Hijos contra padres: ¡Pongamos remedio!

Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre” Enrique Jardiel Poncela

Mucho se está hablando estos días en los medios de comunicación sobre el aumento de denuncias de padres maltratados por sus hijos. Es más, según los expertos, este aumento de agresiones de los hijos hacia sus padres se convertirá en poco tiempo en uno de los problemas de convivencia más graves que nunca haya conocido nuestra sociedad, si no se pone remedio desde ya mismo.

Se habla de un tipo de violencia que no es únicamente considerada como maltrato psíquico –insultos, amenazas, desafíos constantes, o coger un cuchillo y acorralar a la madre por no dejarle salir una noche -, sino de malos tratos físicos como manotazos, patadas, empujones, que ponen en riesgo la vida de padres y hermanos, sin ningún atisbo de remordimiento.

Desde hace unos años los padres, impotentes y desesperados, denuncian a sus hijos aunque la inmensa mayoría todavía lo intenta solucionar de puertas adentro, ya que como afirma el psicólogo, profesor y escritor, Javier Urra: “Es muy duro para un padre o una madre admitir que su hijo le pega porque delata un clamoroso fracaso educativo, es más, yo diría un fracaso personal. Y más duro aún denunciar a su hijo al cual estigmatizará el resto de su vida con ese hecho”.

Aún así, José Miguel de la Rosa, de la Fiscalía General del Estado, afirmó durante el primer Congreso Internacional Padres e hijos en conflicto organizado por la Asociación para la Gestión de la Integración Social (GINSO) y el Programa Recurra, “desde finales de 1990 estamos asistiendo a un crecimiento preocupante de padres que denuncian a sus hijos. Así, en 2007 fueron 2.683, pero en 2008 ya estábamos por 4.211. En 2009 fueron 5.209 y en 2010, 8.000”.

Según los expertos, no hay un perfil muy definido del agresor. No obstante, si que están de acuerdo en que se trata de chicos y chicas de clase media-alta o muy alta, de entre 14 y 18 años, “aunque también hay casos de padres que no pueden con sus hijos de cinco o nueve", como afirma Javier Urra, autor del libro ‘El pequeño dictador’. Y añade: ” Suelen proceder de familias desestructuradas o con padres drogodependientes, aunque parece que se aprecia cierta prevalencia en familias monoparentales o reconstituidas, en casos de divorcio, en hijos de padres mayores y con niños adoptados”.

Para el pediatra, neurólogo y psiquiatra Paulino Castells : “hay niños con más riesgo de convertirse en violentos como el niño muy deseado, el providencial, el entronizado antes de llegar, el hijo de padres mayores, el superdotado o el muy inquieto (..) Al tirano se le ha consentido todo para que no se traumatice, se le ha dado un poder desmesurado que no le pertenece y a veces no sabe cómo gestionarlo”.

Titulares como “Un menor agrede con una navaja a su padre” ,“Ingrato hijo agrede y le quita dinero a su madre” ,“Detenido un menor por agredir a su madre” , “Un hombre intenta agredir a su madre con un arma blanca en Lominchar” ,“Hombre agrede a su madre para robarle” ,o “Un joven mata a su padre con un sacho tras una riña familiar en Santa Brígida” ; lamentablemente, no es un hecho aislado ni pasajero; ni tampoco un problema privado. Al contrario, la violencia de hijos contra sus progenitores es un problema social que nos afecta a todos.

Como podemos ver en los casos que se plantean, por ejemplo, en los programas de televisión como Supernanny o Hermano mayor, “el problema del hijo tirano se debe encauzar con rapidez, para no llegar al adolescente delincuente”, señala Paulino Castells.

Es verdad, que una educación carente de valores y permisiva, la falta de autoridad de padres y profesores, no está favoreciendo a la erradicalización de este tipo de violencia. Si a esto añadimos el abandono de las funciones familiares, por ignorancia, falta de tiempo, condescendencia o sobreprotección, unido a una sociedad hedonista y complaciente con nuestros niños y jóvenes, el resultado es evidente. “En las últimas décadas, hemos vivido cambios muy importantes en la forma de entender las responsabilidades en la familia. En ocasiones los padres encuentran grandes dificultades para establecer el balance adecuado entre autoridad y afectividad", como afirma la doctora María Victoria García García-Calvo, presidenta de la Asociación Española de de Pediatría de Atención Primaria de Castilla-La Mancha

