¿Crisis? ¿Qué crisis?
El caso de corrupción de la alcaldía de Baena, donde se realizaban facturas falsas para pagar las aficiones lúbricas del personal de confianza del Ayuntamiento, es de una desvergüenza mayúscula.
Con una lisis – porque no estamos en una crisis, esto es un cambio brusco puntual, sino en un proceso de cambio el cual todavía no atisbamos el fin – económica en la cual el número de criaturas que se quedan sin trabajo aumenta día a día, con los comedores de las monjas hasta arriba, en Baena, trampean las facturas para esconder los gastos en clubes de alterne y comilonas.
¿Tanto comimos?», pregunta el alcalde sorprendido por el importe, que ascendía a 437’90 euros. Su subordinado trata de recordar los comensales: «Estuvimos…Amos a ver, Miguel uno, eh…Jesús dos, Pepe tres, Eduardo cuatro, tú cinco, yo seis, Juan siete, Alisia ocho, su novio nueve, Pepe Tarifa diez, Antonio Linares once, doce
Fuente: El Mundo Andalucía, Miércoles 25/2/2009