InfoCatólica / Non mea voluntas / Archivos para: Febrero 2024

27.02.24

Presupuestos de las democracias, liberales o así.

O sea: de las “democracias liberales” nacidas masónicas, materialistas y anticatolicas, por ateas: se coloreen como se coloreen. Que, de cierto, ni son liberales, ni son democráticas: son un engendro demoledor para todo el que no pertenece, en cuerpo y alma, al Poder.

Porque estos Sistemas piden la entrega de cuerpo y alma. Lo note el ciudadano o no; caiga en la cuenta o no; lo discurra así o no. Que siempre será problema única y exclusivamente del ciudadano, nunca del que detenta el Poder. De sus adláteres, tampoco.

El orden del desarrollo de este post es aleatorio: no por orden de importancia de los enunciados, que van a ser pocos. Tres, en concreto.

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22.02.24

"Dad al César..., y a Dios...".

No lo he copiado entero, porque supongo perfectamente conocido este texto, que nos ha llegado del mismo Jesucristo.

Otra cosa son las entendederas que uno sea capaz de ponerle. Que, visto lo visto, me da que son escasas: tanto en calidad de las mismas, como en cantidad notable de entendimientos.

Y me explico. No traigo estás palabras, reveladas, por traerlas, sino con toda intención. Y, muy en concreto, por el revuelo que, entre católicos -asi se dicen, casi indignados contra mi-, ha levantado el que pongo verde a la “democracia liberal” como el PEOR sistema político, en base a una única razón: “por sus frutos los conoceréis”.

Afirmación nada sospechosa de partidismo, ni de poner mi opinión personal como referente, pues viene del Señor. Imprescindible y principal elemento de juicio además, tan sensato y valioso como necesario. Porque, juzgar al margen y/o en contra de Cristo y, por tanto, de “lo católico” -nuestro valioso criterio, nuestro único criterio válido-, es un suicidio intelectual, moral, espiritual y religioso.

Si a alguien le parece que no, pues que nos lo explique bien, para poder entenderlo.

Porque hay “católicos, tan católicos” que, en cuanto les nombras la “democracia", colocándola en su sitio, se sienten como desamparados; incluso casi ofendidos. Es que se quedan sin respiración. Es que, materialmente, se mueren…

Y se ciegan hasta el punto de que se quedan sin ojos, sin oídos y sin entendimiento, todo en uno: precisamente, todo aquello con lo que nos ha dotado Dios como personas, para poder mantenernos firmes y seguros en medio de tanta MENTIRA como nos asfixia, ahora sí: esto sí que nos envenena, nos ahoga y nos mata. Sin remisión. ¡Sólo la VERDAD salva!

Porque el daño que ha introducido el Sistema, ha sido tan abundante y tan arrasador, que se ha cargado incluso a una parte grande de la Iglesia. Si es “parte importante” o no, es lo de menos realmente. A la sociedad que la acoge deja de existir como tal.

Vamos a la frase, máximamente ilustradora, que da título al post: Dad al Cesar lo que es del Cesar, y a Dios lo que es de Dios.

Le han preguntado los judíos por si, al parecer, hubiese un conflicto entre sus deberes religiosos y sus deberes políticos con unos autenticos okupas de su País; que, encima, les cobraban por la conquista y la ocupación: que de algo tenían que vivir los romanos.

Y el Señor Jesús les contesta certeramente: dad a cada uno lo que se le debe. Esta es la Justicia -la rectitud moral- que nos manda Dios respecto a Él, y a los demás: siendo uno de esos demás los deberes respecto al Estado. Por ej.: los tributos. La Iglesia Católica, en su DS, acotará este deber de pagar impuestos en su función iluminadora de las conciencias en todas sus vertientes.

Por supuesto, a muchos se les escapa que los deberes con los poderes públicos, al nivel en que estén, SIEMPRE han de dejar libres, y han de poner por delante los deberes de la persona CON Dios. Que esto es exactamente, lo que les enseña Jesucristo. A ellos, y a nosotros.

Y no al revés, que es en lo que se ha traducido por tanta gente, tan católicos ellos, casi como sin darnos cuenta, o como el que no quiere la cosa, al pretender ¿entenderlo? y, por tanto, manejarnos al revés de como debe ser.

Pongo un ejemplo, especialmente clarividente a mi modo de entender: ¿Puede, un católico, en conciencia -es decir: dejando con ello impoluta su conciencia-, votar a un partido que, abiertamente está a favor del aborto? Porque, de hecho, ese partido lo alienta y lo promueve; o, como mínimo, dice que no va a tocar las leyes que, al llegar a la gobernanza de la Nación, se ha encontrado a favor del mismo: y las mantiene, claro. 

¿Puede un catolico, que pretende serlo de arriba abajo, TRAGAR con semejante salvajada, que repugna a cualquier conciencia no corrompida, aunque no sea católica? ¿Esta actitud, es compatible con ser y saberse católico cien por cien? 

Segunda pregunta: ¿Un católico puede, en conciencia, pretender que al votar a un partido abortista “no vota el aborto", porque él -el votante de turno y papeleta-, no lo aprueba personalmente? ¿Son separables, por/en la conciencia, estas cuestiones, y pretender que se la deja incólume, por tanto?

Y esto es válido para todas y cada una de las “líneas rojas” que un católico NO PUEDE trapasar. Que se nos han reiterado durante muchos años por nuestros Pastores.

Por tanto, si las “democracias liberales” al uso traen e imponen, con la fuerza de sus leyes, todas estas INJUSTICIAS que, sin dejar de serlo, son además y en muchos casos IRREVERSIBLES, ¿pueden ser aceptadas políticamente por un católico con su voto, que sostiene no sólo a un partido, sino a todo el Sistema?