Un documento –“La nueva generación de padres de familia”- reenviado por Internet y de autor desconocido, al menos para mí, afirmaba:

Somos de las primeras generaciones de padres decididos a no repetir con los hijos los mismos errores que pudieron haber cometido nuestros progenitores.
Y en el esfuerzo de abolir los abusos del pasado, ahora somos los más dedicados y comprensivos, pero a la vez los más débiles e inseguros que ha dado la historia.
Lo grave es que estamos lidiando con unos niños más “igualados", beligerantes y poderosos que nunca existieron.
Parece que en nuestro intento por ser los padres que quisimos tener, pasamos de un extremo al otro. Así que, somos los últimos hijos regañados por los padres y los primeros padres regañados por nuestros hijos.
Los últimos que le tuvimos miedo a nuestros padres y los primeros que tememos a nuestros hijos. Los últimos que crecimos bajo el mando de los padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de los hijos.
Lo que es peor, los últimos que respetamos a nuestros padres, y los primeros que aceptamos que nuestros hijos no nos respeten. En la medida que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, los términos de las relaciones familiares han cambiado en forma radical, para bien y para mal.
En efecto, antes se consideraban buenos padres a aquellos cuyos hijos se comportaban bien, obedecían sus órdenes y los trataban con el debido respeto. Y buenos hijos a los niños que eran formales y veneraban a sus padres.
Pero en la medida en que las fronteras jerárquicas entre nosotros y nuestros hijos se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen, aunque poco los respeten.
Y son los hijos quienes ahora esperan el respeto de sus padres, entendiendo por tal que les respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias, sus formas de actuar y de vivir. Y que además les patrocinen lo que necesitan para tal fin.
Como quien dice, los roles se invirtieron, y ahora son los papás quienes tienen que complacer a sus hijos para ganárselos, y no a la inversa, como en el pasado.
Esto explica el esfuerzo que hoy hacen tantos papás y mamás por ser los mejores amigos de sus hijos y parecerles “muy cool” a sus hijos.
Se ha dicho que los extremos se tocan, y si el autoritarismo del pasado llenó a los hijos de temor hacia sus padres, la debilidad del presente los llena de miedo y menosprecio al vernos tan débiles y perdidos como ellos.
Los hijos necesitan percibir que durante la niñez estamos a la cabeza de sus vidas como líderes capaces de sujetarlos cuando no se pueden contener y de guiarlos mientras no saben para dónde van.
Si bien el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga. Sólo una actitud firme y respetuosa les permitirá confiar en nuestra idoneidad para gobernar sus vidas mientras sean menores, porque vamos adelante liderándolos y no atrás cargándolos y rendidos a su voluntad.
Es así como evitaremos que las nuevas generaciones se ahoguen en el descontrol y hastío en el que se está hundiendo la sociedad que parece ir a la deriva, sin parámetros, ni destino.

13 comentarios

  
Maricruz Tasies
*****
Gracias, Reme. Por aquí vamos pisándoles los talones. A esto hay que ponerle remedio ya.
Un abrazo,
15/03/12 2:13 PM
  
Winston Smith
Este artículo es, en su fondo, la “cara B” del “Esta noche salgo”, y refleja una situación que está sólo unos pasos más allá en una línea des-educativa sometida a a paranoia colectiva que ha establecido la libertad y el placer como bienes supremos, y no lo son. La libertad que no tiene amor es destructora; rompe y desgarra los corazones de los que nos rodean. Es una libertad que lleva semilla de muerte y no es útil al hombre. Es despreciable, aborrecible.

Sin embargo, en este caso debo “romper una lanza” en favor de los jóvenes, porque los padres somos anteriores y les mostramos el camino durante los primeros años de sus vidas, dejando en ellos una huella que difícilmente podrán borrar, para bien o para mal, con nuestras propias fobias, obsesiones y locuras.

De hecho, son una mayoría de padres los que, seducidos por una bonanza económica heredada del trabajo y sacrificio de generaciones anteriores, se han creído que su destino en la vida no es otro que la libertad para hacer lo que les dé la gana, sin límites, haciendo que otros paguen las consecuencias. Un sentido de libertad para el que compromiso, fidelidad, respeto y sacrificio no son sino facetas de un autoritarismo impositivo, un sentido de libertad destructivo de uno mismo y del prójimo, a quien no acepta como límite para los deseos, un sentido de libertad tóxico para la convivencia y para la felicidad.

