18.08.08

3.08.08

¿Por qué no se ponen la casulla?

La casulla es un ornamento litúrgico, una vestidura que se coloca sobre el alba y la estola. La lleva el celebrante o el celebrante principal de la Eucaristía. Según la Ordenación general del Misal Romano, el sacerdote llevará al menos el alba, la estola y la casulla.
La casulla representa la caridad de Cristo: «Pero por encima de todo esto, vestíos de la caridad, que es vínculo de perfección» (Col. 3,14). En el marco de la celebración de la Santa Misa, este símbolo de caridad debe preceder al símbolo de la autoridad, de ahí que se ponga la casulla se ponga por encima de la estola.

En la instrucción Redemptionis Sacramentum, se recuerda que:

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26.07.08

25.07.08

César Vidal: Pablo, el judío de Tarso


César Vidal es un historiador que ha dedicado la mayor parte de su carrera profesional al estudio del cristianismo primitivo. Notable fue su erudita aportación al realizada en su tesis doctoral (premio extraordinario fin de carrera) al estado de la cuestión. La misma fue publicada en parte por la editorial Trotta – De Pentecostés a Jamnia, el judeocristianismo del siglo I – hoy por desgracia descatalogada, que rompía en cierta manera con el monopolio de los seguidores de los métodos histórico – críticos, muy poco histórica y menos aún crítica, y que aparecía como una voz políticamente incorrecta que atacaba directamente en la línea de flotación de la escuela liberal, presentando las últimas aportaciones históricas de autores protestantes, que venían a confirmar, no a desmentir, los datos recogidos en el Nuevo Testamento.

Una labor erudita encomiable, donde César Vidal en ciertos temas de importancia como los sacramentos, se dejaba llevar por su visión protestante, pero que no empecía en la calidad del volumen ya que el mismo trataba cuestiones históricas y no teológicas (al menos no directamente).

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24.07.08

Otro éxito del régimen andaluz.


Existe una creencia común – y falsa – que mezcla el derecho a la educación con el derecho a tener un título universitario. La razón siente asco ante esta creencia, tan aplicada en el ámbito educativo por lo demagógico, como contraria en otros ámbitos de la vida.

Por ejemplo, nadie sería capaz de defender que un ciudadano que corre los cien metros lisos en dos minutos, tenga derecho a participar en unos juegos olímpicos. El derecho a participar en los mismos depende de la capacitación del individuo para superar convenientemente las pruebas.

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