No tengáis miedo: nuestra patria es el cielo

En la actual situación de pandemia, el miedo a la enfermedad, al sufrimiento y a la muerte es normal. Sobre todo si no tenemos fe. Os copia a continuación algunos fragmentos del libro titulado Nada te turbe, nada te espante, de Antonio Royo Marín con morcillas y adaptaciones mías.
Levantemos nuetra mirada del fango hacia la eternidad.
La Muerte
¡La muerte! He aquí una palabra fatídica que llena de turbación y de espanto a la mayor parte de los seres humanos, incluso entre los que creen en la supervivencia de las almas y en un más allá lleno de felicidad y de paz. El tener que atravesar ese oscuro túnel, aunque sea para encontrarse al salir de él con la luz de la eternidad, es algo que estremece y hace temblar a la mayor parte de los hombres, sean o no creyentes.
No todos experimentamos los mismos sentimientos ni reaccionan de idéntica manera ante el hecho inexorable de la propia muerte. Entre una verdadera y auténtica desesperación y un ardiente deseo de la misma, caben muchos matices intermedios. Los principales, en orden ascendente y progresivo de perfección, son seis: desesperación, miedo, preocupación, resignación, esperanza gozosa y deseo ardiente de morir.
Pedro Luis Llera

Casado y padre de tres hijos. He sido profesor de lengua castellana y literatura y director del Colegio La Salle de La Felguera y del Colegio CEU San Pablo de Murcia.
Actualmente, trabajo en la Fundación Educatio Servanda Cádiz y Ceuta.
Miembro de la «Academia Juan Pablo II para la Vida Humana y la Familia» (JAHLF por sus siglas en inglés).
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