No han querido autoridad para ellos y la han perdido ante sus hijos. Huyendo de las obligaciones propias, sólo han sabido enseñar a sus hijos a tener derechos, un eufemismo que no es otra cosa que la afirmación rotunda del egoísmo puro y duro: Mis derechos son las obligaciones de los demás que me rodean, que viven para mi conveniencia, a mi servicio, como si fueran cosas; mis problemas me los tienen que resolver los demás y mis deseos, satisfacerlos. Para eso han nacido ellos y para eso he nacido yo. Yo no tengo obligaciones para con ellos.

No han sido los hijos, sino sus padres, quienes han hecho leyes que limitan la patria potestad, que permiten a un hijo denunciar a su padre por haberle castigado sin salir, que condenan a una madre por darle un bofetón a un hijo rebelde y mentiroso que se encierra en el cuarto de baño después de haberle tirado una zapatilla porque le regañaba por no hacer los deberes del colegio...

Muchos padres son así con sus hijos porque es eso lo que quieren para ellos. Y nos lo han puesto muy difícil a los demás. Tanto que ya es tarde, muy tarde ya para muchos.

Nosotros, los cristianos, estábamos más que advertidos, pero hemos preferido permanecer “entre dos aguas”, seducidos también por la persuasión del mundo, para el que el ser humano sólo es cuerpo sin espíritu. Un mundo empeñado en convertir los pecados en derechos. Hemos perdido la esencia y el “porqué” de la exigencia de nuestra conducta y nos hemos quedado en la apariencia, una apariencia que no convence a nadie, ni siquiera a nuestros hijos. Lamentable.

”Quien consiente a su hijo tendrá que vendarle las heridas,
a cada grito se le conmoverán las entrañas;
caballo no domado sale cerril,
hijo tolerado sale terco;
sé blando con tu hijo, y te hará temblar;
sigue sus caprichos, y lo sentirás;
...
No le des autoridad en la juventud
ni disimules sus locuras...”
Eclesiástico, 30,7.

Saludos.
15/03/12 10:34 PM
  
Forestier
*****
Estupendo artículo que pone el dedo en la llaga de la falta de autoridad y personalidad de tantos padres, fundamentalmente por su escasa formación humana y cristiana. Es evidente que la educaicón en cualquier ámbito, no es de una precisión matemática, es decir, en algunas ocasiones de padres bien formados, sale algún hijo rebott¡ado y rebelde, pero no es la nota general. Lo general, es que a la corta y otras veces a la larga, los hjos educados en una ambiente cristiano y alegre, salen personas con una sanan y afectividad equilibrada, siendo personas positivas y eficaces para la sociedad. ,
15/03/12 11:11 PM
  
Sonia S
Muy buen posteo. Claro, mi perspectiva se diria que es diferente al ser no-creyente, aunque en lo pragmaticamente esencial mi posicion y actitud se alinea con la vuestra. Personalmente considero a la libertad como el bien mas preciado, pero desde luego NO a costa de la responsabilidad, el compromiso y la obligacion.

Mr Smith, el ultimo hombre de Europa ;-) brillante tu comentario, me ha gustado mucho. Y muy acertado, de alguna manera pondria en duda el siguiente de Forestier cuando lamenta el deficit de formacion humana. Quiza seria al contrario, un derroche de sensibilidad hacia los hijos que como todo despilfarro no se aprovecha.

si alguna vez tengo niños, jamas cometeria la insensatez de ser 'colegui' de mis hijos. Les transmitiria lo que mi madre tambien me ha enseñado a mi, por mucha bronca que montaran, al fin, tambien yo se la armaba a mi madre, cuando le decia que ya era mayor, que podia hacer y pensar por mi misma ...
Este es otro problema de hoy dia. En la actualidad los niños una vez salen de la candidez infantil, ya casi se les considera maduros. Pues no, de ninguna manera, por mucho acceso a los almacenes del conocimiento que puedan tener hoy los niños, eso no los hace mas sabios, y menos aun maduros. Y los padres y profesores a veces se intimidan con la 'maestria' con que los hijos manejan y saben desenvolverse por la complejidad de un mundo que cada dia les pertenece menos y mas a los niños. Pues no. Tampoco no. Los padres ante todo deben ser padres y DEBEN tener respuestas para sus hijos; tienen que esfozarse por conocer ese mundo que les parece extraño. La alternativa es dejar estar las cosas y que los niños satisfagan sus inquietudes, por delegacion, a la red. La autoridad debe estar respaldada por el conocimiento.

