¿Jesucristo? ¿Qué Jesucristo?

Solemne Domingo de Ramos, inicio de la Semana Santa Católica. Aquel Domingo que, entre otras cosas, escandalizó a los Sacerdotes y asimilados entre los Judíos.

Sucedía que el personal, empezando por los críos, gritaban a pleno pulmón: ¡Hosana al Hijo de David. Bendito el que viene en nombre del Señor, Rey de Israel. Hosana en las alturas!

Sacerdotes y demás que, dados sus delicadísimos oidos, instan a Jesús a que los haga enumudecer. En respuesta a su escándalo y a su petición, les encasquetó aquello de: Si estos callan, gritarán las piedras. Que, como colleja, no estuvo nada mal; a mí entender.

No sé cómo le sentaría al Señor, sobrenaturalmente hablando, la salida de pata de banco, con escándalo incorporado -dos en uno-, de todos esos. Seguramente, con una paciencia infinita. Por algo era Dios.

Pero, humanamente y a tenor de su respuesta, no le sentó muy bien que digamos: “Si estos callasen, gritarían las piedras”. Que, como colleja en vivo y sin anestesia, por muy de Jesús que fue, les debió escocer. Y se callaron, naturalmente. Fueron ellos los callados, los que pretendían callar al gentío: asi hace Jesús las cosas.

Y la gente se dedicó a los suyo: proclamar la divinidad y la realeza de Cristo, el Señor-Jesús.

Esta escena, la de los escandalizados a voluntad y sin causa -o sea: gratuítamente-, es hoy el pan de cada día en la “iglesita, modernita y guay", por la que está yéndose gran parte de la Iglesia, antes Católica en su totalidad.

Pecadora, porque todos somos pecadores, pero Católica. Por esto, por ejemplo, había Confesiones, y colas ante los confesonarios: vamos, que se pedía la vez. Y eran de ordinaria administración otros Sacramentos; que hoy , en lo poco que queda, es mera pantomima en su mayor parte.

O sea: que están de capa caída y en finiquito forzoso. Como los Seminarios, los conventos y demás…

La Descristianización es tan brutal, que un Cardenal puede decir públicamente lo contrario de Cristo, recogido explícitamente en los Evangelios, y enseñado siempre así por la Iglesia, como es lógico de toda lógica, y nadie sale, ni saldrá, a corregirle: ni por encima ni por debajo de ese individuo -escándalizado y con buena nómina-, de Cristo y de su Iglesia.

Y los que callan, también en nómina, contribuyen con sus silencios a esa misma descristianización. Lo vean así o no, que es su problema y su responsabilidad, ante Dios, ante la Iglesia y ante todos los católicos, se sientan estos católicos o no.

Esa “iglesita” trufada de mundanidad -y, por tanto, con todos los tics del mundo civil, especialmente el político; a lo que se suma la asunción de los presupuestos kulturales, o así, que enferman la sociedad por enfermar las almas y las conciencias-, que habla lo que no debe y calla lo que tampoco debe, habla más de las vacunas, del tiempo, del Mediterráneo, de los que sufren tráfico de personas -ni una palabra sobre los que se forran con esa trata-, de la Paz y del no a la guerra, de todos los juguetes rotos por propia iniciativa, de la opresión de las mujeres y de otros personajillos variados y multicolores…, que de Jesucristo.

De ahí el título: ¿Jesucristo? ¿Qué Jesucristo? Pero, ¿Éste quién es? ¿De qué va esto? ¡Ya está bien de tanto Jesucristo y tanta Iglesia Católica…!

Yo creo -y lo digo sin sorna alguna-, que ya hay miembros de la Jerarquía que de Jesús solo recuerdan el nombre. Ya, lo que ha dicho y hecho, empezando por su Pasión y Muerte de Cruz -Yo, para esto he venido-, si lo recuerdan, dicen lo contrario, sin escrúpulo alguno. Si no lo recuerdan, ni te cuento…

Y pretender que, a estas alturas, sepan qué es el Sacerdocio y, por tanto, a qué se debe el Sacerdote Católico, es como pedirle a Sanchez que diga una verdad. Hoy, la mentira también está siendo institucionalizada en la misma Iglesia, como modus operandi y de ordinaria administración.

Y los que callan, y/o acallan a los que lo recuerdan todo muy bien, y lo brindan a los cuatro vientos para todo el que quiera escuchar, fomentan lo mismo que pretenden evitar.

Porque, callar hoy, sofocar la Palabra de Dios y cegar las fuentes de la Gracia, es la misma traición, o peor, que la de los otros.

Todos, todos, todos ESCANDALIZADOS frente y contra Jesucristo. Si alguno tiene dudas puede consultar a un experto Director de Almas.

Si quedan, claro. Antes los había, en muchos sitios y a mano. Hoy… o recurres e imitas a Diógenes, o no te comes una rosca.

Claro que, para eso, para encontrarlo, hay que querer buscarlo. Y tener claro para qué se le busca.

Pero, ¿dónde están hoy esos católicos? Personalmente, no conozco a muchos.

PS. Menos de 24 horas de haber publicado este post, ha salido un cardenal de la “iglesita” -esta monísima y chuli-, para largar -o ladrar: no lo he acabado de discernir aún- lo siguiente: (ve, en el diaconado femenino,) “una profundización natural de la voluntad del Señor".

Lo pillan? “Blanco y en botella". O, “de qué color era el caballo blanco de Santiago"? Tal cual. Y no me he resistido a colocarlo.

Para que se vea que no me invento nada: ellos sí inventan.

Y, ya puestos, también sale la nueva de que entre el personal femenino de distinto pelaje que asesora -es un decir- al Santo Padre, hay una gran ilusión en que se aborde el diaconado femenino. 

Que será casualidad que las dos noticias vayan a la par… O no, claro.