InfoCatólica / Tomás de la Torre / Archivos para: Diciembre 2009, 17

17.12.09

Ni unos, ni otros, todos son iguales

Esté día es oscuro para la historia parlamentaria en España. A las 14,30 horas ha sido enviado desde el congreso al senado la ley del aborto libre. Los votantes con un sí están muy contentos, así lo han declarado a los medios informativos.

A estos mismos medios los que han votado en contra han declarado que ellos siguen siendo fieles a la ley de aborto del año 1985, y que por lo tanto, no son antiabortistas.

!Qué pena dan los parlamentarios españoles de todos los partidos¡. Cada uno busca caminar con equilibrio sobre el filo de una navaja, deseando justificar sus conciencias, según lo que hayan votado.

En vísperas de la celebración del Nacimiento del Hijo de Dios hecho hombre, nacido del vientre de la Santísima Virgen María, que es cuando los cristianos celebramos el valor de la vida sobre la muerte, de la inocencia del Niño Jesus, que deseando salvar a toda la humanidad del pecado y de la muerte, se hace uno igual en todo a nosotros menos en el pecado, una parte, 186 exactamente, de los miembros del parlamento español votan que sí, y el resto se apunta a la anterior ley del año 1985, que era y es casi tan asesina como la futura.

Nos han dejado un regalo envenenado de muerte de seres inocentes. Cuando lleguen a sus lugares de origen, seguramente sus conciencias les remorderán durante estos días navideños. Por mucho esfuerzo que hagan, y cuando se miren al espejo, se encontrarán con una cara y unas manos que están manchadas de sangre de niños creciendo en el seno materno.

Para quienes su conciencia sea tan laxa como la puerta de arrastre de las plazas de toros, les dará igual y bridarán con licores generosos. Para quienes tengan una conciencia medio regular no estarán tranquilos, tendrán pesadillas y hasta acudirán al psiquiatra. Para los que tengan una conciencia normal seguirán siendo perseguidos por su propio fantasma vital y buscarán ayuda en donde pillen.

¿Cómo tendrán su conciencia durante estos días?. Solamente Dios lo sabe.

Si alguno se acerca a comulgar el Cuerpo de Cristo y el celebrante le niega la Sagrada Comunión, hará lo posible para sacar el asunto en la primera página de los periódicos, y mucho más en estos días que las noticias irán buscando también la sombra vacacional.

La sociedad española es la que tiene que tomar nota y pasar la factura correspondiente a todos los políticos cuando seamos llamados a las urnas. Es la única ocasión de quitar a unos que hoy han demostrado no ser dignos de estar en el hemiciclo.

Tomás de la Torre Lendínez

strong>P.D.:

Click sobre la imagen para más información

José María Javierre: descanse en paz

Ha muerto don José María Javierre, sacerdote, periodista, escritor, amigo de intelectuales, de obispos, arzobispos, cardenales y Papas. Era de origen oscense, pero en Sevilla se asentó hasta el día de su muerte.

La figura de Javierre debe ser presentada en la fecha de hoy desde el punto más sano para los demás sacerdotes andaluces que le hemos conocido, tratado, escuchado y leido.

Para que el firma estas líneas me ha parecido siempre una persona con una gran cultura, con un don peculiar de comunicar a través de anécdotas y con una permanente dosis de humor aragonés mezclado con el salero andaluz más fino de la literatura festiva de esta tierra.

Cuando ha dejado este mundo es necesario ver cómo ha servido de maestro de otros sacerdotes y periodistas en la mayoría de las diócesis andaluzas. Y lo he dicho bien: sacerdotes y periodistas. Porque el que firma estas líneas es primero sacerdote y por afición periodista, buscando el gran bien pastoral y espiritual que los medios de comunicación social pueden favorecer a la misión evangelizadora de la Iglesia.

En Javierre se puede encontrar diversos aspectos de su vida, que a otros puedan interesar. A mí siempre me ha llamado su entrega al servicio de la pastoral de los medios de comunicación. A otros les puede interesar otros aspectos de Javierre. Yo se los dejo a los que quieran.

Nadie, sacerdote y periodista, en el sentido que citado antes, me puede negar el olfato periodístico de don José María Javierre. Lo tuvo en los años del Concilio Vaticano II y lo supo actualizar siempre, incluso en el régimen socialista andaluz de ahora. Aquí es donde he discrepado de Javierre y se lo he dicho en el trato personal y directo. Lo escuchaba, se sonreía socarronamente, y me daba una palmada en la espalda y me decía: !Así es¡. Y, con su inteligencia aragonesa, echaba el capote a otro lado de la conversación.

Descanse en paz, don José María Javierre. La historia, maestra y notaria de la vida, le hará justicia en el futuro, ahora le dedico estas líneas de hondo sentimiento por su muerte, a quien esperaba desde hacía años.

Otros, y ellos saben a quienes me refiero, no habrán sentido tanto su salida de este mundo. Yo sí y lo digo y lo escribo y lo firmo.

Tomás de la Torre Lendínez