En fin, supongo que tiene que ser muy dificil ser madre o padre. Pero hay que tener las cosas minimamente claras.

Un saludo a todos
19/03/12 4:12 AM
  
clara
No conocía la frase de Jardiel Poncela, pero coincide con lo que suelo decir a uno que yo me sé cuando se pone farruco.

A los padres nos toca ser padres, en las buenas y en las malas. La convicción de que "es lo que tenemos que hacer" ahorra muchas inquietudes que surgen. Hay que aguantar el tirón, me digo, y tener claro eso que tantas veces he oído de pequeña: "quien bien te quiere, te hará llorar".

Valor, pues, y... al torete.
26/03/12 3:56 PM
  
luisa
*----
yo soy una de tantas madres maltratadas por sus hijos, he sido denunciada por ellos, ganando los juicios, pero pese a tener la guarda y custodia y patria potestad, de la menor, no puedo hacer nada, todo estaba bien , hasta que las hermanas mayores empezaron con las mentiras y le hicieron un lavado de cerebro, no me queda mas remedio que denunciarlas, pero es la salud de mi hija pequeña la que me preocupa, ya ha dicho delante de la policia que si me ve se suicida, la llevaron en ambulancia al hospital, no me permitieron entrar asi que entro con la hermana mayor, que es la que esta manipulandola, seguidamente me llama la doctora y la sacan a ella tapada y por la puerta trasera, me dice que la niña solo tenia un mareo, le digo que la niña padece de migrañas, pero que para lo que se le ha transladado al hospital y ha sido la policia es por reiteradas amenazas de suicidio.....a lo que me dice que de eso no han dicho nada.........soy una madre normal, ni drogadicta, ni agresiva, ni permisiva ni nada de lo que se ha dicho,solo una madre preocupada por la salud de una hija a la que la mayor va a terminar por volver loca, por celos desde pequeñas.....no se ya ni que hacer,no se para que me vale la guarda y custodia ni la patria potestad si incluso los medicos no me dejan que atienda a mi hija.....el padre no quiere saber nada , dice que ya lo intento con el.....y se ha ido del pais.asi que hay muchas lagunas que solo se explican por problemas de transtorno mental, ni por educacion ni por nada, porque esta niña es una niña de sobresaliente, nunca ha dado problemas en ningun sitio,hasta que hace 8 meses salio de mi casa y no volvio por culpa de la hermana.
13/10/12 2:59 PM
  
anonimo
*****
me parece interesante el articulo .estoy de acuerdo en mucho ,es muy difícil ser padre ,madre quizás nuestros hijos tengan que cargar con nuestros traumas nuestras vivencias a veces los padres no nos ayudamos y la madre y el padre deberia ser una muralla de contención,que a veces no se da, ojala tuviésemos mas capacidad para criar a nuestros hijos pero les aseguro que es una tarea muy difícil y uno hace lo que le va saliendo con aciertos y errores sin pensar a veces lo que realmente esta bien ,con respecto a lo permisivos es verdad un extremo u otro pueden dañar la psiquis de un niño ahora hay as informacion cosa que antes no habia y los padres de ahora se pueden informar mas para saber como criar a sus hijos cosa que los de antes no tenian ninguna informacion solo hacian lo que le salia
22/10/13 9:46 PM
  
gijonesa
a veces el padre hace como que no lo ve por intereses eso es normal
28/09/14 7:25 PM
  
gijonesa
que hacer en este caso de pasotismo siendo tu la victima y sin perjudicar al hijo
28/09/14 7:26 PM
  
