764 - DÍA DE LA VIDA, 25 DE MARZO

DÍA DE LA VIDA, 25 DE MARZO

Mensaje de los Obispos de México. España: Gravísimo panorama

En México con motivo de celebrarse el 25 de marzo, día de la Anunciación del Señor, el Día de la Vida, la Conferencia Episcopal Mexicana en su Mensaje de este año recuerda que “Dios es el Creador de todo lo que existe y en la tierra que creó puso al hombre y a la mujer a quienes hizo a su imagen y semejanza y los bendijo diciéndoles ’sean fecundos y multiplíquense y llenen la tierra y sométanla’ (cfr. Gn 1, 27-28). Ahora bien entre todos los seres creados, el ser humano ocupa un puesto especial porque le hizo partícipe de su solicitud y providencia hacia toda la creación. El Creador ha confiado el mundo como un don y una tarea a nuestra responsabilidad. El que guía todas las cosas con sabiduría y amor hacia su destino final nos ha hecho a su imagen y semejanza para que con nuestra inteligencia nos convirtamos en providencia que con sabiduría y amor guíe el desarrollo humano y el desarrollo del mundo en armonía con su voluntad sabia y amorosa".

“Sin embargo muchos hombres viven sin darse cuenta de lo que hacen y de lo que sucede, muchos hombres no asumen plenamente esta responsabilidad derivada de su altísima dignidad de ser imagen y semejanza del Creador y hay quien se comporta como si fuese, él mismo, el señor de la creación que puede manipularla y destruirla a su arbitrio, incluido tristemente el mismo ser humano".

Más adelante advierte sobre el contenido y la forma como se están planteando “diversos aspectos de la sexualidad, la anticoncepción, el no reconocimiento de la existencia y la sacralidad de la vida desde la fecundación, la manipulación de embriones, el aborto, la reproducción asistida, la eutanasia, pueden hacernos experimentar la tentación de dudar del esplendor de la verdad que nos enseña la Sagrada Escritura acerca de la vida del ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios". (…)

“¡No tengamos miedo! La muerte y el sin sentido no son la última respuesta ante las perplejidades de nuestro corazón, Cristo Jesús marcha con nosotros, Él que murió y resucitó y venció la muerte".

“Precisamente este punto de partida es el centro de nuestra fe en que la vida, especialmente la vida humana, viene de Dios y, por tanto, es bella, es siempre un bien y vale la pena vivirla, promoverla y defenderla. Creemos en Dios que es Amor y Vida, creemos en Jesucristo, creemos en la vida y en su dignidad natural e inviolable. (…) A veces se presenta la enseñanza de la Iglesia como una opinión sólo religiosa, queriendo insinuar con ello que no tiene nada que ver con la ciencia, o que la fe y la razón se contradicen y excluyen mutuamente. Otras veces se justifican ciertas prácticas en nombre de una cierta ‘libertad’ individualista y subjetiva, sin referencia a los valores objetivos, universales y perennes, inscritos en la misma naturaleza humana". Incluso se llega a la intolerancia de no escuchar a la Iglesia ni analizar su enseñanza “con serenidad, apertura y seriedad, sino que se la hace objeto de mofa y de rechazo anticipado". (…)

“Jesucristo ha redimido a toda la persona, en todas sus dimensiones: corporal, afectiva, volitiva, intelectiva, espiritual. Él ha llevado a la plenitud los mandamientos que son un camino para la vida y la felicidad. Él confió a su Iglesia este Evangelio de la Vida, la cual, animada por el Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida, ilumina siempre la conciencia de los hijos de Dios sobre la verdad y la santidad de la vida".

“Que Santa María de Guadalupe, Reina y protectora de la familia y servidora de la vida, nos sostenga con su amor e intercesión para que cada uno de los bautizados agradezcamos, respetemos y promovamos la vida de cada ser humano desde su concepción en la fecundación hasta su muerte natural".

España: gravísimo panorama

Mons. Adolfo González Montes, Obispo de Almería, dio a conocer una carta pastoral con motivo de la Solemnidad de la Anunciación del Señor, en España también el Día de la Vida.

