Dudas
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.
Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila.
Yo soy un ignorante. No soy teólogo ni experto en nada. Sólo rezo el rosario cada día y asisto a misa a diario, siempre que puedo. O sea, que soy un católico de a pie y nada más. Yo escribo porque no veo que otros mejores que yo y con más autoridad lo hagan y por aquello de ¡Ay de mí, si no evangelizara! Pero les aseguro que no escribo por gusto.
Jermías 20
7 Tú me sedujiste, ¡oh Yahvé! y yo me dejé seducir. Tú eras el más fuerte, y fui vencido. Ahora soy todo el día la irrisión, la burla de todo el mundo.
8 Pues siempre que hablo tengo que gritar, tengo que clamar: “¡Ruina y devastación!” Y todo el día la palabra de Yahvé es oprobio y vergüenza para mí.
9 Y aunque me dije: “No me acordaré de Él, no volveré a hablar en su nombre,” es dentro de mí como fuego abrasador, encerrado dentro de mis huesos, y me he fatigado por soportarlo, pero no puedo.
Tal cual me pasa a mí…