Sugerencia respetuosa a los católicos

Hermanos queridos, sean prudentes en cuanto a dejarse llevar o expresar en redes entusiasmo por líderes políticos exitosos–de la tendencia que sean. Tengan presente que:

1. Hay muchos datos que uno no conoce sobre la manera de gobernar del respectivo líder. Preguntas que son difíciles de responder son estas, por ejemplo:

1.1 ¿Qué tan justo es con sus adversarios políticos en el trato de palabra y de obra?

1.2 ¿Está usando su poder para silenciar, enredar en procesos jurídicos o difamar a sus opositores?

1.3 ¿Utiliza la sospecha como arma de acusación, excluyendo la posibilidad de un tratamiento jurídico plenamente legal?

2.1 Hay que reconocer que los principios por los que luchamos los católicos son pisoteados rutinariamente por el mundo. Es entonces explicable que uno salte de entusiasmo cuando parece que un líder con fuerza social real va a defender lo que uno ha defendido siempre, por ejemplo sobre el matrimonio o la defensa de la vida. Pero el punto es que ese entusiasmo también genera votos, y los políticos lo saben. Y saben muy bien cómo encauzar esa fuerza en provecho propio, incluso si en otros aspectos de su mandato son contrarios a la enseñanza de la Iglesia.

2.2 La frontera entre “se hizo justicia” y “nos hemos desquitado” es bastante tenue. No se nos olvide que nosotros estamos hechos del mismo barro del que salieron aquellas multitudes que en siglos pasados se agolpaban para ver cómo era ahorcado o decapitado un criminal. La sed de sangre es tan real como el genoma humano.

3. Existe algo que se llama “ceguera voluntaria”.

3.1 Haga usted este ejercicio: si un líder del otro lado del espectro político, según su gusto, hiciera lo que está haciendo el líder que a usted le gusta, ¿qué reacción tendría usted?

3.2 Por ejemplo: un país prohíbe la reelección. Si le líder que a usted no le gusta logra que se cambie la ley para ser reelegido, ¿cómo reacciona usted? Y si ahora es el líder el que a usted sí le gusta el que logra ser reelegido, cambiando las reglas, ¿por qué usted reacciona de otro modo? ¿No será que estamos ante un caso de ceguera voluntaria?

4. Históricamente el poder civil ha tratado de poner a su servicio la religión. Desde Constantino hasta Napoleón; desde el galicanismo hasta los intentos de Evo Morales de tener un clero dócil; desde China hasta Venezuela.

4.1 Gran modelo de independencia y libertad profética es Juan Bautista: este es tiempo de volver a él nuestra mirada.

4.2 Si algo nos enseña la Historia es que las estrechas alianzas bilaterales con alguna corriente política, sea de Derecha o de Izquierda, al final dejan desacreditada y manoseada a la Iglesia.

4.3 Y nadie se deje engañar con el pensamiento de que “prefiero a este tramposo que a los enemigos de la fe": esa frase no es otra cosa que “el fin justifica los medios” dicho de modo ligeramente más elegante. Y todos sabemos lo que la Iglesia piensa de ese modo de razonar.

A todos recuerdo entonces que la postura católica más sana y más tradicional procura siempre una gran independencia propia con respecto al poder político. Preservar nuestra libertad profética no es solo coherencia con la verdad: es servir verdaderamente al mayor bien social y es acreditarnos como auténticos servidores del Evangelio.