"No detestas la Vocación, te hastía la profesión"
Le tomo prestado el título a Gurpegui, pues voy a incidir sobre lo ya escrito por él, intentando ir a la Raíz última y verdadera de esa dicotomía que plantea el autor. Dicotomía que, presumo, NO es legítima en un Sacerdote: algo falla ahí. Y en eso voy a incidir.
El autor separa “Vocación” y “Profesión” en el Sacerdote, para intentar explicar lo que les pasa a algunos de ellos: se desencantan, pierden fuelle, se acomodan, se “cabrean"…, y algunos se van.
Es entendible lo que recoge Gurpegui; y también es comprensible lo que les pasa a algunos de nuestros hermanos Sacerdotes.
Pero, por muy entendible que sea todo ésto, y por muy “lógico” que parezca, no les doy la razón. Porque, “amar la Vocación” -la “llamada Divina” y corresponder a Ella-, se da de bruces con “hastiarse de la Profesión” -su empeño diario-: “va en el sueldo", como se dice coloquialmente.
Porque, dónde está la auténtica Raíz? Cuál es la esencial Identidad del Sacerdote en la Iglesia? Porque ésto es lo que está en juego.
Tanto en el Concilio, como inmediatamente tras él, la “identidad Sacerdotal” fue un tema realmente “estelar".
Se pretendía darle al Sacerdote -supongo que con buena intención, como todo en el Concilio: pero no pongo la mano en el fuego-, su “auténtica y real Identidad", para ser la persona que, en y desde su estar en la Iglesia, llevase las almas…, a Cristo?
Pues resultó que NO. Todo se volvió un auténtico “misterio". O bien, se resolvió en una verdadera “nebulosa". O en una “nada", que desencantó a todos: únicamente pareció bien a los promotores del engendro y del engaño.
Para situarnos con conocimiento de causa, vamos a los Resultados que denuncian clamorosamente lo infame de las causas. Que bien visibles son, pues están presentes. Incluso se pueden contabilizar.
Ojo a los datos.
En los años inmediatamente posteriores al Vaticano II, “sólo” unos 100.000 Sacerdotes, por redondear, colgaron la sotana. Y unos 80.000 religiosos. Como “desencantó” estuvo muy bien conseguido.
Muy pocos años después, los Seminarios, que al acabar el Concilio, rebosaban de seminaristas, empezaron a “adelgazar” “misteriosamente".
Hoy, en España varias Diócesis lo tienen cerrado; otras se han juntado para tener “algo” parecido. Y este año pasado se Ordenaron algo así como 80 Sacerdotes. Como desencanto tampoco está nada mal. Menos aún si tenemos en cuenta que “el nuevo sacerdote” iba a ser la panacea de las panaceas: por fin íbamos a ganar al mundo para Dios!
A estos datos, pero sin abandonar la “figura a instalar", hay que sumarle la tremenda y nefasta Descristianización instalada en todo el País. Y en otros muchos.
Europa está en plena decadencia, porque ha abandonado voluntariamente sus Raíces: y la Iglesia Católica NO es ajena a tal fechoría: al contrario: ha contribuido voluntariosa a esta desgracia, por acción y por omisión.
Qué modelo de Sacerdote se consiguió instalar? Algo así como un “universitario", para evitar posibles “complejos” del personal ante el personal, y darle un “prestigio” ante la Sociedad; y, de cara a su “vocación y misión o profesión” ser una especie de “animador social", en y desde sus parroquias o destinos.
Por supuesto, y no es un tema menor: de un plumazo, se pidió a los Sacerdotes que, con “libertad", desistiesen de sus “derechos adquiridos” a la vez que se suprimieron las Oposiciones en el clero.
Desde entonces todas las promociones internas vinieron del “dedo consagrado” del Sr. Obispo. Una tropelía más: se instauró “el carrerismo", por mor y celo de los Obispos…, para denigrarlo después. Viva la mediocridad y el servilismo!
Ésto, esta “nueva identidad” entre otras cosas, es lo que ha destrozado a los Sacerdotes; y, en directa consecuencia, a las almas y a la misma Iglesia.
Yendo al fondo: cuál es la verdadera esencia del Sacerdote? O sea: su real Identidad?
“El Sacerdote, otro Cristo, el mismo Cristo". Es lo que opera la Ordenación Sacramental de modo inmediato, al recibirse el Sacramento del Orden. Así lo ha enseñado siempre la Santa Madre Iglesia. Así lo ha reconocido, recibido y vivido siempre el Sacerdote. Y en y post el CV II se lo robaron: a Ella, a ellos y a las almas todas.
