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17.12.19

Malditos

Algunos lectores de mi blog, con la piel muy fina, se han escandalizado por el término “malditos” que empleé en el artículo anterior: “Con mi Madre no os metáis, malditos”.

Alguno o alguna me cuestionó si sabía el significado de la palabra. Obviamente lo sé.

Pero, por si quedaba alguna duda, dedicaré un artículo exclusivamente a tratar sobre el sentido del término “malditos”, que tanto ha molestado a más de uno.

Dice la Real Academia Española de la Lengua:

maldito, ta

Del part. irreg. de maldecir; lat. maledictus.

1. adj. Perverso, de mala intención y dañadas costumbres.

2. adj. Condenado y castigado por la justicia divina. U. t. c. s.

3. adj. De mala calidad, ruin, miserable. En esta maldita cama se acostó.

Alguien maldito es, por lo tanto, alguien perverso, dañino y con malas intenciones: ruin y miserable. Y ya yéndonos al ámbito religioso, podemos decir que alguien maldito es aquel condenado y castigado por la justicia divina. En este sentido, maldito vendría a ser sinónimo de “anatema”.

anatema

Del lat. tardío anathĕma, y este del gr. ἀνάθεμα anáthema ‘ofrenda votiva’, ‘objeto maldito’, ‘maldición, anatema’, infl. en su acentuación por el lat. tardío anathēma ‘ofrenda, don’, del gr. ἀνάθημα anáthēma.

1. m. excomunión (‖ acción de excomulgar). Era u. t. c. f.

2. m. Maldición, imprecación. Era u. t. c. f.

3. m. En el Antiguo Testamento, condena al exterminio de las personas o cosas afectadas por la maldición atribuida a Dios. Era u. t. c. f.

4. m. Persona o cosa anatematizada.

¿A quién maldice Dios? Veámoslo

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15.12.19

Con mi Madre no os metáis, malditos

Dice el Papa Francisco que «Si alguien dice una palabrota sobre mi madre puede esperarse un puñetazo». Yo puñetazos no doy. No recuerdo haberle dado nunca un puñetazo a nadie y tampoco creo que nunca se lo vaya a dar a nadie. Pero con mi Madre no os metáis, malditos herejes.

Yo les confieso que me pongo muy nervioso cada vez que se refieren a mi Madre de manera inapropiada. Muy nervioso. Y yo sé que lo hacen adrede para provocarnos… para que salgamos violentamente arremetiendo contra ellos y así poder pintarnos como esa caricatura que tanto les gusta dibujar para despreciar y denigrar a los verdaderos creyentes: fundamentalistas intolerantes fariseos con cara de pepinillos en vinagre, rigoristas pelagianos, etc., etc., etc..

Los modernistas tienen sobre todo dos objetivos a batir (no necesariamente en este orden): el primero, la Virgen María; el segundo, el Santísimo Sacramento y el dogma de la transubstanciación. A los modernistas, todo lo sobrenatural les molesta sobremanera porque ellos no tienen fe: no creen que haya nada metafísico; no creen en los milagros; no creen en el más allá; no creen en la vida eterna; no creen en el cielo ni en el infierno… No creen en Dios.

Los modernistas creen que Jesús de Nazaret es un personaje histórico excepcional, como Napoleón o Fidel Castro: pero solo un hombre excepcional. Para ellos, Cristo es una persona meramente humana: no creen que Cristo sea una Persona Divina. Creen que Jesús era un hombre excepcional, un verdadero revolucionario, un adelantado a su tiempo, un modelo de persona; si quieren, una persona ideal, un ejemplo a seguir; pero solo persona humana a fin de cuentas.

Por eso esta banda de herejes sin vergüenza interpretan todos los milagros de manera puramente naturalista: la multiplicación de los panes y los peces fue en realidad una especie de picnic donde cada uno de los allí presentes compartió con el resto lo que llevaba en sus cestitas y, así, sobró comida para todos: el milagro del compartir y de la fraternidad. Y así interpretan también la santa misa: una metáfora, un signo de la fraternidad universal, en la que todos alegres compartimos el mismo pan de manera igualitaria y sin exclusiones: sin descartados. Todos pueden comer del pan de la eucaristía: da igual que estés en pecado mortal que en gracia de Dios. Esos conceptos son propios de rígidos fariseos sin compasión y elitistas que piensan que el pan de la misa es solo para unos pocos escogidos, para unos santitos sin pecado, pero que en realidad son sepulcros blanqueados que aparentan ser buenecitos pero esconden un alma corrupta y llena de odio y de maldad. Por eso dicen que los ateos son mejores que los creyentes que se creen superiores y descartan a los que no son como ellos. Por eso los herejes pretenden que todos pueden comulgar: incluidos adúlteros y corruptos, defensores del aborto, luteranos y toda clase de infieles, impíos y desgraciados.

