InfoCatólica / Sapientia christiana / Archivos para: Junio 2020

15.06.20

LXXXIV. Las relaciones de Dios

973. –¿Examinada la escala de los entes según su generación, cómo hay que entender la generación divina?

–La exposición de la escala de los entes según la intimidad de lo emanado le permite a Santo Tomás sobre la generación divina, concluir en primer lugar, que: «No es posible concebirla al igual que la generación que se da en las cosas inanimadas, en las cuales el engendrante imprime su especie en la materia exterior». En los seres inertes, por su acción en una cantidad de materia, se actualiza la forma del agente en ella.

No es posible este tipo de generación con una completa extroversión en Dios: «porque es preciso, según enseña la fe, que el Hijo, engendrado por Dios, tenga verdadera deidad y sea verdadero Dios. Mas tal deidad no es una forma inherente a la materia, ni Dios proviene de la materia, como ya se probó (I, cc. 17, 27)». En Dios no hay materia, ni es forma de una materia.

En segundo lugar: «tampoco podemos concebir la generación divina como la generación que se da en las plantas, e incluso en los animales, los cuales tienen de común con ellas la virtud de nutrirse y de reproducirse. Porque en ellos, cuando engendran un semejante en especie, se desprende algo que estaba en la planta o en el animal, lo cual queda totalmente fuera del engendrante al terminar la generación».

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1.06.20

LXXXIII. El misterio de la generación en Dios

958. Según el arrianismo el Logos, o Verbo de Dios, no tenía naturaleza divina, ni era eterno. Había sido creado con una participación en la divinidad, pero superior a la de los ángeles. Se encarnó como alma de un cuerpo, para constituir a Cristo, que no es así ni verdadero Dios ni verdadero hombre. ¿Cuál es la crítica del Aquinate?

–La refutación del arrianismo la comienza Santo Tomás desde los textos de la Sagrada Escritura, que utilizaban para confirmar su posición. Precisa que si en ella se «llama hijo de Dios a Cristo e hijos de Dios a los ángeles, lo hace por distinta razón. Por lo cual dice el Apóstol: «¿A quién de los ángeles dijo jamás: ‘Tú eres mi Hijo, yo hoy te he engendrado’? (Heb 1, 5). Cosa que afirma fue dicha a Cristo». Si la interpretación arriana fuese acertada: «por la misma razón se dirían hijos los ángeles y Cristo ya que a ambos competiría el título de filiación conforme a la sublimidad de naturaleza en que fueron creados por Dios».

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