Hablo especialmente de la Anticoncepción, del Aborto y de la Eutanasia. Y participa de esta gravedad, el Divorcio. Pero hay muchos más temas de fondo y en el fondo.

Ya sé que “las dos grandes crisis de nuestra época” -como ha llegado desde Roma hace pocos días-, “son el deterioro de nuestra casa común y las migraciones”. Pero, qué se le va a hacer: “con estos bueyes hay que arar”. Aparte de que Roma, a día de hoy, no da más de sí.

Además, hay “católicos tan católicos” que están a favor de estos sistemas de destrucción masiva. Y lo de “destrucción masiva” no es un eufemismo: en España, y solo en España, se han contabilizado ya más de 1 millón de abortos: primera causa de muerte en nuestro País. Sin contar los generados vía pildorita, que esa es otra…

¿Esto, todo esto, es tragable y digerible por alguien que se tiene por católico? ¿Hay que seguir manteniendo, en conciencia, un Sistema tal?

¿Hay que darle al César la conciencia y, con ella, la llave de la segura Condenación Eterna?

¿Nos queda entonces algo para Dios, o Dios ya no es nada para uno? Aún queda bien lo de ir a Misa, en algunos ambientes. Pero esto, por supuesto, no tiene nada ver con mi vida real y ordinaria como católico.

Esto es lo que ha traído la “democracia ‘, nacida del terror, del genocidio de La Vendee, y del anticatolicismo rabioso, por venir y nacer de la masonería más radical y más cruel.

Hay que ser muy, pero que “muy” católico, para necesitar vivir de esto. Es lo que  vengo calificando, con toda propiedad, como “católicos a lo Biden". Claro que estos especímenes ya no son católicos.

Y “al que le pique, que se arrasque”. Y “que cada palo aguante su vela”. Porque -y vuelvo al Señor-: no se puede servir a dos señores. Para muchos católicos de pro, por supuesto que se puede: ellos son la prueba viviente, ¿o no?

Pues es que NO. Ya que, exactamente y en concreto, se genera un conflicto de lealtades -lo explica Cristo perfectamente: ir a los textos oportunos- que, si no se corrige, destroza moralmente a la persona. Lo dice Jesús, no yo. Pero yo lo repito, a conciencia, como es de esperar.

Por cierto: para opinar de este post hay que responder, necesariamente, a las preguntas apuntadas, una por una. Luego ya sí se puede comentar. 

Seguiremos, que aún no hemos tocado siquiera los presupuestos en que nacen, viven y se desarrollan estas “democracias", innobles y corruptas.

PS. He recibido ya varios comentarios al respecto; pero, al no contestar a ninguna de las preguntas apuntadas en el post, no han pasado el filtro y, en consecuencia, no se publican esos comentarios.

16.02.24

"Bajarse del guindo".

“O no”, que diría Rajoy, ínclito perdedor. Le faltaba fuste al hombre, por decir algo que no creo ofensivo. Como le pasa a Feijoo; bueno, a este le faltan hasta las ganas de ganar, si hay que incomodarse un poco; cuando las expectativas le son más favorables, va e, inquieto por la perspectiva, lanza un discursito bien pensado para rebajarlas: además, le encanta jugar al despiste, como su seña de identidad más etnográfica. Supongo que esto tampoco sonará ofensivo, pues no lo digo con esa intención. Nada más lejos de mi mejor ánimo.

En este país, antes España, “la gente subida al guindo", como su lugar habitual de morada fija, tanto en el plano físico como en el intelectual, abunda más que los gorriones en El Retiro (Madrid). Y se nota mucho, la verdad, dado el grado de mansurronería en acto que las distingue.

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13.02.24

«El culto que me dan está vacío»

Y tan vacío. De hecho, está tan arrasado que solo queda una mera ‘apariencia’ del mismo. O ni siquiera ‘apariencia’, ya que, en tantos casos, ni lo hay. Porque las ‘apariencias’ ya NO es Culto. Hablo en general, y asumo todas las excepciones: que siguen siendo muchas, gracias a Dios y a su Madre Santísima.

Porque -¡cómo estará el patio!-, ha tenido que salir a la palestra pública el Tucho Fernández, cardenal nada sospechoso de ortodoxia y disciplina litúrgica y/o eclesial en ninguno de sus horizontes, para pedir que las fórmulas que se usen a la hora de administrar los Sacramentos sean las que deben ser: que, porfa, no se cambien: que paren la “creatividad", no vaya a ser que los estemos administrando inválidamente. Que vale ya de tanto intrusismo: quien dice cómo deben ser las cosas es Roma.

Sinceramente y como no podía ser de otra manera, se ha quedado tan cortito -era de esperar: otra cosa sería impensable-, que es como si no hubiese abierto la boca. Y me explico.

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4.02.24

"La doctrina que enseñan son preceptos humanos"

Esta es la acusación permanente que lanza Jesucristo contra los pastores devenidos en mercenarios. Algo que, estando presente en la Iglesia, de un modo u otro, desde siempre, quizás nunca como en estos tiempos de una apostasía galopante, y perfectamente orquestada desde hace ya bastantes años. 

La cita es más larga, y completa a la perfección la denuncia divina. Copio:

Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de Mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos". Dejáis a un lado el Mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.

Será una perogrullada sabiendo Quién está hablando; pero es que lo clava. Para entonces, en su época de vivir entre nosotros; no digamos para estos crueles tiempos que vive la Iglesia hoy y, con Ella, sus almas más fieles, que son las que más lo sufren, con Ella y con Él.

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