Y no hay más. Ni menos. Ni otra cosa distinta.
En esta perspectiva, NO cabe separación de “Vocación” y de “Profesión". Estos conceptos, caso de ser tenidos en cuenta, son una separación meramente “intelectual” de lo inseparable en sí mismo, además de secundario, en el Sacerdote.
Desde luego, el Sacerdocio NO es una “profesión” al uso: el que lo vea así, que no se ordene. Y si no cambia su perspectiva, y ya es sacerdote, mi consejo es que se vaya. Cuanto antes, mejor; o, al menos, después de buscar ayuda para intentar recomponer su “identidad". Que la posee. Como se posee la Fe, aunque no se ejercite…
Ayuda que, en este plano, NO tiene nada que ver con los psicólogos o los psiquiatras, que lo primero que le van a decir es que “no reprima su orientación sexual": al contrario. Lo que sí debe reprimir, a como dé lugar, es el “complejo de culpabilidad": nefasto en sí mismo, xsu.
Si un Sacerdote está malo, que lo vea un médico, que se le atienda con cariño y dedicación, y se le ayude a recuperarse. Y no hay más historia.
Lo de los psicólogos y los psiquiatras ha sido otra de las “grandísimas y fecundas aportaciones “al “discernimiento” de la Vocación, y a su posible “rehabilitación", cuando hay dudas o dificultades. Y así ha pasado lo que ha pasado en la Iglesia con los Obispos, Sacerdotes y demás. Un desastre.
Además, y como seña perenne y esencial del Sacerdote, la Iglesia específica: “Nos Ordenamos para la Eucaristía".
Es decir: el Sacerdote, diciendo la Santa Misa cada día, con toda la Piedad de que sea capaz, cumple con lo más sagrado y específico de su Ordenación. Ninguna otra tarea puede anteponerse a ésta.
Porque en la Misa, “Dios mismo adora, agradece y aplaca a la Santísima Trinidad". Este era el Gran Deseo del Pueblo Escogido desde su misma salida de Egipto: Envía al que esperamos.
De ahí que, quizás o sin quizás, “se le hurtó” al Sacerdote la Santa Misa: “le dieron el cambiazo” con el Novus ordo. Y, en ellos, a los Fieles todos. Y a la Iglesia Santa.
Y para dejarlo en la más absoluta “soledad” en su desempeño diario, se le sustrajo también el “Catecismo para Párrocos", de feliz memoria: un memorial de Doctrina y de praxis Pastoral, insustituible por eficaz.
Lógicamente, para cumplir esta “obligación” de celebrar la Santa Misa, el Sacerdote debe Comulgar, como todo Fiel, en estado de Gracia.
Para poder actuar así, uno de sus primeros afanes ha de ser “la Confesión frecuente". Como para todos los Fieles que quieran Comulgar.
Si el Sacerdote no se compromete con la Confesión frecuente para él, es imposible que lo haga para facilitársela a los hijos de Dios en su Iglesia. Al contrario: los dejará en la estacada. Como pasa en casi todos los lugares de culto.
De hecho, uno de los grandísimos errores pastorales y eclesiales, que ha llevado sin la menor duda a la pérdida del sentido del pecado y, por tanto, de la condición de Católico, ha sido retirarse los Sacerdotes de su Vocación y Misión, de su “Profesión” de “perdonar pecados", como nos ha mandado el mismo Jesucristo.
El mandato imperativo de ir por todo el mundo era, en concreto, para que pudiésemos decir:Tus pecados son perdonados pecados. Sin ésto, NO hay Salvación posible.
Con esta sencilla “operación” -dejar al personal con sus pecados-, imperada desde arriba, se ha pasado de la “comunión” al Sacrilegio, sin solución de continuidad: matando las conciencias de entrada, con la condena posterior de las almas. Todo un éxito, y un más que vistoso “triunfo” Eclesial!
Damos al tema una nueva vuelta de tuerca: Para defender la propia y esencial Identidad, el Sacerdote necesita una importante y firme Vida Interior, que le lleve a desear identificarse con lo que es, y con lo que celebra. Es decir: con la Entrega total y absoluta de Cristo en la Cruz -un Sacrificio de Holocausto-, actualizada en cada Misa que celebra el Sacerdote.
Entrega -holocausto- que es el Modelo perenne que tiene entre las manos cada día, pues lo Celebra como lo identitario de su vida sacerdotal.