anonimo
padres contra hijos ¡pongamos remedio! mi punto es este exigen respeto,los padres creen que tienen derecho a todo a pisotear y vulnerar los derechos de los hijos por el simple hecho de ser sus hijos y se olvidan que cuando el hijo estaba en estado de indefension (cuando era niño) los mal llamados buenos padres lo humillaban se burlaban de el,lo maltrataban es decir el hijo en la niñez recibe todas las formas de violencia y ofensas y agravios posibles por parte de sus padres sin poder este hacer nada porque entonces viene algo aun mas peor te echan en cara un plato de comida que te dan,la casa donde estas viviendo y si no estas de acuerdo con lo que ellos quieren te amenazan con echarte de la casa y dejarte sin un peso en pocas palabras te ponen a morder el polvo pero afortunadamente la providencia y la misericordia de Dios es infinita y los hijos pueden trabajar o en el mejor de los casos independizarse de sus padres y algun dia el hijo se puede dar el lujo de escupirle en la cara a su padre y decirle que ya no necesita de el que se puede ir al diablo ademas los hijos crecen y los maltratos recibidos durante la niñez se devuelven en el momento en que los padres se vuelven ancianos entienden lo que les quiero decir el sabor de la venganza es dulce no es justo bajo ningun punto de vista que un padres exija de sus hijos amor y respeto cuando en el momento en que los hijos eran niños este les pago con mierda pero la violencia no cesa el hijo cumple la mayoria de edad y que pasa ya no hay maltratos fisicos sino que vienen los problemas legales las demandas los llamados a conciliacion del padre hacia el hijo por una gran hijueputa cuota alimentaria y este no puede hacer nada en contra de su padre porque la ley no se lo permite solo le queda recurrir a la indiferencia,la groseria y la traicion padres entiendan una cosa los hijos crecen y a medida que crecen se hacen fuertes en todos los aspectos mas fuertes que ustedes y asi como hay padres que traicionan y no rsponden por sus hijos tambien hay hijos que traicionan a sus padres y no les importa su suerte el amor no se exije,no se decreta no se impone se gana el hijo esta en todo su derecho de vengarse de su padre si lo estima conveniente vivan los hijos
31/08/15 5:09 PM
  
anonimo
*****
los padres creen que porque cumplen una obligacion economica ya son buenos padres al hijo quien le va a compensar las humillaciones,los maltratos,los insultos,la burla y pa rematar si tu no tienes de que vivir no les importa te dejan limpio sin un peso como quien dice al caido caerle vamos a ver cuando mi padre este anciano quien le va a dar la mano quien lo va a socorrer no me importa lo que diga la ley lo abandonare,lo maltratare y lo traicionare es lo minimo que se merece basura

posdata los padres le pagan a los hijos con mierda,con traicion el llamado mio es el siguiente hijos pagadle a los padres con la misma moneda acaben con ellos
31/08/15 5:28 PM
  
una más
Me parece una barbaridad el titular, porque hijos y padres han de respetarse y hace tanto daño un mal padre como un mal hijo. Crecí en un entorno donde solo importaba la imagen y el interés, mi padre pagaba su mala relación con mi madre y sus frustraciones pegándome palizas o culpabilizándome, echándome de casa o despreciándome no queriéndome dar trabajo cunado tengo los mismos estudios, y mi madre decía que yo me iría y acabaría olvidándolo y que era su marido, mientras mentía contando barbaridades sobre mi. Siempre pensé que se irían tranquilizando con la edad, pero no es así, ellos nunca van a querer ver la realidad y siempre buscan seguirán machacando para no ver lo que en realidad son.También mucha gente o no quiere ver, o no quiere meterse en líos o le puede el interés en la mayoría de los casos, incluso la familia cercana. La cuestión que que hay muchos hijos que somos maltratados, y seguimos siéndolo y es un tema tabú, en mi caso me han cambiado las llaves de todas sus casas, y no solo lo niegan sino que además dice mi madre que le pegue una patada, cuando ella lleva viéndome con moratones desde pequeña, y utilizando a psicólogas para seguir manipulando la verdad, pero el entorno piensa que algo habré hecho y ya está, nadie resuelve nada y me he pasado la vida simplemente huyendo, actualmente resido a 700 Km desde hace 8 años, mientras otros viven como reyes y dando pena. Y no soy la única, en el colegio privado donde estudié muchos están con juicios con sus padres por motivos parecidos, son padres egoístas y narcisistas que solo piensan en ellos. Gracias por leerme.Que Dios os bendiga.
04/02/16 11:54 AM
  
Catalina
Lo más importante es hacer entender alos hijos que hay un mandamiento de Dios onraras a padre y madre nadie es malo nadie es bueno pero el respeto se hace a un amigo a un padre a un hijo somos como padres guías que por amor cometamos herrores significa que ellos nos tengan que crusificar si no les gustan las normas ni el respeto impuesto por los padres entoses no pretendan eredar algo que no an luchado somos primero que los hijos así como nuestros padres que son primero es algo que hoy en día la sociedad de hijos no comprendera
20/04/17 10:44 PM

Los comentarios están cerrados para esta publicación.