¡Malditos sacrílegos y blasfemos!

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14.12.19

No es normal

 

El cardenal Peter Turkson, de 71 años, dijo ayer a los periodistas que Greta Thunberg es “un gran testigo de lo que la Iglesia enseña sobre el cuidado del medio ambiente y el cuidado de la persona".

¿Lo dice en serio, cardenal Turkson? Pues a mí no me parece normal…


Monseñor Sorondo había dicho que la peor dictadura del mundo, la que más pisotea los derechos humanos, la que más penas de muerte ejecuta al año, la que más abortos provoca, la más horrible que hay sobre la capa de la tierra, es donde mejor se aplica la doctrina social de la Iglesia. No es normal.


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9.12.19

Sálvanos, Dios del Universo

Dice el profeta Isaías:

Mirad al Señor, que cuartea la tierra y la resquebraja, devasta la superficie y dispersa a sus habitantes. Queda rajada la tierra, despojada del todo, porque el Señor ha pronunciado esta palabra.

Languidece y descaece la tierra, desfallece y descaece el orbe, desfallece la altura y el suelo de la tierra, empecatada bajo sus habitantes que violaron la ley, quebrantaron los mandamientos, rescindieron el pacto perpetuo. Por eso, la maldición se ceba en la tierra y lo pagan sus habitantes; por eso se consumen los habitantes del orbe y quedan hombres contados.

Languidece el mosto, desfallece la vid, gime el corazón alegre.

¡Qué dolor, qué dolor, pobre de mí!

Los traidores traicionan, los traidores traman traiciones. 

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7.12.19

La Iglesia Católica no es una secta

secta

Del lat. secta.

1. f. Doctrina religiosa o ideológica que se aparta de lo que se considera ortodoxo.

2. f. Conjunto de seguidores de una secta. La secta de los esenios.

3. f. Comunidad cerrada, que promueve o aparenta promover fines de carácter espiritual, en la que los maestros ejercen un poder absoluto sobre los adeptos.

sectarismo

De sectario e -ismo.

1. m. Fanatismo e intransigencia en la defensa de una idea o una ideología.

Resulta alarmante el grado de sectarismo que se está alcanzando dentro de un amplio sector de la Iglesia Católica. Espero que al Papa no se le ocurra cualquier día de estos decretar que vienen los alienígenas a buscarnos y que tenemos que suicidarnos todos para preparar su llegada; o bien que nos tenemos que abrir las venas para evitar que con tantos habitantes se recaliente más nuestro planeta y evitar el colapso total de nuestra casa común. Las consecuencias podrían ser terribles. Porque hay un amplio sector de católicos papólatras que, al grito de “cum Petro et sub Petro”, son capaces de provocar una verdadera “catástrofe humanitaria”[1]. Debe de tratarse de eso que el propio Papa Francisco llama “clericalismo”, una especie de obnubilación del entendimiento que lleva a considerar como magisterio infalible de la Iglesia hasta los eructos del romano pontífice. Esa ofuscación de la razón provoca que se exija asentimiento de fe a todo lo que tenga que ver con el Vaticano, con la Santa Sede, con el Papa o incluso con los obispos y cardenales en determinados casos. Si estos papólatras papanatas hubieran estado presentes cuando el Señor abroncó a Pedro llamándolo ni más ni menos que Satanás, estos habrían sido capaces vayan ustedes a saber de qué (¿traicionarlo, crucificarlo? Cualquiera sabe…). Como decía Chesterton, «para entrar en la Iglesia hay que quitarse el sombrero, no la cabeza».

Les pondré un ejemplo: los pactos entre el Estado Vaticano y China. Se trata de pactos secretos (mal rollo cuando son secretos) que nadie, salvo los firmantes conocen. Sabemos que la Santa Sede ha reconocido como obispos a los que antes había nombrado como tales el Partido Comunista Chino dentro de la hasta hace poco excomulgada Iglesia Patriótica China.

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