Vida Interior que tiene estos pilares, aparte lo que ya hemos destacado: la Vida de Oración, y la Devoción a la Santísima Virgen María, Madre muy especial de sus hijos Sacerdotes. Sin olvidar la tan recomendada Dirección Espiritual, que “ha fabricado” tantísimos Sacerdotes Santos.
Con todos estos mimbres, se tendrán tentaciones y demás pruebas o trabajos, por supuesto; pero siempre en beneficio del interesado, como no puede ser de otro modo: como predilectos del Señor, Todo coopera al bien de los que aman a Dios.
Porque iremos a Él en toda necesidad -Venid a Mi-, y en Él encontraremos todas las respuestas y toda la ayuda necesaria: porque Él ha andado el Primero por los caminos que hemos de transitar, haciéndolos andaderos; incluido el ver la nulidad de nuestros esfuerzos que, de suyo, son insuficientes.
También a Él se le escapaban las almas como las anguilas entre los dedos… Pero ni se rindió, ni renunció. Ni separó lo inseparable. Y se dejó enclavar en la Cruz: la definitiva y grandiosa Identidad Sacerdotal.
Podría seguir; pero creo que es más que suficiente. Me ha salido largo; por un lado, lo siento; pero, para no decir nada o limitarme a algunas cosillas, ni me molesto.
15 comentarios
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Reza x los Sacerdotes, y por mí.
Nos robaron la Santa Misa. Nos robaron enseñanzas. Y hasta decretaron que la palabra 'pecado' era preconciliar.
Porque son adoradores de criaturas que los entusisman hacia la perdición, por autoadoración, soberbia, y por arrodillarse ante el Enemigo, en sus caras política y económica.
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Para el hombre con Dios, tampoco: "Todo lo puedo en Aquél que me fortalece". Amén.
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Cuando se lucha por ser Fiel, y por defender la Vida Interior, se razona de otra manera, y se resuelve tb de muy distinta forma.
No empecinarnos en el error y alejarnos cada vez más del objetivo.
Si durante más de medio siglo la jerarquía de la Iglesia ha permitido equivocadamente que el polvo se acumulase sobre los dogmas y tradiciones ¿por qué no permitir algún día, con razón, que el polvo se acumule sobre las innovaciones y reformas salidas del Vaticano II?
Gracias Padre; el Señor se lo premiará. Qué El le bendiga.
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Reza x todos los Sacerdotes. Tb por los que han de venir: hoy, el Señor llama a muchos: tenemos que conseguirle muchas Vocaciones. Y reza tb x mí.
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Así están los Países y las almas: Descristianizados. Y así está la Iglesia: hecha unos zorros. Porque sin los Sacerdotes, desaparece Cristo de enmedio de nosotros, como había prometido. Pero NO es Él, el que ha fallado, sino nosotros.
Pero también es cierto, y no se enfaden conmigo, por favor, ustedes ya no atraen. Sacerdotes vestidos de laicos, algunos llevan clergyman pero otros no, otros van con cazadora de piel (por cierto, ¿les da el sueldo para cazadora de piel?) hablando en inglés, alemán... queda muy bien, pero es que parecen laicos... claro el día que veamos por la calle un sacerdote con sotana nos vamos a asustar. A mí me pasó una vez en el Metro de Madrid, entró en el convoy un sacerdote muy alto y muy delgado con sotana y me quedé mirándole como si no hubiera visto un sacerdote en toda mi vida, menos mal que se bajó en la siguiente estación.
Y luego ya el Sacrificio de las Misas, que ahora no es el Sacrificio sino el Banquete, y el rito romano versus populum, pues no, digan lo que digan no. Entonces si así no nos va bien, vamos a cambiar, vamos a pasar al versum Deum ad orientem y a lo mejor con esto y la sotana aumentan las vocaciones, porque familias católicas haberlas ahílas.
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Las cosas no están nada boyantes: están mal. Ésto es un dato, real y objetivo. Pero NO son todos los datos: falta el dato principal, el primer dato, que es el Señor. Y si puede hacer que de unas piedras en medio de un desierto -que era el dato objetivo del día de autos-, salga agua para saciar a miles de personas y ganados, y no sólo por un día... Pues eso...
Hay que clamar al Señor día y noche: no vaya a ser que se nos olvide "el dato".
Lo siento pero aquí tienen mucho que responder los obispos. Y hablo de mi país, España.
Y hablo de lo que conozco.
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Y no te equivocas. Pero, como decía un Sacerdote santo: "que me falte tiempo para todo, menos para la Oración". Hay que defender el trato personal con el Señor, pues sin eso vienen todos los problemas, y sin posibilidad de arreglarlos. Este ejemplo nos han dejado los Apóstoles: lo recogen los Hechos.