Dice el Obispo: “La fiesta de la Anunciación del Señor del 25 de marzo nos coloca ante el misterio de la humanidad del Hijo de Dios. La carne de Jesucristo es la humanidad que Dios quiso para su Hijo, que se encarnó en las entrañas de María y nació como un hombre cualquiera. Desde entonces Dios es prójimo nuestro y cada uno de nosotros prójimo de Dios. Esta fiesta, titular de tantas catedrales e iglesias nos ofrece la ocasión para reflexionar sobre el misterio de la vida y el prodigio de su transmisión, justo en este tiempo, cuando son tantas las amenazas que acechan a la vida humana".

Destaca Mons. González Montes que hay “seres humanos que nacen bajo el signo de la protección y vienen al mundo mientras otros son suprimidos en el vientre de sus madres. La brutal plaga del aborto ha generado en nuestro país, en poco más de una docena de años, la escalofriante cifra de tres millones de víctimas, los niños que nos faltan. Lo sucedido en estos años debería servir para no empeorar las cosas más de lo que ya están, pero hay quienes parecen querer llevar la legislación a la práctica libre del aborto (…). Nada ha mejorado con un plan laico de supuesta educación sexual de adolescentes y jóvenes, garantizada como una iniciación a la ‘práctica segura del sexo’. Muy, por el contrario, este plan ha conseguido trivializar la sexualidad, aumentar la gravedad moral del estado de la juventud. Se dijo que disminuirían los abortos, pero han aumentado dándole al fenómeno una gravedad que, si no se ve, es porque se padece ceguera".

“Por si fuera poco, se ha elaborado una ley sobre manipulación de embriones que no lograr encubrir los intereses reales de la proclamada finalidad terapéutica. Hay científicos que han sido claros al decir que se trata de una práctica poco fiable en sus resultados y, aún así, no se duda en legalizar una manipulación de los embriones que es lesiva de la dignidad humana, porque nadie ha de venir al mundo para servir de instrumento terapéutico a nadie. Cada ser humano ha sido querido por Dios por sí mismo, incluso cuando le ha faltado el amor humano. (…) Los legisladores católicos, si han de ser fieles a su conciencia moral, tienen el deber de hacer cuanto esté a su alcance para garantizar la protección del embrión, oponiéndose a este tipo de leyes".

“Si se deja fuera de consideración que el ámbito natural de la procreación de la vida es el matrimonio, y que éste se da sobre la base de la diferenciación de los sexos y su complementariedad, entonces, tal como han dicho los Obispos cargados de razón, es que ’se extiende una cultura que oscurece datos antropológicos fundamentales’, una cultura que atenta de hecho contra las evidencias más palmarias y universales de la humanidad. Todas las culturas conocen el significado de las palabras ‘padre’ y ‘madre’, que surge del concurso de los sexos en la procreación de la vida, en su cuidado y defensa, que se prolonga por obra de la familia, regazo natural del ser humano, en la educación de la infancia y de la juventud".

“La Iglesia, a pesar de las acusaciones de sus enemigos tópicas y manidas hasta la saciedad, no se opone al desarrollo científico. La Iglesia se opone a encubrir bajo la capa de la ciencia lo que es pura manipulación del ser humano más débil e indefenso a manos de la llamada ‘ingeniería genética’. La Iglesia no se opone a la investigación con células madre, se opone a que estas células sean embrionarias (…). La Iglesia defiende a los débiles, y en situación de debilidad está el ser humano concebido y en estado de embrión, igual que lo están el enfermo y el anciano. La Iglesia se preocupa por las víctimas de la guerra y el terrorismo y cuida a los enfermos de sida. Su compromiso por la paz y el desarrollo de los más necesitados está bien probado. La descalificación de la voz libre y profética de la Iglesia en defensa del ser humano y de su dignidad no es inocente ni desinteresada".

“Por todo esto, la Iglesia nos recuerda que Encarnación del Hijo de Dios nos descubre el fundamento divino de la humanidad del hombre. Conviene recordar las palabras del Vaticano II cuando afirma que ‘el misterio del hombre sólo se esclarece a la luz del Verbo encarnado’. La Encarnación del Verbo de Dios nos descubre la condición sagrada de la vida y nos advierte de que cualquier atentado contra ella va directamente contra su Creador porque va contra el hombre creado por Dios", (24-03-06). FIN, 24-03-06