InfoCatólica / Liturgia, fuente y culmen / Categoría: Espacio litúrgico

6.04.18

La capilla del Sagrario

Capilla del sagrario, Iglesia de San Ginés, Madrid

El tabernáculo -sagrario- debe estar situado dentro de las iglesias en un lugar de los más dignos con el mayor honor. La nobleza, la disposición y la seguridad del tabernáculo eucarístico deben favorecer la adoración del Señor realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar (Catecismo de la Iglesia, nº 1183).

El lugar de la reserva eucarística no es, de por sí, un lugar celebrativo, sino un lugar de oración personal. Al hacer esta afirmación no queremos decir que la reserva eucarística esté desligada de la celebración litúrgica, pero sí, en cambio, subrayar que el creyente que se recoge ante el Santísimo no se sitúa en la dinámica de la celebración sacramental, sino de la oración personal. Pensemos cómo a lo largo del Barroco proliferaron hermosísimas capillas sacramentales o capillas del Sagrario en parroquias y templos, para ensalzar su Presencia Real, permitir la adoración personal y favorecer el culto al Santísimo.

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16.03.18

La pila bautismal, maternidad de la Iglesia

Pila bautismalLa pila bautismal es preciosa: ella es el seno de nuestra Madre queridísima, la Iglesia, que allí nos engendró a la vida sobrenatural, otorgándonos la filiación divina, ser miembros del Cuerpo de Cristo, templos del Espíritu, llamados a compartir con Cristo su sacerdocio, su realeza y su profetismo, llamados a la santidad.

Preciosa fuente, sus aguas reciben por el Espíritu la gracia de hacernos renacernos como nuevas criaturas, sepultando el pecado y convirtiéndonos en hombres nuevos, a imagen de Cristo, nuevo Adán.

Bendita pila bautismal, donde el Amor de Dios se sigue entregando para comunicar una nueva vida, adoptándonos, gratuitamente, como hijos.

Seno de la Iglesia, que siempre es Madre y Madre fecunda por sus sacramentos, acompañando nuestro crecimiento como hijos pequeños hasta que lleguemos a la madurez de la fe, a la medida de Cristo en su plenitud.

Una fuente bautismal, en una parroquia o catedral, es un signo venerable que nos recuerda de dónde brota todo y lo que somos.

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22.02.18

El baptisterio

La pila bautismal debe ser fija, sobre todo en el bautisterio, construida de materia apropiada y con arte, apta incluso para el caso del bautismo por inmersión. Con el fin de que resulte un signo más pleno, puede construirse de forma que el agua brote como un verdadero manantial (SECRETARIADO NACIONAL DE LITURGIA, Ambientación y arte en el lugar de la celebración, 1987, nº 20).

    Se prevé que la fuente bautismal esté en una capilla aparte, cerca de la entrada de la iglesia. Si no es posible, en el presbiterio, pero no como algo normal y habitual sino excepcional. Es preferible que tenga ocho lados, recuperando la antigua tradición, sea situando la fuente bautismal en una capilla octogonal, o enmarcando pila en un templete octogonal, o adoptando la forma octogonal la misma pila. ¿Por qué el número 8? Tiene evidentes raíces bíblicas. El Señor Resucitó en el Octavo Día, inaugurando un tiempo nuevo; si el tiempo cronológico tiene 7 días, el Señor abre el tiempo de la vida nueva con un día más, el Octavo, que supera el tiempo terreno.

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8.02.18

La sede para la penitencia

ConfesionarioLa renovación de la vida bautismal exige la penitencia. Por tanto, el templo debe estar preparado para que se pueda expresar el arrepentimiento y la recepción del perdón, lo cual exige asimismo un lugar apropiado (Catecismo de la Iglesia, nº 1185).

El sacramento de la penitencia es un sacramento eclesial, puesto que el pecador ofende a Dios y a la Iglesia con su pecado, y de ambos se separa, y por ambos, vuelve a la comunión. Es el sacramento de la paz de Dios donde se vuelve a la pax Ecclesiae. Es, asimismo, claro ejemplo, de cómo la Iglesia es santa en sí misma y pecadora en sus miembros.

Este sacramento es un sacramento comunitario, aunque sólo lo celebre un penitente y un presbítero. Es un sacramento comunitario y eclesial, pero un tanto especial por su celebración. Reformada ésta por el Concilio y el Ritual, ahora consta -¡debe constar!- de saludo, lectura bíblica, confesión, penitencia, oración del penitente, imposición de manos y absolución, oración de acción de gracias y despedida.

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18.01.18

Algo más sobre la sede

La sede es uno de los lugares litúrgicos necesarios para la Eucaristía y otros oficios litúrgicos, así como el ambón o el altar son otro de los lugares. Desde la sede se preside, se ora, se dirige la oración y se enseña en la homilía.

En la sede se significa el oficio de Cristo, Cabeza, Pastor y Maestro, y se supera la mera utilidad de sentarse durante unos cantos en tres sillas iguales al simbolismo de la cátedra. Bastaría ver las antiguas basílicas (como San Vital o San Clemente) para descubrir el lugar de la sede (en el ábside) de manera preeminente (el que preside está más elevado que el banco de piedra corrido para los sacerdotes).

La sede como lugar litúrgico ha de habilitarse allí donde se celebre la Santa Misa y no únicamente en la parroquia, sino también en cualquier oratorio, capilla o iglesia de contemplativas. Es un contrasentido y ahora una grave infracción comenzar la Misa ya directamente desde el altar. Éste se reserva para el sacrificio y por tanto al altar se acerca el sacerdote para depositar la oblata y pronunciar la plegaria eucarística: los demás oficios (ritos iniciales, también la homilía, etc. y al final la bendición) los dirige desde el sitio de la presidencia.

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