¡Mientras tanto el que sufre es Cristo!
Será que yo todavía no me lo creo el estar liderando un grupo pro-misa tradicional en mi país o será quizá que, sencillamente, no lo estoy viviendo en la dimensión de madurez que debería pero es que para mí, todo este bochinche con los lefebvristas me parece una completa niñería de principio a fin.

En una de mis últimas citas con el médico (y conociendo ahí que es asmático como yo) le comenté sobre lo agradecida que estoy porque existan los inhaladores de salbutamol ya que sin ellos probablemente hubiera muerto joven.
No es que me lo pregunten, pero si, el diablo anda suelto.Yo misma, la otra mañana, debí invocar varias veces la protección de san Miguel arcángel.
No he venido siendo tan prolífica como en otros períodos porque sencillamente he debido dedicar tiempo al conocimiento de mi misma y claro, ha sido tanta la resequedad que hasta he llegado a pensar que había llegado el día en que dejaría de ser blogera lo cual tampoco tenía mucho sentido ya que no recuerdo un día de mi vida en que no haya tenido la necesidad de expresarme.