Les recomiendo la oración de Santa Teresa del Niño Jesús o de la fundacióncarf.org para rezar todos los días por los sacerdotes.
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Dios no le pide a nadie que deje el trabajo que debe hacer y se vaya a rezar; si nos puede pedir que convirtamos el mismo trabajo en Oración, y así matamos dos pájaros de un tiro. También nos pide organizarnos, para que lo mismo que hay un tiempo para trabajar, lo haya también para rezar.
Lo que no puede ser, y menos en un Sacerdote, es que llegue a todo a costa de dejar la Vida de Oración: de este modo, lo que hago está condenado al fracaso más absoluto. Y mato Vocación y Misión.
(fundacioncarf.org)
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Muy buenas horas dedicaba el Santo Cura de Ars a la Oración. Cada día.
"¡Oh, Jesús! Te ruego por tus fieles y fervorosos sacerdotes, por tus sacerdotes tibios e infieles, por tus sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones, por tus sacerdotes que sufren tentación, por tus sacerdotes que sufren soledad y desolación, por tus jóvenes sacerdotes, por tus sacerdotes ancianos, por tus sacerdotes enfermos, por tus sacerdotes agonizantes, por los que padecen en el purgatorio....."
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Amén.
Dicho esto, debo manifestar que los sacerdotes que me acercan a Dios y me inspiran confianza son don José Luis Aberasturi, el padre Santiago Martín, don Jesús Higueras, la sacristía de la Vendée, don Antonio María Domenech y otros de parecido perfil.
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Muchísimas gracias por tus palabras. Reza por todos los Sacerdotes; pide que vengan de la Mano del Señor muchos más; y reza por mí.
Muchísimas gracias, Padre, por sus esclarecedoras, valientes, y verdaderas palabras.
(Basta de psicólogos, más Breviario).
El texto anterior no es de ningún sedevacantista, es de Leon XIII, y forma parte de la versión larga de la oración a San Miguel.
Si tenemos obispos que prefieren ser políticamente correctos, con una Fe acomodaticia, que ningunean o cancelan a los sacerdotes que quieren ser fieles a la Tradición, o cuando tus compañeros curas se burlan porque llevas alzacuellos, cuando estas quemado por llevar 15 parroquias, y el obispo sólo te llama porque tus parroquias no aportan el dinero suficiente a los gastos de la diócesis, o no te puedes fiar ni de tus pocos catequistas porque enseñan una Fe adulterada, etc. etc. etc., lo normal, es que hastíes la profesión. Los curas también son humanos. Los sacerdotes también necesitan apoyo humano aparte del espiritual.
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"Los curas también son humanos": No son ni Ángeles ni extraterrestres: sólo faltaría. Ex hominibus institutos. Ésto no lo borra ni la Ordenación.
Pero, afirmado ésto, hay que afirmar todavía con mayor firmeza y realismo que hemos sido "elegidos" por el Señor, "llamados" con Vocación Divina, y además "Consagrados" con el Sacramento del Orden. Por supuesto: admitidos y aprobados por la Santa Madre Iglesia.
De aquí que nuestro "trabajo" más esencial está y se dedica a "cosas Santas". Nos movemos "entre lo Sagrado", y de cara a la Santificación, propia y ajena.
Nada de ésto es "normal". Bajo ningún aspecto.
Por tanto, las categorías y los medios con los que hemos de convivir y echar mano, son todo menos normales: ni siquiera son "humanos".
Por tanto, a ninguna hora, ni bajo ningún concepto, podemos "reducirnos" a categorías humanas para justificar nada de todo lo específicamente Sacerdotal.
Nuestro "Criterio" para juzgar y juzgarnos es Jesucristo. Y no tenemos otro. Ahí, "por Él, con Él y en Él", está nuestra vida entera: lo pasado, lo presente y lo futuro". También nuestra condición humana, nuestros cansancios y hastíos "naturales", tan de nuestra naturaleza, que ninguna Gracia destruye, sino que cuenta con ella. Pero todo éso, que Cristo asumió, también lo resolvió "dándonos ejemplo". Y dándonos, por supuesto, todas las soluciones que necesitamos: precisamente, por Sacerdotes.
Por otro lado, sólo hay UNA solución real y efectiva: "Venid a Mí, todos los que estáis cansados y agobiados, que Yo os aliviaré".
Solución, cuya búsqueda y aplicación "es cuestión de Fe". Como todo en nuestra vida.
Y si no puede uno fiarse de los catequistas, mejor NO tenerlos: se libera uno de una gran responsabilidad espiritual y moral.
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