectora Azahar comentó hace poco: “Me pregunto, a veces, ¿cómo podemos vigilar a nuestros hijos para que no sean adictos a Internet si somos los propios padres quienes estamos aquí?” Una forma de controlar nuestro tiempo en Internet para que no nos controle es hacer caso a la hipérbole que usa el Señor en el Evangelio del XXVI Domingo de Tiempo Ordinario: “si tu ojo te hace caer, sácatelo” (Mc. 9, 47), mortificando la vista. Según el P. Royo Marín, O.P. en “La teología de la perfección cristiana” [traducido de una versión en inglés]:

“Este es el más noble de todos los sentidos externos, pero también es el más peligroso por el gran poder seductivo que ejerce sobre el alma por medio de sus impresiones. Examinemos las diferentes clases de miradas y la conducta práctica que el alma debería seguir en cada caso.

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28.09.09

¿Qué sería un buen regalo para un sacerdote?

Antes que nada y sobre todo, uno debería rezar por los sacerdotes y apoyarles en su ministerio todo lo posible. Pero, aparte de eso, puede haber ocasiones en que uno desee regalarle algo a un sacerdote como muestra de agradecimiento, especialmente a lo largo de este Año Sacerdotal. Además de algún regalo espiritual como tarjetas expresando el regalo espiritual de oraciones y de Misas encargadas por las intenciones del sacerdote, por ejemplo, ¿qué sería un buen regalo para un sacerdote?

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27.09.09

"Escándalos" que no lo son

En el Evangelio del XXVI Domingo de Tiempo Ordinario, el Señor tiene palabras muy fuertes para: “El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen” (Mc. 9, 42). El que era “piedra de tropiezo y roca de escándalo” (1 Ped. 2, 8) para los no creyentes no se refería a todo escándalo, sino que condena el que hace daño espiritual a los que sí creen, a nuestros hermanos en Cristo. Así llegaría a decir S. Pablo:

“Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tu hermano tropiece, o se escandalice, o flaquee. La convicción que tú tienes, guárdala para ti y para Dios. Dichoso el que a sí mismo no tenga que reprocharse lo que siente.” (Rom. 14, 21-22)

Por eso, en una cita compartida por el lector Luis en “‘Hay rumores de que no sé quién es no sé que’”, señala S. Gregorio Magno: “Cuando alguien se escandaliza de la verdad, mejor es consentir el escándalo que ocultar la verdad”. Siempre habrá personas que considerarán un escándalo el bien hecho por otros como hacían los fariseos con el Señor.

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26.09.09

Cambios al juramento hipocrático : ¿Se toma en serio todavía?

La gente suele asociar el aforismo “Primum non nocere” (“Primero no hacer daño”) con el juramento hipocrático aunque no figura en éste. Según Gonzalo Herranz, médico y profesor de la Universidad de Navarra, ni tiene su origen en Hipócrates, ni en Galeno, sino en las enseñanzas orales del médico Auguste François Chomel del s. XIX en “un tiempo de conflico, cuando la agresividad de terapistas tradicionales chocaba contra el abstencionismo de los que creían en las capacidades curativas de procesos naturales” [traducido de la publicación en inglés].

A pesar de eso, la percepción pública es que el juramento hipocrático mantiene principios éticos fundamentales que afirman la vida desde la concepción hasta la muerte natural desde comienzos del s. V A.C. y que siendo tomado ese juramento por los médicos al entrar en la profesión, se les puede responsabilizar de ello. Pero, nada más lejos de la realidad.

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25.09.09

“Hay rumores de que no sé quién es no sé qué”

El título del post lo dejó el lector José Ángel Antonio comentando cómo “para algunos blogueros el blog es ocasión de murmuraciones, chismes, rumores, quejas infundadas [….]”. Algo parecido nos dice Sto. Tomás de Aquino:

En la conversación ordinaria pecan a veces contra este mandamiento [VIII] cinco clases de individuos. 1) Los detractores […] 2) Los que escuchan a los detractores con gusto […] 3) Los chismosos […] 4) Los aduladores […] 5) Los murmuradores […]” (Sobre los mandamientos,1. c. , pp. 279-280).

Jesús observa a sus apóstoles conversando y les pregunta, según el Evangelio del XXV Domingo de Tiempo Ordinario: “¿De qué discutíais por el camino?” (Mc. 9, 33). Ellos callaron porque sabían que su conversación no era una muy santa, sino que se preguntaban quién era el mayor de ellos. Lo mismo preguntó el Señor a los discípulos de camino a Emaús [uno de los dos era S. Cleofás (s.I)]:

“Ellos se detuvieron entristecidos, y tomando la palabra uno de ellos por nombre Cleofás, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no conoce los sucesos en ella ocurridos estos días? […]Y Él les dijo: ¡Oh hombres sin inteligencia y tardos de corazón para creer todo lo que vaticinaron los profetas! ¿No era preciso que el Mesías padeciese esto y entrase en su gloria? Y comenzando por Moisés y por todos los profetas, les fue declarando cuanto a Él se refería en todas las Escrituras.” (Lc. 24, 17-18. 25-27)

La conversación de los apóstoles y la de los discípulos entre sí no era siempre muy santa, pero ¡qué diferencia entre los efectos de esas conversaciones con las del Señor!: “¿No ardían nuestros corazones dentro de nosotros mientras en el camino nos hablaba y nos declaraba las Escrituras?” (Lc. 24, 32) ¿Qué hace que una conversación sea mala, frívola, útil o santa? ¿En qué categoría(s) se encuentran sus propias conversaciones por Internet?

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